Crónicas de sangre y deseo. El error II. Semper et ubique fideles.

II


Ia, isla de Santorini​

Sonó el móvil y en la pantalla apareció el nombre de Marco. Eran las cinco de la madrugada y sabía que él de los desfase horarios pasaba tajantemente. O tal vez creo que el tiempo para él era una sensación distinta a la que nosotros experimentamos. Pero cómo un presagio note incluso antes de descolgar y admitir la videollamada que algo ocurría. Dicen que asimilamos cualidades de los seres con los que compartimos parte de nuestras vidas, y esa, estaba seguro que la había adquirido de Marco.

- Buenas noches Marco… ¿Sabes qué hor ….? – No me dejó terminar la frase.

- Obse, un helicóptero te recogerá en unas horas, tienes que venir una insensata me ha mordido a mí antes de morir. ¿Te puedes creer eso?, el hombre mordió al perro…. Y además es virgen.

- Por favor Marco te estás haciendo viejo – Le dije entre un tono de sarcasmo y a la vez de aliento. Aunque creo que no lo necesitaba si hubiera ocurrido hace unos siglos. La muchacha sencillamente hubiera muerto antes de su nuevo despertar.- Bien, ¿Dónde estás?

- Lo sabes muy bien, te lo dice el GPS de mi móvil… Barcelona. Tienes que ayudarme a controlar este error…. Acuérdate de la última vez.

- Sí, terrible la verdad. Hago un macuto y espero el helicóptero. Nos vemos…. ¿Marco, llevas el clavo verdad? – Le pregunté sin pensar.

- Semper et ubique fideles (Siempre fiel y en cualquier lugar) Obse.- Y de su cuello acercó ese oxidado clavo y lo acercó a la cámara.- Mi corazón es un hierro que mece la sangre de quien salva el mundo…

- Y mi alma el madero dónde se clava la esperanza de los que aman la verdad. – Termine esa frase que le había seguido durante dos mil años. – Sí no llego pronto duérmela con el canto de Lilith …. Nos vemos amigo.– La pantalla se torno a negro.

Ver amanecer desde mi terraza al Egeo era igual de impresionante que los famosos atardeceres. Hay un antes y un después en las puestas de sol en tu vida, una vez que has estado allí, y más desde mi privilegiada morada. El sol salió y la luz fue adueñándose de las callejas azules y blancas. Pero los atardeceres son mejores. La gente de la isla, prácticamente todos sus habitantes día tras día, se desplazan a esa hora mágica hasta allí. Todos expectantes, muchos en silencio mientras suena quizás música. Mi perro se acercó a mi lado y con sus ojos de bondad me dirigió unos buenos días. Se puso a mirar al astro rey salir junto a mí, y tuve la extraña sensación que tenía que aprovechar ese momento. Carpe Diem. Un helicóptero del ejército griego me recogió pasadas las ocho. Barcelona me esperaba. El sol nos escoltó. Y mi perro siempre fiel me estaría esperando. En mi macuto entre mi ropa y varios libros, un gladius, un arma que creó un imperio, perteneciente a Marco vuelve a ver la luz después de años a mi cargo.


Se ha terminado la videoconferencia con Obse, y el clavo me comienza a hacer heridas en el alma de mis manos. Cómo una enciclopedia de mi vida, todo se inició como ahora ocurre; con un error. Me acerco a la joven, y veo en su pecho una cruz. Sonrío, según las leyendas tendría que huir despavorido. Además tiene un tatuaje, una telaraña, el símbolo de la madre, su aspecto es de esas muchachas góticas que pululan por las noches deseando ser inmortales vampiras. Es lo que tiene la juventud, que no ves el peligro. Juventud, pasado, errores…todo presente se ha hecho de esas materias, incluido el mío.

789 de la era romana.
Año vigésimo primero del reinado de César Tiberio.
Un mes antes de la pascua judía.​

[B]Capadocia.[/B]​

Si viésemos más lejos de donde marca nuestra nariz, podríamos vislumbrar lo que otros hicieron y nosotros no queremos entender. Humano es emocionarse y vibrar, disfrutar y admirar, dejar que la naturaleza nos sobrecoja con su inigualable belleza. Eso me ocurrió a mí al llegar a esa tierra, que Tiberio había anexionado cómo provincia del Imperio. Yo un legado al cargo de la Legión XXI Rapax tenía que reducir las insurrecciones de los numerosos grupúsculos que usaban esas cuevas cómo refugio dónde esconderse del poder de Roma. Luchar a campo abierto era al normal en esa época, y tengo que decir que cómo el poder de las legiones de Roma, sólo encontré algo comparable en los mogoles del Gran Khan.

[SIZE=2]Todo líder a ser el primero en dar coraje a sus hombres, y estar el primero en recibir el ataque del enemigo. Y en este caso yo hice eso mismo. Cayo, mi Primus Pilus , me dijo antes de entrar con una antorcha y aspirar el aire que venía de dentro.[/SIZE]

[FONT=Century Gothic][SIZE=2]- Señor, hoy he soñado que la misma Astarté quería mi sangre en la oscuridad. Tomad.- Y me entrego una estatuilla de esa diosa enlazada en un cordel.- Ponéosla siempre es mejor ser precavido.[/SIZE]

[FONT=Century Gothic][SIZE=2]Cómo todos en esa época, condecoraciones y amuletos formaban parte de los pertrechos de un soldado romano. Y con un manotazo en su pectoral, ya curtido en mil batallas le di las gracias con estas palabras:[/SIZE]

[FONT=Century Gothic][SIZE=2]- Cayo, tú has soñado con la muchacha que vimos ayer en el rio….- Y nos reímos cómo faunos encabritados de tras de ninfas.- Gracias, nunca está de mal un poco de protección ¿No? - Y nos introdujimos en la boca oscura de esa caverna.[/SIZE]

[FONT=Century Gothic][SIZE=2]En las legiones en época de Julio César se hicieron famosas sus tropas auxiliares. Todo legionario debía ser ciudadano romano y no estar obeso, pues el entrenamiento a que era sometido era algo infernal. Por algo fue considerado el mejor ejército del mundo. Pero esas tropas especiales eran reclutadas de los diversos pueblos que la Pax Romana iba asimilando. En mi caso por mi ascendencia hispana tenía a unos quinientos entre astures, honderos baleares y sobre todo iberos. Nadie como ellos combatían, incluso Roma llego a ser lo que fue al copiar su estilo de lucha, y su orgullo de morir antes de rendirse. Un legionario creía en eso. Pero Cayo con buen juicio me dijo que para recorrer esas cuevas era mejor usar a los astures, tan acostumbrados a sus cavernas allá en el Cantábrico. Y con ellos entramos a buscar a los insurgentes. Todo fue bien hasta que llegamos a una inmensa sala que deduje fue creada por el hombre. Tendría unos veinte metros de alto y el techo no se veía con nuestras antorchas. Entonces oíamos el rugido de una horda de hombres que nos esperaban. Y delante de ellos una mujer que además de pelear cómo un autentico demonio, desprendía por todos sus poros el aroma de la lujuria y la sangre. Los hombres que nos atacaban era fácil presa para mis tropas, pero la mujer estaba causando demasiadas bajas. Cayo se cruzó en su camino para entablar combate, pero ella con una agilidad inusitada saltó y se aferró a una columna desde donde siseó cómo una serpiente. Sus ojos se tornaron como dos antorchas de fuego y sus pelo comenzó a tener movimiento propio. “ Lilith Bauan layla senmi “ Oí vociferar a los rebeldes, y sin saber su idioma supe por instinto que decían : “Lilith mándalos a la oscuridad”… Lilith, Astarté …Cayo no se había equivocado ante nosotros estaba una diosa encarnada, o tal vez sólo era una mujer ¿Existen los monstruos, las quimeras, los dioses?[/SIZE]

[FONT=Century Gothic][SIZE=2]- Señor, es una lamia- Me dijo Cayo mientras con su cuerpo me hizo de escudo. Un legionario hacia un juramento de obedecer a sus jefes, y generales, de morir por su país y de nunca rendirse.[/SIZE]


[CENTER][FONT=Century Gothic][SIZE=2]”Semper et ubique fideles”[/SIZE][/FONT][/CENTER][FONT=Century Gothic][/font][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

Me encantan esta clase de temas y de narraciones. Yo hago escritos de otro carácter. Tal vez, por eso y por gustarme la Historia, aprecio en su valor tu escrito. Se dice por allí que cuando se hundió la isla de SANTORÍN, se desataron por ello LAS 10 PLAGAS DE EGIPTO de los tiempos de MOISÉS. TE FELICITO y te estrello (no me dejan darte reputación).

 

Lo sé lo de la plagas, para escribir esto me documenté hasta la sacidad, hay 13 capítulos escritos, pero no creo ponerlos ya. Son parte un pasado que no deseo vuelva a mi vida. Sí ves se titula el error. No deseo volver ha cometer más, los he pagados muy caros, pero siendo sincero mereciendolos. Pero gracias de corazón JOP.

Un abrazo.
Pedro.