Desde las torres

No tengo control sobre los tristes ojos
que miran en la distancia,
como si vieran la verdad allí,
el mundo que se dispersa
completamente absorvido en sí mismo.

No tengo respuesta
sobre indiferencia, desaliento o miedo,
el mundo con caminos errantes
que fluyen en la oscuridad,

encuentro una vista en confianza
y en un mundo que se configura,
se mantiene erguido en una
inspección más cercana,
y siempre se inclina hacia el cielo
y hacia el sol.