Noche de cencerros

Noche de cencerros

El silencio nocturno,profundo
en las soledades de las praderas
es inquietante y rotundo.

Un sosegado viento atempera
arrastrando un rumor lejano
rumor de penurias que lacera
rompiendo el silencio con llantos.

Prisioneros
en lúgubres comparsas
en el rastro de las distancias
en penosas y lentas marchas
sometidos sin esperanzas.

El sonido metalico de las cadenas
anuncia el fin de la libertad
la indigna esclavitud los condena
a la muerte y a la enfermedad.

En la oscuridad encendida de las antorchas
avanzan atraillados en hileras
confundidos, con un miedo obligado
un destino de crueldades les espera,
en penosa negra procesión
sonámbulos caminan
tienen ya muerta la ilusión
el miedo y el terror los domina.

Cautivos de los negreros
sometidos al yugo del libambo
con latigazos certeros
con dolor se van quejando,
argolla de hierro en torno al cuello
con un vástago terminado en cencerro
unidos con cadenas van siguiendo
los pasos infames del negrero,
y en larga travesía van
al barco que les espera
y amontonados sin compasión
en oscuras y sucias bodegas
encerrados perderán ,su humana condición.

Capturados sus tribales pobladores
bien prendiendo fuego a aldeas enteras
sorprendidos en los manglares
o donde quiera que fuera
ya nunca se libraran
de los castigos y las cadenas.

El tam-tam de los cencerros
un canto de súplica invoca
con rumores lastimeros
negros requiens tocan.

Vendidos en los mercados
como bestias serán marcados
por la carimba de hierro ardiente
en sus carnes será tatuado
a fuego el dolor oscuro
de sus almas penitentes.