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Trip.

Publicado por Dark_Fairy en el blog Monster.. Vistas: 499

''A la mina antes no bajaban mujeres, porque la mina es mujer y no quiere competencia, todos los mineros son de ella y no los comparte, es celosa y posesiva y al igual que a las mujeres, hay que tratarlas con cariño y acariciarlas''.

El desierto, tiene también unas carreteras que conducen a otros sitios más habitables, más ligeros y no sangrientos como éste, es que, aunque no se pueda creer, el desierto tiene ciertos rincones destinados a la tranquilidad, lo único malo en eso es, la fastidiosa carretera, con agujeros por todas partes, y viajando uno en una camioneta turística, los jaloneos y tropiezos se sienten feo, se sienten como cuando chocamos aquella vez, y ya no quiero sentir eso.

La puerta del tiempo, nomas fue el aviso para decirme que estábamos ahí de nuevo, con otro sol, con otra temperatura, con otros cerros, aunque también esa ciudad es parte del desierto, para nada se compara a Chihuahua, con sus callesotas abiertas de patas, con sus parques todos fofos, no, aquella ciudad es otra cosa, es como la novia que le presentarías a tu mamá a la hora de la cena y Chihuahua es la puta con la que te sigues acostando aunque ya te hayas hartado, te la sigues cogiendo porque, no te queda otro remedio, aquella ciudad es hermosa, es como la mujer que sabe de todo, no nomas de las cochinadas, eso hasta cada chingado piso del centro te lo dice, cada pedazo de pared, cada olor a todo, te lo dice, ella misma desde su entrada te grita con su vocecita dulce de trescientos años, que no es puta ni sangrienta ni odiosa ni creída, te dice, la hueles, como si olieras tu más preciado aroma , como cuando por fin haces el amor, así es allá, si, el desierto tiene esas preciosidades.

Los niños siempre gritan ¿Sabes? Si no estás listo para eso, mejor no los tengas, a mi me dan miedo los elevadores los que están bien hechos, los que tienen puerta, pero cuando tienes niños y eres un miedoso, tienes que amarrarte todo lo que tengas a tu alcance para parecer que eres valiente, y ahí estábamos ella y yo, metidas en un elevador de metal, donde mientras íbamos bajando a noventa metros, se veían los minerales por las formaciones rocosas de ''La prieta'' así se llama la mina, la iba agarrando mientras pensaba en muchas cosas, -Mira donde me traes Leona- pensaba, a mi, que las alturas y la oscuridad no me parecen una buena combinación, ahora estaba en las profundidades de una mujer de oro y plata, en las medias entrañas porque es muy honda, como novecientos metros, pero nomás entramos a noventa, mientras escuchaba el relato del guía, sentía la frescura de la señora mina, tratando de entenderla, y luego, después del recorrido, otra vez para la superficie, oyendo los rechinidos y tronidos de la calesa en donde íbamos, pensando en aquellos mineros, que ya no pudieron volver a ver la luz.

Las calles allá, son estrechas, bonitas, cómodas, tienen una historia, no como éstas, ya más pisoteadas, ya más choteadas que que, Chihuahua es una mujer ya muy manoseada, ya todos le conocen las nalgas y lo mal que coge, allá, ella es un sueño, no me canso nunca, podría dormir siempre entre sus historias, entre las cavidades de las banquetas, y comer sus panes, y sus dulces de leche.

''Sobre todo, la fe''.

Así dice su escudo, hasta eso tiene bonito la condenada.

Luego, fue el momento de regresar a donde está el cerro de las luces, a la calle donde vive mi papá, a los tanques de la petrolera.

A la calle de las piedras y la caca de los perros, a donde estás tú y ellos y a donde pertenezca.


''Sobre todo, la fe''.
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