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Mi sangre yerta, obra completa

Publicado por MiguelEsteban en el blog El blog de MiguelEsteban. Vistas: 678

Mi sangre yerta, obra completa

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Mi sangre yerta

I

Canta mi sangre yerta,
el hierro de mi tierra por sembrar,
canta la amapola vieja,
sangre del corazón carmesí,
sueña mi semilla despertar,
donde el muerto cave su vida,
y mi cicuta triste,
enraíce el paraíso,
de pieles sedientas
y hojas muertas,
corre mi otoño desde la vereda a la rambla,
corre mi frío desde el infierno
al río de esta alma por ganar,
encina yerta de mi piel esquiva,
beso de tierra y vid,
beso de trigo y girasol,
de cuchillo de espiga mi cante,
de zarza y espina mi amor
real como intangíble,
áspero y rígido,
bravo y valiente,
duro y endeble,
metal y simiente,
pan y niebla,
niebla y bruma me desprende,
desde la boca hasta el pecho,
donde canta mi pasión sin despecho,
vive esta sangre caliente,
lumbre de mis tocones,
nube del cielo por dibujar,
a estampa de sed y viveza por entrañar,
canta mi umbral,
quiere tener soles y lunas sin gemir,
invierno llegas,
dibujando transparentes los miedos,
avanzas cada campo sin permiso,
helando hasta el hielo,
oda de mi sangre yerta,
por mi tierra me arde la siembra,
y el beso queda escueto,
parco el sentido enamora el hálito,
quién te viera marchar,
vestida de olivo y centeno,
de olivo y cebada,
de trigo y espada mi guadaña,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición cantas tu canción,
y los cuervos te rinde pleito de negra ala,
de grazno escondido en cada roble,
desde la piedra a la cueva
abrasas oscuridad mi entraña,
dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo yace muerto,
y solo los duendes te entienden,
solo las hojas buscan su nueva vida,
deste sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha y la sombra por ganar,
desde mi tierra encendida hasta la parca bonita,
desde el cante a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana
en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,
suspira el rojo,
quiere ser río de alma y arrojo,
quiere nacer abrojo,
el espino mece la espina de mi antojo,
y la amapola amarilla,
solo ella abre a la gran luz,
horizonte de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado suspiro de frío,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa el amor de mi sangre yerta.

II
Canta mi sangre yerta,
el hierro de mi tierra por sembrar,
un embrujo desta hacienda,
canta la amapola vieja,
sangre del corazón carmesí,
sueña mi semilla despertar,
donde el muerto cave su vida,
y mi cicuta triste,
enraíce el paraíso,
de pieles sedientas en entrañas despiertas
y hojas muertas camino de savia dura,
corre mi otoño desde la vereda a la rambla,
corre mi frío desde el infierno
al río de esta alma por ganar,
encina yerta de mi piel esquiva, florecida,
beso de tierra y vid,
beso de trigo y girasol,
de cuchillo de espiga mi cante,
de zarza y espina mi amor
real como intangible,
áspero y rígido,
bravo y valiente,
duro y endeble,
metal y simiente,
pan y niebla,
niebla y bruma me desprende,
desde la boca hasta el pecho,
donde canta mi pasión sin despecho,
vive esta sangre caliente,
lumbre de mis tocones,
nube del cielo por dibujar
en rígida estela rendida,
a estampa de sed y viveza por entrañar,
canta mi umbral,
quiere tener soles y lunas sin gemir,
invierno llegas,
dibujando transparentes los miedos,
avanzas cada campo sin permiso,
helando hasta el hielo,
oda de mi sangre yerta,
por mi tierra me arde la siembra,
desde mi opaca siega
y el beso queda escueto,
parco el sentido enamora el hálito,
quién te viera marchar,
vestida de olivo y centeno,
de olivo y cebada,
de trigo y espada mi guadaña,
donde dibuja el suelo mi cama,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición cantas tu canción,
y los cuervos te rinden pleito de negra ala,
de grazno escondido en cada roble,
crascita desde la piedra a la cueva
abrasas oscuridad mi entraña,
dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo yace muerto,
y sólo los duendes te entienden,
sólo las hojas buscan su nueva vida,
deste sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha y la sombra por ganar,
desde mi tierra encendida hasta la parca bonita,
desde el cante a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana
en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,
suspira el rojo,
quiere ser río de alma y arrojo,
quiere nacer abrojo,
el espino mece la espina de mi antojo,
y la amapola amarilla,
sólo ella abre a la gran luz,
horizonte de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado suspiro de frío,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa el amor de mi sangre yerta.
Esperando en rojo su siembra.

III
Mi sangre yerta esquiva, humeante;
canta mi sangre yerta, granate,
el hierro de mi tierra por sembrar,
canta la amapola vieja, desvencijada;
sangre del corazón carmesí, rubí excelso,
granate lustre postrado.
Sueña mi semilla despertar mi sepultura efímera,
donde el muerto cave su vida,
y mi cicuta triste, desprotegida
enraíce el paraíso
de pieles sedientas y bocas sobre una araña;
hojas muertas, de mi vida escrita.
Corre mi otoño desde la vereda a la rambla,
corre mi frío desde el infierno
al río de flores desangrado de esta alma por ganar.
Encina yerta de mi piel esquiva, flamígera
beso de tierra y vid dorada al beso;
beso de trigo y girasol,
de cuchillo de espiga mi cante,
de zarza y espina mi amor
real como intangíble, áspero y rígido,
bravo y valiente, duro y endeble,
metal y simiente.
Pan y niebla, bruma y cal,
mi carcoma sedienta,
niebla y bruma me desprende,
desde la boca hasta el pecho,
donde canta mi pasión sin despecho,
vive esta sangre caliente,
lumbre de mis tocones,
nube del cielo por dibujar,
a estampa de sed y viveza por entrañar,
canta mi umbral,
quiere tener soles y lunas sin gemir,
invierno llegas,
dibujando transparentes los miedos,
avanzas cada campo sin permiso,
helando hasta el sentido despierto,
oda de mi sangre yerta, humeante, dolida;
por mi tierra me arde la siembra,
y el beso queda escueto,
parco lo sentido enamora el hálito,
quién te viera marchar,
vestida de olivo y centeno,
de olivo y cebada,
de trigo y espada mi guadaña,
por la calma abrasas la esperanza,
en maldición cantas tu canción,
y los cuervos te rinden pleito de negra ala,
de grazno escondido en cada roble,
desde la piedra a la cueva
abrasas oscuridad mi entraña,
dibujas tu vívida estampa,
donde el tiempo yace muerto,
y solo las sombras te entienden,
solo las hojas buscan su nueva vida,
deste sembradío de niebla me avanzas sin piedad,
la dicha y el reflejo por ganar,
desde mi tierra encendida, hasta la parca bonita,
desde el cante a la maraña,
te canta mi vida quieta
este amor de la mañana
en tu pliegue de sonrisa y en la noche de tu cara,
suspira el rojo,
quiere ser río de alma y arrojo,
quiere nacer abrojo,
el espino mece la espina de mi antojo,
y la amapola amarilla,
sólo ella abre a la gran luz,
horizonte de mi piel que quiebra como ayer,
enamorado suspiro de frío,
enamora mi hielo,
donde duerme,
donde reposa
el amor de mi sangre yerta,
flamígera, apagada
dueña de mi luz y de mi sombra,
transmigrada a la espera,
de caudal y cauce sin igual,
viviré siempre yo en su siembra.
Vespertino azar;
Sol de mis soles,
era él hálito transparente,
vida de una vida en gota de agua.
Avanzo sin calma
mi existencia en un papel,
hoy no se venderá
al postor rendido.
Verá el tiempo
que no pudo conmigo,
ni desdoblará clepsidra
de mi metal furtivo.
Brotando mi credo,
abriendo tierras,
con orgullo del fulminado ayer
que se escapa en mis manos.



El Castellano

Son tres ediciones del mismo trabajo el original primero es del 2013.
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