1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Alopeobeso cesante ansiodepresivo

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por rasec anevar, 12 de Noviembre de 2009. Respuestas: 2 | Visitas: 742

  1. rasec anevar

    rasec anevar Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    26 de Marzo de 2009
    Mensajes:
    53
    Me gusta recibidos:
    0
    Que sopor. Anoche, como casi todas me desperté hambreado, ansiedad que me ataca y me obliga a recurrir a cualquier sustancia comestible, de preferencia dulce. Como a esas horas en casa todos duermen a pata suelta, evite la sonajera de ollas donde guardan la comida del día anterior y me fui directamente al refrigerador, donde encontré el tarro de leche condesada que deje a medias una de las noches de la semana anterior. Para nada me molesto lo reseco que estaba su contenido, mas me preocupo la baja cantidad que no me saciaría en aquella instancia, así que complemente mi nocturno menú con unas cuantas cucharadas de mermelada de ciruela sobrantes de la hora del té, amenizadas con galletas de avena que trajo la abuela en su ultima visita y que ya nadie las recordaba. La distancia entre la cocina y mi dormitorio nunca son suficientes, antes de traspasar el umbral de la puerta ya lo tengo casi todo tragado, sin poderlo comer como es de mi gusto, acostado en la maraña de sabanas y frezadas de mi cama que nunca hago. Breves instantes después ya estoy dormido como niño. Cuando logro despertar soy el único que habita este lugar, mis ansiedades nocturnas lógicamente me dejan con el sueño cambiado, mas de diez meses de cesantía me tienen con un ritmo aletargado, solo cuando mi reloj interno me recuerda que la hora de almuerzo esta a punto de acabar, aun dormido siento que estoy ahora debilitado nuevamente por esta hambre. Con vista fija en novela televisiva de media tarde, engullo de la misma cacerola el almuerzo que aun se conserva tibio, así evito lavar los platos, tarea que siempre he odiado por sobre todas las cosas. La única instancia en que puedo ejercitar mi cada vez mas pesado cuerpo, son los quinientos cuarenta y cinco pasos que recorro desde mi casa hasta el quiosco, donde compro mi paquete diario de cigarros de veinte unidades; en un principio fumaba menos, incluso el formato “mini” de diez cigarrillos me bastaba y sobraba, pero de esos tiempos ya ni hablar, incluso hay veces que recurro a las colillas menos consumidas que quedan esparcidas por el piso de mi dormitorio, pero he pensado seriamente en abandonar aquella acción, el amarillo claro que disfrutaba mi dentadura a mutado en una tonalidad obscura, áspera y viscosa. La rutinaria caminata me dirige como siempre al hogar de la dulce abuelita que me vende la dosis de marihuana diaria. Tan buen cliente me he convertido que siento haber logrado cierto apego con la amable anciana, hasta descuentos en el precio de la hierba y fiados he podido conseguir de tal relación que hemos forjado. Ya de vuelta en casa y abastecido de todo lo que me hace falta para estas horas, olvidando mencionar la Coca Cola en magnifico envase de dos litros y medio, chocolates sin almendras, papas fritas estilo americano y algún que otro pastelillo blando que no me haga masticar con fuerza, por que mis molares ya no aguantan el dolor que provoque cualquier golosina sólida, me dispongo a ocupar el tiempo escaso que le queda a la tarde en sesión PLAY STATION II; Wining Eleven versión Liga Chilena, donde la realidad ha superado a mis utopías y me he dado cuenta que la Selección Nacional si puede salir campeón mundial y que el humilde Santiago Morning es capaz de ganar la Libertadores, UEFA y hasta la liga de campeones europea, todo en una sola temporada. Así pasan mis días, dominados por un mínimo atardecer que madura rápidamente a noche. De nuevo el sueño, insomnio y ansiedad por comer y comer que me a transformado en un ente obeso, calvo e impotente. Ya no recuerdo cuando fue mi ultima erección, el mas vago recuerdo de cuando este gusano aletargado dio señales de vida, fue cuando salí campeón de la Copa Chile en el nivel mas alto de mi consola. Ya no busco trabajo, no hay quien quiera contratar a este cuerpo, que al más leve esfuerzo físico se queda sin aire, que sufre de apnea de sueño y ronca como un demonio. Que huele a grasas saturadas y olvida hasta su propio cumpleaños. Me entrego a mi suerte, a la casualidad de que un día alguno de los dioses se apiade y encuentre trabajo por mi, yo mientras tanto me dejo anestesiar por el humo de mi vendita marihuana que me alejan de la realidad y me hacen disfrutar cualquier bocado a degustar.
     
    #1
    Última modificación: 12 de Noviembre de 2009
  2. Maramin

    Maramin Moderador Global Miembro del Equipo Moderador Global Corrector/a

    Se incorporó:
    19 de Febrero de 2008
    Mensajes:
    66.021
    Me gusta recibidos:
    41.755
    Género:
    Hombre
    Pues se me figura que acabas de pintar a mi consuegro que excepto el detalle de la marijuana es la viva imagen del ser que nos presentas entu relato...::barf::...y ni siquiera es capaz de bajar a por el tabaco...:mad:

    [​IMG]
     
    #2
  3. rasec anevar

    rasec anevar Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    26 de Marzo de 2009
    Mensajes:
    53
    Me gusta recibidos:
    0
    Ojala que la viva imagen de tu consuegro no sea hereditaria:::sonreir1:::. Gracias por pasar bella.
    Saludos y besos!!!!
     
    #3

Comparte esta página