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La tumba de Ana Luisa

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por JLA, 3 de Noviembre de 2011. Respuestas: 2 | Visitas: 674

  1. JLA

    JLA Poeta asiduo al portal

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    Su nombre era Ana Luisa, En realidad no lo sabia con certeza, Pero eso es lo que decía su ahumada lapida. Tenía un vestido de novia blanco como la luna llena, Y en aquellas noches se desvelaba contemplándolo junto con el resplandor de su encierro, Más desgarrado, Más dormido con el sueño, Sentada sola en su lapida con la compañía del silencio amoroso. Ana Luisa sollozaba todas las noches, Que era al menos cuando se percataba de su existencia, Cuando más podía percibir su alma de aurora era en las sombrías noches de la luna llena, No era mucho lo que podía distinguir, La soledad parecía infinita, Y la obscuridad divagaba por cada rincón y recuerdo, Solo podía sentir su vestido encima de ella, Completamente desmayado y muerto, Pero también completa mente vivo, Ni Siquiera pensaba, Solo estaba, sentía, y eso era todo, Se deslizaba por cada hilo de aquella tela buscando aunque sea algún recuerdo, Ya ni siquiera sabia ella cuanto era el tiempo que llevaba haciéndolo, La noción de toda realidad en su existencia era obsoleta, Estaba sumergida en un eclipse infinito, En una infinita ola.
    Aveces despertaba de día, Se levantaba, Sonreía, Veía a personas paradas delante de ella, Llorando una tumba que ni siquiera reconocía, Las miraba extrañada, sin ninguna prisa, Solía sentir las lágrimas que tan despacio caían, Y les miraba con alegría y tristeza, Entonces sentía un sentimiento distinto, Que no podía comprender siquiera, No pensaba ni entendía pero allí estaba, petrificada con una sonrisa junto a la silueta de personas extrañas que caían en una lapida como estampidas, Con sus sombras que tan fuerte abrigaban aquel cemento. Luego la mujer, el hombre, o quien sea, Se iba, Dejándola sola otra ves, Tenía que esperar mucho tiempo para despertar y recibir otra inesperada situación semejante, Mientras tanto seguía desgarrando su vestido en las noches de luna llena, Desvistiendo al silencio entero. Aveces llegaban grandes flores llenas de colores y vida, Ella las podía ver, le llegaban a su alma sin espacio ni tiempo como un relámpago escandaloso, Y sentía su olor, Su perfume, Y se sumergía en ellas, Las miraba la tarde entera tragándose cada gota de su vida, Cada pétalo, Cada hoja, Hasta que quedaban marchitas como ella, Le gustaba, Ya que solo entonces lograba sentirse un poco viva, Y lograba comprender y mirar lo que a su alrededor pasaba... Luego quedaba triste y sola de nuevo, O simplemente desaparecida... Los días pasaban, Ana Luisa despertaba, se caía, volaba, y caía de nuevo. Observaba a cada persona que junto a esa tumba se paraba, y ella lograba percatarse de que aquellas almas no eran como ella, Tenían carne, Carne viva... aveces intentaba besarles, Y no podía, O tocar el rostro de algún extraño, O rozar los dedos de alguna mano, Y no podía, Entonces lloraba, Lloraba de nuevo, Se sentía de aire, Se sentía liviana, vacía, Sin momentos, Pero podía recordar como se sentía una caricia, o un beso, un abrazo, Intentándolo todo para obtenerlos... Algunas veces aparecía en algún tren, O algún barco, Viajando, Observando rostros, Personas, Que iban de pasajeros, Les miraba sin recordarlos, Pero con una atención ligera y sentimiento extraño, Más sin comprendimiento alguno... Un día cualquiera, En donde el frió de la noche entro en su cuerpo como temblor soberano, Vio a un hombre anciano junto a ella, En aquella noche de luna llena, Parado, Como alucinado de verla, Le toca su vestido como desconcertado y le mira a sus ojos ciegos, De Repente aquel anciano se convierte en un joven que parecía de su misma edad, Y parecía reconocerlo, Pero no lo recordaba, El le acaricia la cara, Le mira infinitamente rozando sus labios, Sin besarle, Y luego le mira de nuevo. Traía un traje de negro, Como si fuera a una ceremonia muy importante, Le sostiene sus frágiles manos y después de todo este tiempo Ana Luisa escucho el hablar de un humano, A lo que El le dice:
    - Por que amor mío, Por que te fuiste de mi lado, Debo irme, Debo irme para siempre, Solo quiero que sepas, Que ningún segundo he dejado de amarte...-
    Ana Luisa se sintió partida en mil pedazos, Cuando de un momento a otro aquel espectro del hombre extraño desapareció como hecho humo, Y entonces se vio parada delante de la tumba que tanto tiempo le llevaba atormentando y vio con real claridad Aquellas letras que no podía distinguir con su invisible mirada.
    "Que en paz descanse
    Ana Luisa Del Mar
    1927-1952
    Suicidada el día de su boda,
    Permanecerá en nuestras memorias"
    Se la paso una eternidad entera, Sentada en su desahuciada tumba, Lloviendo su alma al cielo, Enterrada entre emociones y momentos que jamás vivirían...

    novia.jpg
     
    #1
    Última modificación: 3 de Noviembre de 2011
  2. Glendalis Lugo

    Glendalis Lugo Poeta veterano en el portal

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    Es una historia bastante triste,muy bien narrada,Saludos
     
    #2
  3. JLA

    JLA Poeta asiduo al portal

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    Si es muy triste realmente, Gracias por tu comentario, Saludos !
     
    #3

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