El blog de laureano

Ella lleva una boina en su cabeza

y esconde el fuego que tiene su pelo.

Su mirada nunca deja de reír

y de sus labios sale una manzana.

Entre sus pechos crecen ríos y flores

y sus piernas son callecitas.

El sol se pierde por las curvas de la tarde;

las recorre como a una enredadera.

Finalmente se esfuma como un colibrí

y llega la luna a besar los labios de la noche.

Avanza la noche

y cae la luna sobre mí cuerpo

con su cielo estrellado,

se cierran mis ojos

y me adormezco

para soñar tu sueño.

El sol puebla los barrios de tu cara,

sus calles irradian sonrisas de luz,

sus árboles dejan escapar gorriones desde tus ojos

para volar hasta otro barrió.

Suena un acordeón desde tu voz de cigarra,

crecen flores en los dedos de tus manos

que expanden un perfume entre tu ropa y tu cuerpo

y como una mariposa detienes al viento con tus alas

frente a las plantas del patio.

Fotogénicas


Sonrisas y miradas fotogénicas

Bajo la luz de una melodiosa y melancólica luna,

Entre jazmines del jardín de la primavera.

Esa mujer cierra sus ojos y duerme y sueña

mientras tanto le crecen ríos de flores

alrededor de su rostro,

convirtiendo su belleza en un poético jardín.

Y el patio estalla


Renació la acacia como cada primavera

Y vientos de zorzales continúan devorando las paltas

Y el patio estalla en mil colores.

La Calle Esta Desnuda Y Silenciosa;

Los Vientos Soplan Las Hojas De Tu Pelo

Mientras Observas Desde El Patio,

Entre Perfumes De Flores Y Árboles,

La Luna Que Brilla Como Cristal.

Ella baila frente a la risa del río,

Dejando toda su hermosura

En ese sitio,

Bajo esa tarde,

Con ese sol que recorre su espalda y su cintura.

Su sonrisa silba un gorrión,

Su gorrión silba una canción,

Su canción sacude los pétalos del jardín de este corazón.

Era un sábado más,

eran las seis de la mañana

sonaron las campanas de la iglesia

mientras el sol entro por la ventana

toco mi frente,

abrí los ojos

luego me levante.

Me di un baño,

Baje y desayune.

Cuando sentí aburrimiento,

agarre la bicicleta

y eche a andar

por las calles de pavimento y brea

aromadas por los jazmines de los jardines de este barrio.

Anclado en esta ciudad,

sin ver tus ojos.

A veces mando palomas,

a buscarte en los árboles

donde solías esconderte.

Anclado en este lugar,

sin ver tu cara.

A veces mando gorriones

a buscarte en las calles

donde solías perderte.

Anclado en este sitio,

sin ver tu pelo

y tu cuerpo.

A veces mando gaviotas

a buscarte en los barcos

que se marean en el Paraná,

donde solías dejar grabada tu sonrisa.

Llueve y cada gota riega las hojas de laurel

Y las paltas caen

Y los zorzales danzan en el patio

Mientras los observo desde las ventanas del portón del comedor.

Bajo cielos grises,

Sobre los cuerpos del invierno,

Abrazados por el frío feroz y mortal,

Devoran paltas caravanas de zorzales.

El río esta vestido con la ropa del placar del cielo,

rodeado de gente que silba en los jardines de arena

y embriaga el alma con una copa de más.

Un chico teje castillos

y una chica salta una cuerda,

entre sonrisas y mariposas de la niñez.

Una pareja de poetas malditos intenta seducir al sol con estrofas de Baudelaire

y otra pareja delirante espera la noche para enamorar a la luna con estrofas de un tal Bukowski

y una bandada de hippies intenta asaltar un jardín poblado de rosas y bignonias para adornar su nido

y la luz de la tarde escribe un poema sobre las hojas de la ciudad.