Ojos latinos

OJOS LATINOS

¡Qué fácil sería decir que esto no es amor!.
Difícil es soltarse de las ataduras que matan
los gritos de libertad,
en la soledad de la media noche.
¡Qué fácil sería todo si supiéramos en dónde y cómo!.
Conocer los “siempre”, los “quizás” y los “nunca”
escondidos en el fuego de la luna;
el ‘’no’’ anidado en el fondo de las pupilas de tus ojos latinos,
los mismos que hoy me ven en tercera dimensión.

¡Qué difícil ha sido olvidarte!.
Estás ahí presente entre mis cuatro paredes;
en la diaria exclamación del rosal en el jardín;
en una rara primavera que pare cerezas rojas;
en las campanadas que suenan desde el reloj de pared
[por el andar de las horas.

Un te quiero, un olvido, un adiós.
Al final de este debate, suena una trompeta, un órgano,
un violín y un piano romántico que tocan las composiciones
de Ray Conniff…
Y con todo esto no es fácil de decir
que pierdo tus ojos latinos y sin ellos puedo morir.