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Solar poético

Publicado por malco en el blog El blog de Malco / El solar de la palabra.. Vistas: 754

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Gioconda Belli

Gioconda Belli es una escritora nicaragüense que ha cultivado varios géneros; nació en Nicaragua el 9 de diciembre de 1948. En su juventud cursó estudios universitarios de Publicidad y Periodismo en Estados Unidos, país al cual viaja con mucha frecuencia desde hace más de veinte años. Durante la dictadura del general Somoza, su postura opuesta le trajo como consecuencia el exilio para evitar ser encarcelada; sus destinos fueron México y Costa Rica. Su lucha por derrocar al régimen opresivo no terminó ahí, ya que más tarde se unió al Frente Sandinista de Liberación Nacional, al igual que otros tantos intelectuales de la época. Esto la llevó a participar de una larga serie de actividades clandestinas, que fueron desde la entrega de correspondencia al transporte de armas.
Su producción literaria se suele divide en tres etapas, en las que abordó desde la poesía revolucionaria hasta la novela y el cuento infantil. A grandes rasgos, algunas de sus obras más renombradas son "Sobre la grama", con la que obtuvo el premio de poesía Mariano Fiallos Gil, "Línea de fuego", "Truenos y Arco Iris" y "De la costilla de Eva". Contamos con una larga lista de poemas de su autoría, entre los que se encuentran "Huellas" y "Es larga la tarde".



  1. Ahuyentemos el tiempo, amor


    1. Ahuyentemos el tiempo, amor,
      Que ya no exista;
      Esos minutos largos que desfilan pesados
      Cuando no estás conmigo
      Y estás en todas partes
      Sin estar pero estando.
      Me dolés en el cuerpo,
      Me acariciás el pelo
      Y no estás
      Y estás cerca,
      Te siento levantarte
      Desde el aire llenarme
      Pero estoy sola, amor,
      Y este estarte viendo
      Sin que estés,
      Me hace sentirme a veces
      Como una leona herida,
      Me retuerzo
      Doy vueltas
      Te busco
      Y no estás
      Y estás
      Allí
      Tan cerca.


    1. Áspera textura del viento


      1. Nacida de la selva me tomaste
        Arisca yegua para estribos y albardas.

        Durante muchas noches
        Nada se oyó
        Sino el chasquido del látigo
        El rumor del forcejeo
        Las maldiciones
        Y el roce de los cuerpos
        Midiéndose la fuerza en el espacio.

        Cabalgamos por días sin parar
        Desbocados corceles del amor
        Dando y quitando,
        Riendo y llorando
        -El tiempo de la doma
        El celo de los tigres-

        No pudimos con la áspera textura de los vientos.
        Nos rendimos ante el cansancio
        A pocos metros de la pradera
        Donde hubiéramos realizado
        Todos nuestros encendidos sueños.

    1. Cómo pesa el amor

      1. Noche cerrada
        Ciega en el tiempo
        Verde como luna
        Apenas clara entre las luciérnagas.
        Sigo la huella de mis pasos,
        El doloroso retorno a la sonrisa,
        Me invento en la cumbre adivinada
        Entre árboles retorcidos.
        Sé que algún día
        Se alzarán de nuevo
        Las yemas recién nacidas
        De mi rojo corazón,
        Entonces, quizás,
        Oirás mi voz enceguecedora
        Como el canto de las sirenas;
        Te darás cuenta
        De la soledad;
        Juntarás mi arcilla,
        El lodo que te ofrecí,
        Entonces tal vez sabrás
        Cómo pesa el amor
        Endurecido.

      Conjuros de la memoria


    1. No sé si un sol desmedido y burlón
      Me atravesará de punta a punta
      Cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados
      Cuando se rompan las oscuridades
      De mi perfecta catedral secreta
      Con el sostenido sonido del órgano medieval
      Ululando su voz de parto,
      Su alarido de queja y de tristeza.

      Estoy como nací-desnuda-
      Mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia
      Y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos
      Y mientras me dejo ir en el humo,
      Viene su mano y me sostiene
      Y me levanta y me hace tronar de júbilo,
      Me zarandea las ganas de vivir,
      Me dice verde con ojos de monte
      Azul con el pelo espumoso de mar
      Estrella con las uñas brillantes
      Viento y sopla mi angustia y la desperdiga
      Y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos,
      Romper los relojes del tiempo,
      Borrar la huella de mis pequeños pecados
      Vueltos trascendentes por los oscuros designios
      De su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
      Que me persigue en el sueño
      En el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
      Juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
      Y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
      En las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
      Cuando cruzamos lavados y nuevos
      El umbral del paraíso.



      Es larga la tarde



    1. Es larga la tarde
      Como el camino curvo hasta tu casa
      Por donde regreso arrastrando los pies
      Hasta mi cama sola
      A dormir con tu olor engarzado en mi piel,
      A dormir con tu sombra.

      Es larga la tarde
      Y el amor redondo como el gatillo de una pistola
      Me rodea de frente, de lado, de perfil.
      El sueño pesa sobre mis hombros
      Y me acerca de nuevo a vos,
      Al huequito de tu brazo,
      A tu respiración,
      A una continuación infinita de la batalla
      De sábanas y almohadas que empezamos
      Y que pone risa
      Y energía
      A nuestro cansancio.


  1. Mayo


    1. No se marchitan los besos
      Como los malinches,
      Ni me crecen vainas en los brazos;
      Siempre florezco
      Con esta lluvia interna,
      Como los patios verdes de mayo
      Y río porque amo el viento y las nubes
      Y el paso del los pájaros cantores,
      Aunque ande enredada en recuerdos,
      Cubierta de hiedra como las viejas paredes,
      Sigo creyendo en los susurros guardados,
      La fuerza de los caballos salvajes,
      El alado mensaje de las gaviotas.
      Creo en las raíces innumerables de mi canto.
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