El blog de Alde

Permítame recordarle que si no le escribo,
no es por falta de interés,
es que el tiempo pasa, mi amigo,
el tiempo suele correr.

No me he olvidado de usted,
como olvidarme podría,
si fue usted quien me devolvió la fe,
cuando ya no la tenía.

Agradecido estoy, por eso le regalo,
estas letras, bella persona,
siento que hoy me escapo,
a ver su imágen que impresiona.

Pero le haré saber,
que no porque sea mi amigo,
he de reconocer,
que usted es un hombre comprensivo.

Permítame por último decirle,
que gracias a usted aprendí a querer,
otro día otro favor volveré a pedirle,
no se preocupe, se lo haré saber.

​

Trataré de escribirte porque te amo,
intentaré dar lo mejor en estos versos,
buscaré la manera de que lleguen a tus manos,
estas líneas que he escrito, con tanto esfuerzo.

Besaré tu frente, y sin querer profano,
rozaré tus labios, te robaré un beso,
lloraré por ti, acudiré temprano,
te hablaré al oído, junto a ti converso.

Y sé que estando aún cercano,
no sentirás mi dolor adverso,
y aunque te ame, será en vano,
hoy te has marchado hacia el universo.

Aún no me creo tu partida,
que triste estoy, ¿por qué te has ido?,
has dejado en mi, una gran herida,
aún tus sueños no se han cumplido.

Y si estas palabras de despedida,
no dejan que caigas en el olvido,
es que aún queda esa llama prendida,
por todo lo que tú y yo, hemos vivido.

Mi conciencia, muy afligida,
las emociones han sucumbido,
la nostalgia arrepentida,
aún no me creo que te he perdido.

​

Pienso que a veces puedo escribir,
tantas cosas a mi antojo,
y que tengo mucho que decir,
a veces conmigo mismo me enojo.

Pero soy puntual y espero,
que estas letras que hoy regalo,
sirvan de algo, más preparo
otras nuevas, sin tretero.

De mi le diré que ayer,
de la vida comentaba,
con mi querida mujer,
sobre las cosas olvidadas.

Pretendo ser poco extenso,
el tiempo que le he de pedir,
tiene más bien el sentir,
de lo que con mis palabras pretendo.

Hoy más crecidito vengo,
he aprendido en poco tiempo,
que es poco el dolor que tengo,
y que son muchos los tormentos.

La vida que pasa corriendo,
y nosotros que no aprendemos de ella,
hace que deje la huella,
de nuestros dulces cimientos.

Pretendo que en esta vida,
el hombre sincero y justo,
ponga en efecto, que no hay quién viva,
con dolor del insulto.

El que lleva en su sangre,
la llave de la deshonra,
sepa que la vida honra,
al de corazón gigante.

Vidas perdidas por odio,
héroes que pierden la vida,
madres que lloran, el velorio
de la honra que no se olvida.

La vida se encargará,
de darle su merecido,
la verdad despertará,
de lo que yo estoy convencido.

No quisiera importunar,
pero el tiempo que es excaso,
no me deja negociar,
con la letra, mi fracaso.

A usted amigo mío,
que hoy mis letras lee,
sepa que usted puede,
sentir lo que le digo.

La verdad de ser pasivo,
es que este dolor que mata,
no deja que sea ingrata,
la bondad con que le escribo.

Ya le dije antes, que odio al enemigo,
y que odio su imagen imperfecta,
y que a mi salud afecta,
de ver tanto castigo.

Pero siga aquí conmigo,
que junto alzando las manos,
sabrán que este cubano,
jamás se dará por vencido.

​

Le pregunté a mi corazón si te amaba,
me contestó que siempre te he querido,
recuerdo cuando tu pelo deslizabas,
recuerdo también tus gestos atrevidos.

Cuando te fuiste, lloriqueaba,
aún estaba confundido,
te llamaba y te rogaba,
me has dejado deprimido.

La desdicha se acercaba,
no creía en lo ocurrido,
la tristeza se mezclaba,
no sentía los latidos.

La conciencia me juzgaba,
el amor me había excluido,
ya nada me importaba,
si no fui correspondido.

​

A usted mi querido señor,
compañero y gran amigo,
sepa que no he perdido,
lo que conozco por valor.

No quiero pensar, que piensa,
aquel que es tan ingrato,
que puede limpiar con trapo,
su empañada apariencia.

De mi le digo que estoy,
en el más sano de mis juicios,
de que tengo el compromiso,
de comportarme como soy.

Esclavo de mi seré,
esclavo de mi tierra buena,
al corazón va la pena,
de los que no tienen fe.

Cree aquel, que quiero yo,
consolar las almas desconsoladas,
tiene miedo que la espada,
pase cerca, o que lo hirió.

Veo como los hombres buenos,
producen pensamientos sanos,
sólo cree aquel que no es humano,
que no existen hombres sinceros.

No tengo miedo, no creo,
a los que con palabras encierran,
las injurias que nos dejan,
las heridas de los dedos.

Llagas que sufren el miedo,
del enemigo astuto,
hoy se esconde detrás del luto,
donde el temor, aún es más feo.

No tiene noción, que deja,
la verdad, por la mentira,
mientra más grande es su ira,
más aprendo sobre: la verdad compleja.

Es raro saber que tienen,
por convicción profunda,
el amor a la tumba,
de otra forma no han de ser.

A veces suelo tener,
el deseo de estar en frente,
cara a cara, con el indecente,
que no me deja crecer.

La imagen que puedo ver,
de tanta traición, desdicha,
de sus botas que pisan,
la ropa que se han de poner.

Sé que puedo ver nacer,
a un mundo de hombres iguales,
donde todas las cualidades,
en una casa, no han de caber.

Cree usted amigo, que voy,
con el corazón tan latente,
no puedo callar lo que mienten,
si no lo digo, entonces no estoy.

¿Las almas a dónde han de estar?
cuando muere por causa justa,
la muerte, aunque disgusta,
cuando es noble, se ha de amar.

La vida nos da por ley,
el deseo de escoger,
la vida puede esconder,
tantas cosas, pero no la hiel.

Tenga usted por regalo,
estos versos que le escribo,
a mi noble y gran amigo,
a mi compañero sagrado.

La verdad es que pensé,
que como usted merecía,
mis letras, yo no podía,
dejar de escribirle a usted.

Tenga en mi la fe,
de que sus pensamientos acompaño,
no hay nada que me haga daño,
o que no sepa, o que yo sé.

Quiero que en vida tenga,
el amor de un hermano,
de uno de los cubanos,
que más sigue su contienda.

Soy entre tantas especies,
una aguja en el pajar,
donde la pasión de amar,
es pasión, lo que merece.

Amo a mi Patria bonita,
odio el amor a la guerra,
amo el amor que encierran,
los versos a la cubanita.

Quiero estar donde el cielo,
sea azul, y si es nublado,
el amor ha acabado,
empieza a morir, yo entierro.

Tengo un amigo que tiene,
en su casa una bandera,
un escudo, unas palmeras;
y es lo que más quiere.

Si el mundo hace que el sol,
brille como debiera,
toda la vida entera,
vamos a cultivar amor.

Amigo crea que hoy,
me he quitado ya un gran peso,
pienso que pudo el exceso,
de palabras, decir quien soy.

Mañana si ve que estoy,
en la trichera, al frente,
sepa que muero decente,
mi vida por Patria, doy.

​

A ti que tanto te quiero,
y que compartes mis dulces días,
quiero que esta poesía,
sea lo que leas primero.

Tranquila, queda pendiente,
que quien te escribe te ama,
si mi verso te aclama,
es porque ardiendo lo siente.

Amor que llega inesperadamente,
amor bonito, apasionante,
amor virtuoso, amor constante,
amor que nace lentamente.

Y es que tanto amor consciente,
que me brindas, que hermosura,
eres fina, tierna y pura,
como el manantial caliente.

Y si hoy quiero que me cuentes,
porque tanto tu me admiras,
la nostalgia está presente,
y tú estas dentro de mi rima.

Hoy te quiero con la vida,
que más decirte podría,
si no tengo otra salida,
si es el corazón, quien me lo decía.

De mi recibirás amor,
recibirás todo lo que has cosechado,
mi vida contigo nunca probó el dolor,
todo es amor lo que tú le has dado.

​

Las personas de todo el mundo hablan idiomas diferentes y a menudo no imaginan su vida fuera de su pequeño universo pero hay algo que nos une a todos. Alegría, desesperación, amor, odio, valentía, interés hacia la vida y un deseo infinito de luchar por ella; estas son las emociones universales que todos conocemos.

Se siente un disparo, todo queda en silencio,
se siente un zumbido, comienza la guerra,
empieza a morir entre el espacio y el tiempo,
la paz y el amor, a la prisión se aferra.

Comienza a sentirse profundas palabras,
comienza el eco capaz de ofrecer,
toda la verdad, la mentira macabra,
termina la oscuridad, comienza el amanecer.

Detrás de las rejas se siente su voz,
pronunciando palabras fuertes, ni siquiera un gemido,
no existe el escalofrío, no existe el adiós,
no existe el temor, donde está el enemigo.

El tiempo derriba las fronteras, navegan;
el sentimiento los une, el dolor no los detiene,
estan en sus huecos todo el tiempo que puedan,
mientras el frío se va, una sombra luego viene.

Mapas sin límites, la voz de un pueblo,
la voz del mundo, la voz que los ayuda,
el interés insensato, el paradigma terco,
el enimigo que hace, que el otro sufra.

Siguen en la niebla esperando la luz,
esperando que acabe la débil maldad,
la puerta se cierra, la tarde es azul,
el día no acaba, el viento a soplar.

Pronto llegará el día en que todos esperemos,
el día no muy lejos que está por llegar,
donde el enemigo débil, desaparezca con un trueno,
cuando la verdad impune, les de la libertad.

​

Ayer le prometí que le volvería escribir,
no sé preocupe mi amigo fiel,
más he aprendido, hoy le voy a decir,
cuanto amo a mi mujer.

Le escribí unos versos así,
quisiera que usted me dijera, si son malos o buenos,
porque el amor que le prometí,
prometí pagárselos con desvelos.

Decían algo así:
Hoy te diría mil tonterías,
y si te las digo, es porque si muero,
quiero que sepas que te quería,
y si ya no estoy, que aún te quiero.

No sé si a tanto atrevimiento,
que me someto en mis letras,
se pague con el respeto,
quisiera algún día ser poeta.

Al menos tuve la intención,
de decirle lo que siento,
eso fué lo que sentí en mi corazón,
allí sólo mandan mis sentimientos.

No sé si pude decir tantas cosas,
o al final no dije nada,
sólo sé que en mis estrofas,
era a ella quién recordaba.

Por eso es que quiero ahora,
dedicarle a usted unos versos de amor,
la tinta se esparce, está tentadora,
el papel que es blanco, a perdido el color.

Le diré con toda sinceridad,
por qué lo amo, y por qué lo quiero,
porque adoro su lealtad,
a todos los hombres sinceros.

Es bueno, apasionante, constante,
el sol en su frente, como un arcoirirs brilla,
es tierno, consagrado, importante,
es grande, por su modestia sencilla.

Es amor, es comprensión, sabiduría,
es poesía, es pasión, entre tantos versos,
es belleza, es pudor, es alegría,
es interés e inspiración, es esfuerzo.

Por eso es que hoy me atrevo todavía,
a jurar entre todo lo que existe, y desde lo más profundo,
que no existe hombre con tanta rebeldía,
y que no existe hombre más justo.

Le dije a usted que volvería,
todo cuanto le digo en mi corazón trunco,
aún está el recuerdo cuando el primer día,
le escribí al hombre más noble del mundo.

Ahora pienso corregir,
los horas perdidas, mi valioso tiempo,
tenía que decirle estas cosas, antes de yo morir,
ya he cumplido con mi deber, que feliz me siento.

Vuelva a esperar otras cartas mías,
las haré de todas formas, aunque usted no me lo pida,
disculpe usted por ser osado, pero es que mi poesía,
no encuentra otras palabras, para expresar mi melodía.

Volveré mañana, volveré, lo sé;
todavía hay sueños que no me dejan,
recuerde que un día le dije a usted,
que aprendería más, sobre la verdad compleja.

No se preocupe, que aquí estaré,
aprenderé otro poquito, pondré esmero,
cuando vuelva a leer mis versos, sé,
que le agradarán más, quiero aprender primero.

​

¿Quién te dijo que te olvidaría?,
aunque yo ahora no esté presente,
aún recuerdo los días,
en que tú besabas mi frente.

El amor nunca se acaba,
y más ese amor, que tú me diste,
aún te quiero, y te adoraba,
no te olvidado, no estés tan triste.

​

Siéntese y conmigo comparta,
un rato de su tiempo, y luego,
si quiere entonces, parta,
más vuelva a su rincón de nuevo.

Hablemos de la nube más alta,
de cuan lejos está el cielo,
de cuanta experiencia nos falta,
por aprender, como es el miedo.

Y a su edad sabia,
cuénteme como es la vida,
suelte su noble nostalgia,
desahogue su fe pensativa.

Conozco mucho de usted,
pero poco conoce de mi,
sé, de lo mejor que fue,
sé, de lo mejor que vi.

Comparta sus letras conmigo,
aunque yo no pueda catalogarlas,
más yo compartiré las mías contigo,
y tú me dirás cuanto aún me falta.

Abra los brazos y deje partir,
el amor que lo deprime,
yo que pude tambien sentir,
se cuanto nos redime.

Anda levántese, y ahora hable,
suelte el peso de sus hombros,
la vida quizas pueda quitarle,
todo el polvo de sus escombros.

Pero quién soy yo para hablar así,
perdone a usted que tanto aprecio,
quise al menos ser gentil,
y ahora no sé que realmente he hecho.

​

Tengo cosas por hacer,
tengo labios que besar,
tengo miedos que vencer,
tengo dudas que aclarar.

Tengo una historia que entender,
tengo un deseo que encontrar,
no puedo simplemente esconder,
lo que no me deja avanzar.

Tengo temor de perder,
la fuerza que me ha de impulsar,
y que no me deja caer,
gracias, por no dejarme arrastrar.

Escribir, es mi deber,
en mis apuntes, madurar,
decir verdad, no suponer,
mi ideología, ejercitar.

Mis sentidos, converger,
mi medianía, motivar,
de los errores, aprender,
mi corazón, cicatrizar.

La esperanza, retener,
la simpatía, optimizar,
las ideas, trascender,
la virtud, desarrollar.

Cuanto queda por crecer,
cuanto queda por soñar,
no me deja de sorprender,
cuanto falta, sino empezar.

​

Descuide mañana iré,
y le llevaré su regalo,
no se enfade conmigo usted,
no pierda el amor en vano.

Lo raro fue que tomé,
una botella de arándano,
al día siguiente desperté,
y en mi cabeza el dolor rondando.

No se preocupe que sé,
que es más noble que un palo,
pero la verdad, me equivoqué,
no debía haber tomado.

Aunque su regalo llegue después,
de su día más elogiado,
no se preocupe usted,
a mi, no se me había olvidado.


​

Palo: Religión y culto practicado en Cuba traído de los pueblos de África.
Que dió orígen al linaje palo Mayombe. (Figura sagrada).

Mira que dulce es la vida,
como nos volvimos a ver,
pensé que estabas perdida,
aquella que fue mi mujer.

Creo que no fue la suerte quién te trajo,
dime que es lo que quieres saber,
no te tomes el trabajo,
de llorar, no voy a ceder.

Un día me dijiste: vuelvo temprano,
y en tantos años te volví a ver,
y ahora que estás aquí llorando,
no creo que mi corazón puedas ennoblecer.

Habla rápido, y dime volando,
a que viniste, que quieres hacer,
ahora lloras, yo estuve llorando,
por varios años cuando me tocó perder.

Y no resulta nada extraño,
que hacia mi vuelvas a correr,
si yo te dí tanto amor, que el daño,
que me hiciste, jamás lo volveré a tener.

​

Ayer me detuve a pensar,
cuantas veces soñaría,
volver a aquel lugar,
donde declaré que te quería.

Fuiste todo, sin igual,
nos dejamos por boberías,
convertimos el dolor en habitual,
no soporté tanta sequía.

Nada te pudo motivar,
eso era lo que me decías,
tampoco te voy a negar,
que yo perdí la simpatía.

Sé que fuiste algo especial,
yo fui el que resultó ser fantasía,
más bien me comporté en lo comercial,
nunca entré en sintonía.

Por eso me quiero disculpar,
y brindarte compañía,
quiero volver a empezar,
por lo que no hice aquel día.

​

Tropezaste y te levantaste,
vine detrás y no me advertiste,
¿a quien crees que engañaste?,
yo te levanté cuando caíste.

Duele que me hayas traicionado,
duele, y hoy sangra una herida,
lo que hiciste fue inapropiado,
la mentira, fue el arma homicida.

Justificas que fui un poco descuidado,
el resultado, fue darme una embestida,
lo que has hecho, me ha marcado,
le has dado a mi alma una sacudida.

No creas que hoy te he perdonado,
no me has dejado otra salida,
pisoteaste algo sagrado,
y este dolor no se olvida.

​