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  1. A José Valverde Yuste y malco les gusta esto.
  2. El palacio del emperador de China estaba completamente hecho de porcelana, siendo el más espléndido del mundo entero y también el más frágil. Su jardín de flores perfumadas y maravillosas era tan extenso que ni el propio jardinero tenía idea de dónde terminaba.Si llegaras a recorrer las tierras imperiales, te encontrarías en el bosque más frondoso que puedas imaginarte, lleno de altos árboles y profundos lagos. Aquel bosque llegaba hasta el mar hondo y azul; grandes embarcaciones podían navegar por debajo de sus ramas, y allí vivía un ruiseñor que cantaba tan primorosamente que los pescadores, a pesar de todas sus ocupaciones, se detenían para escuchar sus trinos.

    De todos los países llegaban viajeros que admiraban el palacio y el jardín, pero en cuanto oían al ruiseñor, exclamaban:

    —¡Este canto es el mejor del mundo!

    Los comentarios llegaron a oídos del emperador, quien ordenó a sus hombres encontrar el ruiseñor y traerlo ante su presencia para escucharlo cantar.
    Los hombres se dirigieron al bosque, al lugar donde el pájaro solía situarse. En el camino se encontraron con una niña que conocía el lugar donde vivía el ave. Avanzaban a toda prisa, cuando una vaca se puso a mugir.

    —¡Oh! —exclamaron los hombres—. ¡Ya lo tenemos! ¡Qué fuerza para un animal tan pequeño!

    —No, esa es una vaca que muge —dijo la niña—. Aún nos falta mucho por llegar.

    Luego, escucharon las ranas croando en una charca.
    —¡Magnífico! —exclamó uno de los hombres—. Ya lo oigo, suena como las campanillas de la iglesia.

    —No, esas son ranas —contestó la niña—. Pero creo que no tardaremos en oírlo.

    Y en seguida el ruiseñor se puso a cantar.
    —¡Es él! ¡Escuchen, escuchen! ¡Allí está! —dijo la niña—, señalando un ave gris posada en una rama.

    —¿Es posible? —dijeron los hombres—. Jamás lo hubiéramos imaginado así. ¡Qué feo y ordinario!
    Seguramente habrá perdido el color, intimidado por unos visitantes tan distinguidos.

    —Mi ruiseñor —dijo la niñita en voz alta—, nuestro emperador quiere que cantes en su presencia.

    —¡Con mucho gusto! — respondió el pájaro—, y reanudó un canto que daba gloria escucharlo.

    En medio del gran salón donde estaba el emperador, habían puesto una percha de oro para el ruiseñor. Toda la corte estaba presente, y la niña había recibido autorización para situarse detrás de la puerta. Todos llevaban sus vestidos de gala, y todos los ojos estaban fijos en la avecilla gris, a la que el emperador hizo un signo para comenzar su canto.

    El ruiseñor cantó tan hermosamente que las lágrimas acudieron a los ojos del emperador y cuando el pájaro las vio rodar por sus mejillas; cantó desde el alma. El llanto del emperador lo hacía sentir recompensado.

    Un día, el emperador de Japón le envió al emperador de la China un hermoso ruiseñor mecánico. Este ruiseñor estaba cubierto de gemas preciosas y también cantaba maravillosamente.
    Todo el mundo olvidó al humilde ruiseñor, y tristemente, el ave se fue volando. Toda la corte tachó al ruiseñor de ingrato y fue desterrado.
    Un día, la cuerda del ruiseñor mecánico se desgastó y su trino artificial cesó sin que alguien encontrara la manera de arreglarlo.

    Pasaron los años y el emperador se enfermó de gravedad, ningún doctor podía curarlo. De pronto resonó, procedente de la ventana, un canto maravilloso. Era el ruiseñor posado en una rama. Enterado de la desesperada situación del emperador,
    había acudido a traerle consuelo y esperanza; cuanto más cantaba, más se recuperaba el emperador.

    Fue así como el fiel ruiseñor que había sido olvidado y desterrado regresó todos los días a cantarle al emperador.

    Lo escribió Hans Christian Andersen en 1843 en Dinamarca y habla sobre la amistad.
  3. Háblame,
    que tu voz es mi bendición,
    es la droga que calma mis angustias.
    Háblame,
    que las hojas movidas por el viento,
    me susurran tus palabras.
    Háblame,
    dedícame un segundo amor,
    que solo escucharte me hace feliz.
    Háblame,
    cuando el cielo llore por los dos
    y las gotas mojen la distancia.
    Háblame,
    cuando tu mundo se caiga a pedazos,
    que seré el remanso,
    donde puedas reposar.
    Háblame,
    cuando pienses que el amor está a tu lado
    y me sientas cerca de ti.
    Háblame,
    cuando el otoño se deshaga en horas muertas
    y la muerte revolotee entre las sombras.
    Háblame,
    cuando la primavera florezca entre tus manos
    y un nuevo amor llame a tu puerta
    Háblame,
    cuando el cielo y el infierno se confundan.
    Háblame
    y dime que este sueño de amor se terminó,
    que solo fui un relámpago en tu cielo,
    aunque tú fuiste el rayo que me quemo el alma.
    Háblame por Dios,
    que yo me he quedado ya sin palabras,
    los miedos y las dudas me atacan
    ya no tengo fuerzas para combatir sin ti…
    Háblame amor,
    dime que aún me sientes dentro de ti
    o simplemente háblame
    y dime que este es el fin.



    A José Valverde Yuste le gusta esto.
  4. Yo quería escribir algo para vos, pero llegó la fiebre y el dolor, y ahí quedó todo a medias.

    Luego la muerte pasó muy cerca, sin dar explicaciones cansada de pedir ayuda, Milagros saltó al vacío y quedaron mil preguntas en el aire y un solo consuelo para quienes la amaban, al menos ya no sufría, era libre al fin.
    Y anoche una mamá corría desesperada buscando ayuda, su bebé apenas respiraba no podía esperar la eternidad que demoró la ambulancia, así que golpeó la ventanilla de nuestro auto, por favor, por favor mi bebé se muere.
    Subí, subí al coche fue nuestra respuesta, con algo de dudas y temor , por los robos, fuimos tocando bocina y agitando mi gorro (porque no tenía un pañuelo blanco) pidiendo paso porque era una emergencia, la desesperación de esa mamá fue mía y la angustia de escucharla gritar : por favor, más rápido, mi bebé no respira.
    Yo no se hacer RCP murmuro,
    yo sé hacer RCP pero no puedo, no puedo!, grita la mamá.
    Si podés, masajea su pechito, soplale aire, le pido, mas que orden es un ruego.
    ya casi llegamos
    Unos pocos kilómetros, unos minutos que fueron siglos hasta que llegamos al hospital, los policías y médicos de la guardia salieron a recibirnos, entró y la espera fue eterna hasta que salió la mamá.
    Gracias a uds mi hijo esta vivo, gracias, gracias por salvarlo,
    y entonces por fin pudimos respirar aliviados.
    Esta vez le ganamos.

    No soy escritora, no soy poeta, sólo soy alguien que ama la vida y que una vez amo la muerte y desde ese día juega con ella al ajedrez.
    A José Valverde Yuste le gusta esto.
  5. A José Valverde Yuste le gusta esto.
  6. ¿Reconoces mi mirada?
    Aun brilla en ella, el sol del amor,
    ese amor que tu despertaste,
    hace…mil años
    ¿Reconoces mi boca?
    Labios que saboreabas,
    boca de la cual bebías
    hasta enloquecer.
    ¿Reconoces mis manos?
    Esas que como mariposas
    revoloteaban en tu piel ansiosa
    de fuego y sal.
    ¿Reconoces mi cuerpo?
    Mar que tantas veces
    derramaste entre besos y caricias.
    ¿Reconoces esta cabeza loca?
    esa que intentabas
    llenar de cordura.
    ¿Me reconoces amor o ya me olvidaste?
    Lo sé, ya no soy la misma
    pero mi alma no ha cambiado,
    a pesar del tiempo
    sigo siendo en el fondo,
    la misma niña tonta
    que se enamoró de vos.
    A José Valverde Yuste le gusta esto.
  7. En un mundo gris
    quien nos ama
    nos llena de color

    A ERIS. y José Valverde Yuste les gusta esto.
  8. Hermosa canción en una dulce voz
    A ERIS., José Valverde Yuste y malco les gusta esto.
  9. me equivoqué de canción, no puedo pensar me duele todo
    lo siento
  10. A dragon_ecu y ERIS. les gusta esto.
  11. Te gusta esto.
  12. A ti, a José Valverde Yuste, a Sasha. y a 1 otra persona les gusta esto.