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Publicado por Ligia Calderón Romero en el blog Cartas sin destinatario, relatos y retAzos. Vistas: 874

I

Este es un reino donde todo al inicio era sano. Sin embargo, daremos un paseo por la actualidad.

Arriet, es el planeta donde habito. En los comienzos, como una bocanada fresca y pura, el aire entraba en los pulmones y daba vida. El cielo era un nítido espejo que se sonreía al mirarse en las cristalinas aguas de los mares y todo era vida, nada más que vida. Los animales en su hábitat reinaban, eran verdaderos reyes en sus dominios. Ciertamente el universo era un carrusel con cada pieza en su lugar y marchaba a la perfección.

Con el tiempo, Aicneical, amo del universo, plantó un raro espécimen llamado Adiciuserbmoh y no conformándose con eso, le arrebató una de sus costillas y le dio una compañera llamada Adiciusrejum para que juntos disfrutaran de Arriet, su paraíso.

Todo parecía marchar bien. El sol, el mar, la luna, las estrellas, el viento, las selvas con sus animales y sus fuentes de agua pura, todo, todo un verdadero paraíso como fue el deseo de Aicneical.

Un día en que Adiciuserbmoh y Adiciusrejum estaban aburridos de tanta monotonía comenzaron a elucubrar ideas sobre esto y aquello. Lo primero que hicieron fue analizar con detenimiento el significado del nombre de su creador, su forma de actuar, todo detalle fue puesto en observación, hasta que un día quisieron ser igual a "Aicneical" y este fue su primer proyecto juntos.

Despacio, pero con buena letra, fueron armando sus pequeños proyectos, primero descubrieron el fuego y así fueron avanzando hasta que lograron salir de su planeta y luego fabricar enormes pájaros que colocaron fuera de Arriet y todo fue fiesta y algarabía. Pero allí no se quedó el asunto. Ellos tomaron por cuenta propia el control del universo, mientras Aicneical los mira, a veces con desconsuelo, otras con compasión...

continuará

PD. los nombres se los debo a nuestro amigo, escritor, Vicente (Évano)
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