Sonetos (dedicados a Edelabarra)

Eduardo se va de vacaciones
en busca de su paz en cuerpo y mente.
Pretende renovar tranquilamente
el cupo de sus propias sensaciones.

Intentando calmar sus emociones
se acerca al mar pues piensa, inteligente,
que allí hallará el remedio contundente
a sus dolores y otras afecciones.

Yo deseo que tenga buena suerte
y consiga la paz en el remanso
de la playa en sus días de descanso.

Que todo el sentimiento se concierte
y se llenen de nuevo de ilusión
su mirada y su noble corazón.

A Eduardo de la Barra

Refresco mis cadencias con lo expuesto,
amigo Delabarra, nos deslumbras
con versos tan preclaros, nos alumbras,
abriéndonos camino bien dispuesto.

Es cierto que ya vengo predispuesto
y leo, estudio,aprendo sin penumbras.
Alejan tus palabras todas umbras,
el brillo en las ideas luce enhiesto.

Magisterio sutil y dedicado
nos ofreces con clásicas razones
sazonadas de ejemplos convincentes.

El que quiera aprender tome recado
y aplique lo aprendido en las funciones
que sean, al versar, correspondientes.

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