LIII.- Bendito sea. (Iuliae).

Bendito sea por siempre el dulce olvido
de aquel que se olvidó de recordar
cuando la Parca siega verdes vidas,
y los ojos se secan de llorar.
Dichoso aquel que ya se ha despedido
cuando la suerte siembra despedidas.
Las ramas verdecidas,
cortadas en abril
de tu tronco senil,
volvieron a la tierra inútilmente.
Un cándido furor irreverente
estremece tu savia envenenada.
Tu conciencia inconsciente
eleva al cielo el puño y la mirada.

 

Bello, brillante, hermoso, una enormidad de poesía muy linda.

 

Hola,
Por siempre,
Amén.
Un gusto leerte
Saludos y estrellas
¡SONRIE!

 

antes que nada que agradable leerte de nuevo, veo una breve nostalgia en tus letras muy bien definida, saludos de siempre

 

Ucrónico
En tus letras ese adiós a quien parece que no fuera lógico que la parca se llevara
porque aún eran verdes sus ramas...y esa impotencia de no poder hacer nada
Te felicito por tus letras, siempre es grato volver a leerte
Estrellas y cariños
Ana

 

El olvido es la carta faltante en el mazo del dolor, a veces da la sensación que está, pero es sólo un as guardado en la manga de la memoria. Un gran poema, poeta.

Gusto en conocerte.

 

Unos versos que desbordan honda melancolía; rabia e impotencia ante una muerte difícil de asumir. Un poema magnífico. Mi sincera felicitación. Saludos.

 

Versos sublimes y bien estructurados. Fue un gusto haberlo recorrido y sentir lo plasmado. Bendiciones, estrellas y reputación.