La ribera de tus mares

La ribera de tus mares

Era la hora plena de un momento libertino
la luna se asoma llena a la vera del camino,
los sauces y los cipreses se enredan al marinero viento
y con intuición presiento tendrás que atender mis preces.
Con cuál temerosa pena me ocultas lo que padeces
si darte lo que mereces me lo ha marcado el destino
y solo es temor ajeno sin riesgo y sin importancia
púes con cercana distancia con mis lluvias yo te riego.
Inmensa serán las noches que la luna en sus estelas
colgará un diamantino broche a tu pecho y te revela
que envuelta en transparentes sedas se ciñirá a tus sienes
de orfebre una diadema de niebla y de caireles.

Tendrás con desmedido tiempo la fuerza de mis quereres
y en el aromado aliento de tus labios de rosicleres
confundido como viento en tu crespa cabellera
intentaré alojarme en tu boca como fuera.
Inquietas las mariposas danzarán en los trigales
y tejeran con espigas a tus nidales rubiales
y con cantos de jilgueros y trinares de zorzales
entre almendros y perales,
como sol renaceré en la ribera de tus mares.

Mueve el alma los vigores y sea el esfuerzo merecido
que se aquieten los rigores de este río que crecido
se desborda y acrecienta si cercana no te encuentras
y se calma, se reposa en en tu cuerpo y tus sentidos.
De las púrpuras tintas de los cárdenos granos
beberé sorbo a sorbo en los cuencos de tus manos
el vino que en el tiempo en tu cuerpo ha madurado
y serás el sustento que en cáliz sagrado
guardarás en tu pecho y en tu piel iré tatuado.