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El sueño de los otros

Publicado por catia-love en el blog ¡¡EL BLOG DE CATIA-LOVE!! -. Vistas: 556

Hay una leyenda budista que se comenzó a contar alrededor del siglo V sobre los granos de mostaza, siendo además de una hermosa parábola la primera referencia que se conoce para estos granos. Una historia sobre la tristeza y la inevitabilidad, sobre la pena de una madre y la infinita sabiduría de Buda.

Cuenta la tradición que una mujer se acercó a Buda con lágrimas en los ojos y llorando por el inminente fallecimiento de su hijo, envenenado por la picadura de una serpiente. La mujer explicó al Iluminado que los médicos le habían dicho que ya no quedaban esperanzas de salvarlo. Fue entonces cuando Buda le dijo a la desconsolada madre que si le traía un grano de mostaza negra procedente de un hogar donde no hubiese muerto ningún familiar curaría a su hijo de inmediato. La mujer marchó en dirección al pueblo sin perder ni un instante.

La madre recorrió el pueblo entero de puerta en puerta, preguntando a sus habitantes por los fallecidos de la familia, pero a medida que se le iban terminando las puertas, veía cada vez más difícil encontrar un hogar libre de las garras de la Parca. Aunque todos le ofrecían granos de mostaza con enorme compasión por la pérdida de su hijo, no logró encontrar un sólo hogar libre de fallecidos, ya fueran padres o madres, hijos o hijas, aunque los vecinos también le rogaban que no les recordara la pena de sus pérdidas.

Una vez que la dolorida madre hubo recorrido el pueblo entero, y viendo el fracaso de su búsqueda, retornó llorando ante la presencia del Buda, comenzando a aprender una valiosa lección sobre la fragilidad de la vida. La mujer supo entonces que su dolor no era ni mucho menos único, que todos hemos perdido a alguien alguna vez, y que la muerte es una de las leyes fundamentales de la vida, así que marchó para llorar su pena con la bendición del Buda.
A Vicente Fernández-Cortés le gusta esto.
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