Cuando uno se defrauda

Y que hay cuando uno se defrauda
de aquello que creíste que era todo
te sientes claudicar de algún modo,
no se puede esperar que alguien aplauda

aquel proceder incorregible,
no se puede sostener tanta mentira
aunque corra mi pluma a la lira
a de volverse mi alma irascible,

Inflexible ante tanto engaño,
y no puedo aceptar la verdad cruda
ni tampoco los versos de Neruda,
yo no busco guardar en entre-paño

tanta y tanta falsedad
entre el cielo y la tierra todo se sabe
y sin duda probé amargo jarabe
de nada me sirvió la terquedad.

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