Moruna

Moruna

Vide al claror de la Luna causandome grande asombro
con recelo aún lo nombro la visión de aquella moruna,
perturbado en el delirio, afectado en la cordura
os juro que vez alguna vide tan gran fermosura.

Era esbelta e impulsiva,
de misteriosa figura sibilina, cabellera de oscura noche
en su andar ostenta el derroche cual grácil fiera felina.

Selene esplende el destello de su tiara diamantina
y de envidia se importuna y su rostro se satina
palidece de centello manando blanca espuma
de pasmo estupor se abruma, al guipar la diosa moruna.

Conforta de serena calma la beldad de su magna hechura
y en su piel de tersa lisura bordada va mi alma
y entre búcaros y jaras, mi corazón se declara, fárrago y penitente
y he de vagar permanente a las dársenas de sus brazos
y en el calor de sus abrazos volverme residente.

De su talle iré ceñido y con cantos de vihuela
cual cérvido que riela en su amor quedar sumido
y en diáfano querer, impávido y sédano
cual ingrávido cordero, seré dócil grébano.

Y en pedrisco descendido de la altitud del cielo
cual ventisca que origina un vendaval entero
envolveré de solandras de madreselvas y jazmines
y con aromas embriagantes a tu cuerpo y sus confines,
con trovas de jilgueros y trinar de ruiseñores
arrullaré tus sueños y llenarlos de ilusiones
y en los bordes de tus labios dejarte los presagios
escritos con mis besos y en las luces de tus ojos
entre suertes y ahojos de tus encantos ser poseso.