Poema LXIII: Corazón mentiroso

Hoy me voy y me rindo,
soy un pelafustán que admira el arte impresionista
y solo con un vaso roto brindo
porque soy un can y jamás seré artista.
Hoy que tienes el corazón de océano,
la belleza eterna y celestial de Afrodita
hoy que su corazón es sucio y caro;
es lo engañoso, es lo hipócrita.
Hoy que brilla fosforescente cegando,
irradiando con coposos rayos ultravioletas,
hoy que su corazón rocoso ya no es blando
y se agita como de un atleta.
Hoy su corazón un precioso rubí,
es magistral como las pinturas de Dalí,
hoy que su corazón es una cereza envenenada,
es una copa lujosa con algo de Martini,
hoy que su corazón es una rosa encarnada
que se oculta en el jardín del capulí,
se despide el corazón como una estrella fugaz
y al contemplar un deseo le pedí.

Hoy que su corazón es un ave palmípeda,
ese corazón quiere volar pero su pecho lo impide
ese corazón no quiere que le odien y le teman,
porque ese corazón en dos se divide:
mitad humano, mitad diamante:
lo humano de su corazón no vive
y su corazón diamante esta agonizante
y próxima a la desesperación del declive.