¡¡EL ALMA NO SE EQUIVOCA, CARIÑO.

¡¡EL ALMA NO SE EQUIVOCA, CARIÑO.

Te quiero en mis mañanas
entre la espuma de tu mar
y el aroma de mis praderas.

Te quiero con el brillo del sol
mirar tus playa y tus arenas
mientras el viento sopla
las copas de mis arboledas.

Te quiero sin el hechizo
de mi caldero y mis fresias
y te percibo marino,
aunque aún no lo creas.

Y quiero ese beso
arropado y loco
que en un descuido
tú me dejas.

Te quiero porque te quiero,
en mi otoño y tu primavera
siento el calor de tu entorno
mientras vivo mis tormentas.

Soy lo que tú ves, un remolino,
una hoguera que flamea
una llama que no quema
y así te amo sin condena.

Te quiero sin tratar de entender
sin cuestionar si es una fantasía;
el alma no se equivoca cariño
en las cuestiones del querer.

El alma no se equivoca, cariño
si aún te siento necesario
yo se que tu alma me toca
ya sea en las noches,
o en el amanecer.

Te quiero en mis mañanas
entre la espuma de tu mar
y el aroma, el aroma
de mis praderas.