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¿Sabemos cómo cagar? ―homenaje a Antonin Artaud

Publicado por danie en el blog El blog de danie. Vistas: 594

Allí donde huele a mierda huele a ser. Dijo Artaud , y yo estoy de acuerdo, pero agregaría: ¿ese ser que huele a mierda en verdad sabe cagar? Desde un principio quiero analizar el concepto del verbo cagar y con esto pregunto: ¿por qué cagamos?No es una pregunta retórica, para nada, todo lo contrario, es una pregunta elemental y vital para el indulto del cuerpo y el alma.
¿Yo quiero saber en verdad por qué cagamos? Ya sé lo que me van a decir: cagamos para evacuar la podredumbre del cuerpo, la materia fecal que tanto peso a nuestra historia nos trae. Pero yo les pregunto a ustedes… ¿Lo hacemos bien o simplemente creemos que cagamos bien?
Yo creo que en verdad cagamos mal, no sabemos cagar, y el punto está en que por eso jamás podremos sacar toda esa podredumbre que llevamos dentro.


Cuando nos sentamos en el retrete comienza un ciclo. Algunos prenden un cigarrillo, otros leen el diario, pero todos piensan en la función de cagar, desde el ano expulsan toda la materia fecal…, también intentan dilatar la injuria, excretar la blasfemia, el ateísmo, el error de ser humano, pero cuando terminan de limpiarse, siguen sintiendo el peso de la historia, siguen sintiendo las cruces en la espalda, el dolor de los crucificados santos, las densas paredes revestidas con el oro del Vaticano. Un conjunto de factores que los torturan; aclaremos que la tortura psíquica es más sanguinaria que la física y amplía una variedad de torturas que se unen como eslabones de una cadena que con sutileza y descaro nos azota hasta dejarnos en agonía. Así se podría decir que vivimos agonizando hasta el último beso de la muerte, ese finiquitado suceso que se trasforma en un piadoso deceso para nuestra vidorra marchita.


¿Será que realmente no podemos cagar y expulsar tanta historia aplastando nuestros cráneos, sofocando nuestras almas, comprimiendo los ánimos? ¿Será que tenemos una alma o desde antes del mismo tiempo la perdimos por el escusado?
Así mi pregunta aún abarca una temática más amplia. ¿Cagamos lo bueno y lo malo o en verdad cagamos lo bueno y nos quedamos pudriéndonos con lo malo?

Para esto me dirán que existe la confesión, la confesión limpia el alma, absuelve los pecados. Yo les digo que la confesión es un fraude, es basura de la peor calaña, no absuelve nada, es que no te puede absolver un cura de carne y hueso con tantos vicios como torturas por parte de un amo, y si digo un amo, quiero referirme al concepto de sociedad, una sociedad enviciada y corrupta que nos gobierna, que nos hace un enema de cabeza o nos encierra en el manicomio porque ve a un homicida en potencia.

Un homicida en potencia: Van Gogh fue uno, sus pinturas fueron una bomba a punto de estallar sobre los pilares de la sociedad, dichosa sociedad que juzgó y empujó al suicido al artista con su acusación sin sentido. Artuard fue otro homicida que trató a la psiquiatría como lo que es realmente: simios controladores que con sistemas burocráticos mantienen el control de las mentes; yo los llamaría verdugos del cerebro, de la creación basados con sus ideas que se aferran al temor.

Artuard bien dijo: "En todo psiquiatra viviente hay un sórdido y repugnante atavismo que le hace ver en cada artista, en cada genio, a un enemigo…"

El artista desde mediados de siglo y hasta la actualidad siempre fue un potencial enemigo para la sociedad, para esa sociedad impúdica que siempre impuso lo que está bien y está mal. Y pareciera como que nosotros los ciudadanos somos un conglomerado de estúpidos anónimos que tememos por su poder tanto consciente como inconscientemente y acatamos sus reglas tanto como su frígida moral.

La sociedad es la mierda, sí, y lo peor es que estamos rígidos ante su conducta, no nos inmutamos si vemos que encierran a un loco en el loquero, sólo decimos: pobre hombre debe estar mal. No, los que estamos mal somos nosotros, amigos, y creo que en verdad estamos mal porque no sabemos cómo cagar.

Los titulados de “locos” saben cagar y lo hacen muy bien, y cuando no pueden cagar de última se lanzan un pedo que parte a las instituciones en dos, a las instituciones hechas por esa simulada moral, por esa vergonzosa y puritana jueza que de ciega no tiene nada.

Si sabemos el concepto de moral, deberíamos saber que la moral jamás debe juzgar tanto física como mentalmente a los sujetos raros, raros porque piensan con libertad, porque presentan un espíritu rebelde que hace abrir los ojos de los demás, porque piensan diferente y si ven a un mendigo lo cagan a trompadas en vez de llevarlo a almorzar para que vea que se puede defender y por lo tal alimentarse sin la necesidad de otro.

Como dije antes, la sociedad es la mierda que nos inculca desde chiquitos como debemos cagar, y nosotros los estúpidos que le creemos y pensamos que lo hacemos bien.

Antonin Artaud de loco no tenía ni la sombra, era más un soñador rebelde que luchó por sus convicciones hasta el final, como la sociedad no pudo domarlo lo encerró durante nueve años en una institución psiquiátrica.
Con su tesis de tortura esclavista de la mente, hoy en día se conoce a la lobotomía como una grave tortura mental, antes de esta estaban los electroshocks. Y con esto puedo citar una de sus últimas declaraciones:"El señor Artaud no come hoy, pasa al electroshock".

Artaud tuvo más de cincuenta electroshock en esos nueve años, pero hasta sus últimos días siguió escribiendo con la misma lucidez que ningún poeta o filosofo hasta la actualidad pudo tener. Esto demuestra la conclusión de que los locos internados en el manicomio son los más cuerdos que ven a la mierda de sociedad que nos alberga. Mientras que nosotros, los ciudadanos, seguimos respirando inconscientemente su prácticas de lobotomías. Así estúpidos quedamos, tanto que ni siquiera sabemos cómo debemos cagar.
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