"la alicanta" -cuento-

Otra vez el maldito escalofrió recorría el cuerpo de Martha, de nuevo esa sensación de sentirse observada y el grito que no osaba escapar por su garganta,las extrañas manchas que desde hace tiempo venían tatuando su cuerpo y el cansancio inexplicable que le obstruía las ganas de cualquier cosa.




Con veinte años Martha era de una belleza màs sensual que el común de las chicas del pueblo y siempre había hecho gala de una alegría contagiosa y desbocada, que le facilitaba las cosas cuando de hombres se trataba y ella no estaba dispuesta a perder la oportunidad de acrecentar su colección de besos y caricias; solía entregarse integra y complaciente a la menor provocación, sobre todo si el alcohol incrementaba sus deseos.








Ya habían probado todo lo que estaba a su alcance; los medicos de la capital y aun los de otros estados, los remedios que constantemente le llevaban las vecinas, amigas de su madre y sus parientes preocupados por su cada vez peor estado; acudieron al cura del pueblo para que hiciera una misa en su nombre y ella prometió una “manda”:


-”Virgencita me iré de rodillas hasta tu templo el día 12 y no volveré a ser tan libertina”


Pero nada parecía poder curarla y la desesperación iba en aumento.






Siempre decía que el amor y la fidelidad eran cosa de tontas, ella no se iba a atar a un marido que la llenara de chiquillos y la dejara en casa abandonada,mientras el andaba por las cantinas del pueblo hasta caer borracho o peor aun que llegara totalmente ebrio y la golpeara. Por eso ella siempre estaba bien vestida y presta a desvestirse sin necesidad de promesas o prometiendo solo a medias lo que nunca iba a cumplir...hasta que conoció Manuel.






Los dolores inexplicables iban en aumento, ahora la piel se le empezó a llenar de escamas y a hacerse áspera, mientras sus ojos se iban volviendo pequeñas y amarillas rendijas temerosas de la luz, mientras un tufo a cosa vieja se iba desprendiendo de su cuerpo; de nada servían los baños frecuentes, las cremas de rosas y los perfumes para ocultar el aroma que la impregnaba.






Martha repetía hasta el cansancio que Manuel era el hombre de su vida, con 32 años, guapo y dueño del aserradero del pueblo y que ademas no parecía ella hubiera tenido sus “queveres” con todo aquel afortunado de estar cerca de ella cuando el alcohol y la madrugada la predisponían a ser cómplice de cualquier cama, auto o rincón oscuro donde deshojar su cuerpo en caricias pasajeras.






En el pueblo se decía que Martha estaba embrujada y se santiguaban cada vez que tenían que pasar cerca de su casa, ahora constantemente cerrada y atacada por los chiquillos vecinos que arrojaban huevos podridos mientras gritaban entre juguetones y asustados que ahí vivía la “alicanta”;ella solo escuchaba el barullo y unas veces maldecía y otras tantas pedía a o Dios por un milagro o que de plano, mejor “la recogiera”, pero Dios no respondía y ella cada vez empeoraba, los dedos de sus pies se fueron encogiendo y los de sus manos adquirieron una consistencia viscosa que le dificultaba agarrar cualquier objeto.




Manuel se volcó en amor por Martha, nada le importo lo que de ella se decía y tampoco le importo el hecho de ser casado y con dos hijos de apenas 5 y 7 años,ella lo lleno de caricias y fantasías, le lleno la mente de su figura y de citas clandestinas, lo enseño a correr desenfrenado como perro tras su huella y el, le dio a cambio la agonía de Marisela su mujer, el abandono de sus hijos y la colmo de regalos, vestidos bellos y cortos, zapatos que hacían lucir mejor sus pies; la llevo dos o tres veces a la capital en donde pasearon riendo como niños con caramelo robado y escucho de sus labios una promesa que a el lo hizo feliz y la sorprendió a ella:


-“Solo seré tuya...para siempre.”




Cada vez le era màs difícil masticar, sus mandíbulas se atrofiaron y era necesario que le cortaran el alimento en trozos pequeños que tragaba sin triturar,su pelo antes abundante, largo y sedoso se fuè convirtiendo en hebras deslucidas y opacas, para acabar por caerse y dejar al descubierto un cráneo pelón y brillante.


Fuè un medico viejo de la capital el que después de infinitos y minuciosos análisis, llamo aparte a su madre y con un aire de insoportable gravedad declaro:


-“Señora, esto es màs de lo que la medicina puede explicar, en todos los análisis ella aparece normal, es decir no hay rastros de enfermedad ni alteración somática ninguna y sin embargo, ya lo ve, su hija no mejora, por màs medicina y tratamiento que le demos; hay cosas que la ciencia no se explica y a lo largo de mi vida profesional he visto varios casos,ninguno tan grave como el de su hija...me aterra decirlo, pero Martha esta embrujada...”






Siguieron siendo amantes durante meses, a el ya no le importo mas su vida de casado, dejo mujer, hijos y vergüenza y cada vez fuè mas frecuente verlos en las fiestas del pueblo paseando como enamorados, sin importar los murmullos a sus espaldas y sin importar que los padres de Martha se opusieran ferreamente de inicio, resignados después a tan dispar e inmoral relación, ella por vez primera era realmente feliz entregándose a Manuel y el descubría de nuevo la vida en su cuerpo ondulante de veinte años.




Alarmados y estupefactos por el veredicto de aquel viejo medico, los padres de Martha acudieron al cura del pueblo en busca de consejo, pues Martha había añadido a sus males una especie de siseo, ademas que ya no podía caminar y solamente se arrastraba dolorosamente por la casa, viendo a las personas conocidas como si por primera vez las viera, con una mirada amarilla y viperina.


El padre Rafael se sentó meditabundo y acabo por confesar derrotado:


-”Si bien es cierto que mi fe me impide creer que haya algo mas poderoso que la fuerza de Dios, también es cierto que el maligno a veces se manifiesta de forma inexplicable, ya lo saben, posesiones diabólicas, apariciones,fantasmas...y ahora esto. Me duele decirlo pero si de verdad creen que Martha esta embrujada, busquen la ayuda apropiada...”






Agustina y Roberto salieron desconsolados, aquello empeoraba y ademas los vecinos los hacían objeto de su repudio señalándolos:



“ahí van los padres de la alicanta” .






Manuel a punto de pedirle a Martha que se fuera a vivir con el, empezó a notar algunos cambios, las salidas con amigas que antes ignoraba, las pequeñas mentiras, esas que por insignificantes hacen pensar en mentiras mas grandes, los comentarios de los amigos que decían verla donde ella juraba que no había estado y por fin decidió seguirla en una noche en que ella no podía salir con el por que había fiesta en casa de su prima Esmeralda, y como el aùn no era aceptado por la familia...


Manuel estuvo esperando en la esquina de la casa de Esmeralda en un carro prestado para no ser reconocido y fumando cigarro tras cigarro entre el celo y la congoja, cada vez que veía entrar a la fiesta a aquellos muchachos,de los cuales, la mayoría habían sido amantes ocasionales de Martha, cuando ella era de “aquellas” ...pero ahora Martha era solo suya, se lo había jurado.


Por màs de cuatro horas espero y de pronto la puerta se abrió y la pudo ver salir con el vestido azul que el le había regalado, tan corto que le había pedido que no lo usara a menos que fuera con el:


-”pa' que no te falten al respeto”




Martha reía,evidentemente ebria y atrás de ella salio Alejandro el hijo del carnicero, quien también iba tomado y aun llevaba un vaso en la mano, era probable que por lo avanzado de la hora y el estado de ella, el solo quisiera llevarla hasta su casa, era probable...¡debía ser probable!




Ambos subieron a la camioneta y arrancaron, Manuel atrás de ellos, sospechosamente juntos, pero rumbo a la casa de ella, el corazón de Manuel palpitaba tan de prisa que pensó que en cualquier momento ellos lo escucharían y se detendrían pero no fue así y poco a poco recorrieron las solitarias callejuelas del pueblo hasta que a dos cuadras de la casa de ella la camioneta se detuvo, justo frente a la casa de Isaìas. Las luces de la camioneta se apagaron y el motor se detuvo, Manuel espero con el alma al borde de un abismo, le hubiera gustado no haber visto el cuerpo de Martha deslizarse sobre el asiento hasta quedar a un lado de Alejandro y fundirse en un beso que para el fue una patada a los testiculos, sin pensarlo corrió hasta la camioneta detenida y de su garganta broto como un rugido el nombre de ella que se separo rapidamente, pero no lo suficiente para que pudiera borrarse el rastro de la mano de Alejandro hurgando entre sus piernas y sus pechos descubiertos como una burla de piel.






Los padres de Martha sabían que en el otro pueblo, el del otro lado de la laguna vivía“el Chato”, hombre de mala fama y con sobrada reputación de brujo y hasta allá fueron en búsqueda de una solución “mágica”; una vez expuesto el caso y su gravedad “el Chato” accedió acompañarlos hasta la casa donde Martha era un reptil de piel escamosa, ojos fríos y aroma repugnante, el brujo la reviso de arriba abajo con aire de entendido y mirada azorada y asustada,esparció algunos polvos por el aire, quemo hierbas de raro olor al lado de “la alicanta” y después se santiguo.


“Es un trabajo de los buenos y me llamaron bien tarde, no hay nada que hacer; mejor pídanle a Dios
que se la lleve pronto a la pobrecita”


Manuel de pie ante la puerta del vehículo solo atino a decir “puta” y ella se llevo las manos al rostro; juraría después que fue el “puto alcohol”,que ella lo amaba, pero Manuel ya no la escucho, se perdió en la noche y luego en cantinas, ahogándose en vasos que se vaciaban demasiado pronto y después entre botellas de desesperación. Tomo hasta que el sentido del tiempo y de la decencia desaparecieron y una noche tan negra como cualquiera, acabo contándole su pena al desconocido que compartía con el la botella.


“ay compa asi son las pinches viejas, pero si Ud. quiere le hacemos un trabajito pa`que se la lleve la chingada, solo necesito una foto y el nombre completo de la pinche vieja”


Manuel accedió...




En el pueblo nadie supo màs nada de Martha y su familia, la casa se cerro y solo quedaron los recuerdos y el escalofrió con que la gente recordaba su nombre, o su apodo: “la alicanta”.


Los años cayeron sobre el pueblo, como la lluvia en la arena, vinieron nuevos chismes,nuevas consejas y pocos hablaban ya de “la puta de Martha y el pendejo de Manuel.”


Una tarde de las primeras de Mayo, para las fiestas de la virgen, llego la feria y su algarabía, las luces, los juegos de tiro al blanco, la lotería y los antojitos, justo en medio, el circo y sus fenómenos:


“¡Pasen, vengan a ver a la agraciada joven que por infiel y desobedecer a sus padres se convirtió en culebra...vengan niños y mayores por diez pesos podrán ver a “la alicanta!”


Manuel tras una esquina y escondido en un cigarro, parecía llorar...




Morelia,Michoacan-Septiembre-2011

 

Uffff... tremendo relato, ameno, de estructura originalmente interesante. Se podría hacer de él un guión de peli que hablara de un pequeño pueblo, sus costumbres, sus santos y sus quehaceres... y una pobre chica que era distinta de los demás. Me encantó, amigo.

 

Susi, gracias por pasar por este experimento, es solo una leyenda que circula por el pueblo de mi madre y que yo irrespetuosamente " modernice"

Saludos

 

CUIDADO con los brujos, porque el mal y el bien existen, y siempre triunfa el BIEN, PERO EL MAL TAMBIEN HACE LO SUYO, DICE EL DICHO, LO QUE MAL EMIEZA MAL ACABA, Y TODO SE CUMPLE, LA MALDAD NO TIENE PRECIO, QUE TREMENDO DRAMA HAS PLANTEADO, Y QUE RELATO TAN TREMENDO, (creo que es actual he!! no creas que ya paso de moda, hoy es cuando mas brujos y adivinos hay) y la maldad mas al descubierto que nunca, un beso saludos y carinos

 

Muchas gracias por haber atendido a mi invitación, nunca había escrito nada que pareciera un relato y me interesa mucho las opiniones sobre el.

Saludos

 

guauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!! Mi querido mariachi , este cuento es para leerlo mil veces es realmente emotivo,extraordinario he quedado sin palabras, sencillamente magistral relato. VolverÉ a re-leerlo, me encanto!!!
Abrazos para ti , y para tibu.
Naty

 

Hola,
¡PADRE SANTO!
después de haber leído esto,
tendré que ir a confesarme,
Un gusto pasar
Saludos y estrellas
¡SONRIE!

 

Naty, tiburón se encuentra dando brincos como un loco de contento y yo...agradecido por tus comentarios, este fue mi primer intento de cuento y me alegra que cuando menos a ti te haya gustado, es un honor mi querida amiga.

Saludos

 

Uff, que pena que justo sea yo quien le mande clientes al cura, pero por otra parte me alegro que sanes tu alma (jeje) muchas gracias y abrazos cariñosos.

Saludos