TRINA ORTIZ 2 de Julio de 2011
No importa la geografía de esa costa, el dolor y el desamparo de los expatriados es siempre el mismo. La valentía se confunde con la ignorancia de la magnitud de la aventura y la esperanza se queda quieta en el corazón esperando a ver que pasa...
Crudo y excelente, Saludos...