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Gracias desde el corazón, hasta el milagro de dejarte un beso...

Publicado por NOSTALGIA en el blog Garabatos de amor. Vistas: 852

Se quedó parada, apretando los labios, encadenando entre sus dientes, el nombre de ser que más había amado en su vida. Él cruzaba ya el umbral, con paso lento se dirigía a lo que era un adiós definitivo. Ella respiró hondo, como tratando de llenar su alma de dignidad y valor, no quería correr tras esa espalda que se mostraba ante sus ojos como daga, esa espalda que le hacía entender que él se iba… que todo había terminado.
Se tragó los suspiros que intentaban traspasar esa espalda y llegar hasta los latidos de su pecho, saber si aún había eco, si esos latidos en algún momento pronunciaban su nombre…pero no, mordió los labios y los apretó fuertemente en su pecho para impedirles que salgan. No quería averiguar más, no era necesario, él lo había dicho todo y aunque no era claro para ella ni le resultaba un motivo suficiente, lo aceptó, lo acató y resignada se quedaba, ahogando en su pecho todo el amor que sentía.
“Es mejor no estar juntos, tengo miedo que nos hagamos daño”
Algo así dijo él… ella no lo entendía…”Jamás te haría daño, porque te amo”-dijo ella sólo una vez- no lo volvió a repetir, al ver que él igual se marchaba.
Dio la vuelta, imaginando que espalda con espalda se despedían, mientras escondían cada uno la tormenta que se les vaciaba desde el alma y les corría por el rostro.
Se había terminado una hermosa historia de amor y no por falta de amarse, porque se amaban con la vida, pero como todas las historias tienen un final y no siempre el mejor, este era el final más doloroso que les había tocado presenciar y sentir.
“Gracias desde mi corazón” le dijo ella mientras seguía sus pasos hacia la puerta de salida.


Por los días que se fueron
a poblar un tiempo pasado
que hoy habita mi nostalgia.


Por instantes que quedaron
en recodos melancólicos
de mi alma tristemente solitaria.


Por los besos no entregados
que hoy pernoctan en mi cielo
suspirando por tu boca.



Por haber creado un sueño
donde acariciar anhelos
y dejar que me sintiera
por tu alma, tan amada.


Por las noches de placer,
por los miedos espantados,
por la dulzura entregada
por acompañar mi soledad.


Por todo...
por ser, por existir
y haber pasado por mi vida
dejando una dulcísima huella.


“Gracias desde el corazón, hasta el milagro de dejarte un beso” -respondió él- y siguió camino a la salida contraria, la que lo llevaba lejos de ella, la que lo apartaba para siempre de ese sueño que una vez tejiera ilusionado con ella... mientras susurraba su última caricia...


Por haber visto tus ojos.
Por la lágrima inhibida.
Por sentir tu piel.


Por el aroma de tu risa.
Por escuchar tu canto.
Por bailar sobre tu brisa.


Por descuidar un suspiro.
Por respirarlo yo ese día.
Por ser jardinera del cielo.
Por dejarme recoger estrellas.


Por embriagar mi pensamiento.
Por abrazar la luna en celo.
Por a veces yo ser nadie.
Por mil veces tu ser pleno.


Por regalarte un clavel
y por decirte "te quiero".





Se escuchó el sonido de dos puertas que se cerraban… y un amor inmenso que antes había habitado esos dos corazones, se desintegraba en el vacío, carente de latidos que lo sostengan, caía …moría…Mientras dos almas mascullaban un adiós y se alejaban.
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