Salir a flote

Salir a flote

Cuenta, si te resultó fácil o difícil

salir a flote

después de haberte hundido,

lo que sentiste mientras te hundías

esa parte de ti tan increíble

tan poco conocida,

un silencio

esponjoso y hermético

como de agua en un frasco de medicina inyectada

algo aséptico,

mucha calma

ojos cerrados como los puños

pero sin dolor

oídos dando vueltas

en esos laberintos sin sentido.


Creo que perdí la orientación de las palabras

norte, sur

entremezclados en la brújula

día, noche

en ese largo atardecer

de los abrazos consumidos

cuando lo imposible

es esa saliva fluida de volcán en la boca

que derrite nostalgias.


No fue difícil creer en Dios mientras me ahogaba

mientras sentía esa opresión en los pulmones

esa corona de espinas de difuntos

con algunos clavos, eso sí,

como cálculos de arena en el riñón derecho.


Que difícil mear mientras te hundes

y el agua entra en ti, por tu garganta

y rodea tu sangre con sus nudos

victoriosos,

que difícil, pero a la vez tan fácil

llenarse

de todo lo que nadie quiere

pero al fin consume

deliberadamente

por razones múltiples.

Ahora,

dejándonos por fin de todo rollo metafísico

quiero amor, que me consumas libremente

y salir contigo

contigo salir a flote.
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