La carta

Observó el trasluz repentino de la ventana. Bandadas de pájaros proveían sonidos a una película muda, tal vez, suspiros, tal vez, quejidos, pero allí habían desaparecido las palabras habladas.

Musitaban al otro lado del cristal el armazón de espinas de las castañas al rebotar contra el burdo asfalto del camino a casa, como en una metáfora deslucida de si misma desojábanse las ramas, mordían con sus astillas las añoranzas.

Miró sus dedos, dos barajas de cartas perpetrando su aciaga jugada y maldita apuesta, y observó que esplendían como nunca los gráciles anillos de sus huellas dactilares.

Soñaba.

El viento atesoraba su complicidad y se jactaba de arrimar los hombros sibilantes a los suyos propios, ¡no pasa nada, amigo! es un reto, es un cepo, es... ¡mis dedos!

Sin derribarse, se acostó con el tiento de un ciego que midiera respetando las distancias, calando con su cayado el peligro de un paso en el vacío. Sabía que las palabras que faltaban a la cita debían ser buscadas y elegidas prontamente para no voltear sus bolsillos y perder todos sus tesoros en aquel vacío creciente y repentino.

La carta. Como un lienzo maltratado en el caballete apenado contra la esquinita de la habitación, donde la luz no llegaba.

Miró el boceto de su penúltimo cuadro. Sobre él había ido perfilando y suscitando formas, mañanas soleadas, tardes de paseo con la brisa túrgida, noches de somnolientos desvanes arrimada a sus pinceles, a los óleos, hablando con sus creaciones, con sus personajes vivos y los que habrían de nacer esa noche. Susurrándoles amores y vidas que ella ganaría con su sueño retenido para ellos, protagonistas.

La carta.

Miró sus manos de nuevo sonrosadas. De nuevo atrapadas por la lujuria de una mirada que las querría rescatar de un limbo inventado por un papel y acurrucarlas en sus sábanas, en sus lienzos, atarlas impunemente a las patitas de su cama y oírlas gemir al confío de su socorro.

¿Qué hacer para detener los pensamientos?
¿Qué combinación de las teclas de la vida y del paroxismo y de una lágrima que muere, qué proponerle como cambio o trueque a aquella fiera sorda?
¿Del pasado y futuro vilipendidados en un instante frívolo... qué ofrecer, qué subastar?

La carta no respondía.

La miraba a ella.

¿Qué hacer para destruir la verdad sin destruir la verdad? Lágrimas.

Y la carta, abierta.

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Pero al pasar pocos meses, aquellos bocetos se volvieron cuadros y pinturas solemnes y fueron expuestos y elogiados, vendidos entre honras y albricias. Y el arte no se detuvo en la línea artera de la vida.

El hombre no había inventado los atajos en los mapas. Ya existían. Siempre habían estado ahí. Esperando, como aquella carta. Como una aguja para un roto enhebrando y zurciendo con un hilo de la vida.

En el centro de la habitación reza el título del único cuadro que ella no ha vendido, se titula muy extrañamente "Control zeta sin teclas" y muestra una...

 

Es una gran obra mi querido Pablo, cómo tú dices, la vida no te da un ctrl z, y uno tiene que ir cargando con la pena.
en ese camino, se van conociendo nuevas avenidas y ezquinas, y el miedo al abismo ....que siempre está ahi.
el temor a herir y a lastimar.
nos hace frenar un rato, quiza se conviertan en bellos cuadro y sean expuestos, jjijijij:::blush:::
y hay otras obras destinadas a vivir en el silencio, de esas obras que solo uno disfruta, que son de uno y de nadie más(wueno eso pa divagar un poco) jajajaaj hablo de mis cuadros obviamente.

algunos son asi.

Gracias por el saludo, muy original. besos

 

Interpretativo relato, verdad Sheila, creo que tenemos ya dos versiones del mismo, dos significaciones... me gusta mucho la tuya, y también cabría en melancólicos, si no, ¿qué es la melancolía? La hemos inventado los que nos creemos poetas, como mínimo. Es rodear la tristeza sin caer en ella ni salir de su lazo bien atado a tobillo que no sientes. ¿Tus obras viven el silencio? benditas sean ellas porque al menos han sido creadas y todo lo que ha ganado vida al purgatorio de las sombras recogidas merece mi loa. Salu2 afectuosos, como siempre, Pablo

 

Es un cuento abierto, muy bien, me encantaron esas imágenes en el prolegómeno del texto, además de las ideas del arte y el tema de la misiva introspectiva, me ha agradado el trato dado al discurso narrativo, encontré conjuntos paralelísticos, posee ese paroxismo de sentimientos unos positivos y su antítesis, saludos, que pases bien y chispas estelares a tu pluma---

 

Sé que es una prosa críptica. Esa carta debía de decir algo sumamente importante, pero la vida tiene atajos para extrañamente evadir las realidades y las sentencias que a veces nos llegan por carta, con una despedida tan pusilánime como la de la foto, tan ausente para alguien que, tras leer, pueda hincar la rodilla en tierra.
El control zeta de la vida sería una combinación de aciertos o desaciertos vitales, naturales, personales, intrínsecos o extrínsecos a la propia persona que los va a utilizar para cambiar el sentido programado de su vida, avisado en aquella carta.
Existen atajos vitales. Creamos en ellos, si ya existen, ¿porque no tomarlos? Lo único que falta es saber recorrerlos una vez reconocidos.
Gracias por tu paso, y paciencia al leer tan extraños párrafos. Saludos, Darwinsin

 

Una carta con sus pros y sus contradiciones, gracias por compartirla. ABRAZOS

 

El cuento es muy abierto, lo planteo por el grado de misticismo que posee la trama interna, además del plasticismo de las imágenes y del impacto psíquico del "yo" prosaico, muy bien, me atraparon tus pinceladas, saludos, que pases bien y chispas estelares a tu pluma---

 

Un abrazo y gracias por tu paso por esta prosa que entiendo es compleja y muy intimista.

 

Genial. Gran trabajo, excepcional. Expresión y soltura de una inspiración brillante. Felicitaciones.

 

ERES LO QUE SE DICE UN HOMBRE EN EXTINCIÓN
ROMÁNTICO, SOÑADOR, APASIONADO,
LA CARTA, YA ESTA CADUCA YA NADIE ESCRIBE CARTAS
Y MENOS COMO ESTA BELLA ENAMORADA, DECIDIDA, SENTIDA
EN FIN ME EMOCIONO LEER TU CARTA
PORQUE YO SOLÍA ESCRIBIR MUCHO CARTAS DE AMOR
Te quiero maressssssssssss
abrazos y saludos todos

 

Gracias, Ricardo, por pasar de nuevo por mis trabajos. Y por tus halagos. Te lo agradezco enormemente y te dejo mi saludo lejano y abrazo

 

No sé si tanto, me abrumas, las letras nos exageran a todos seguro jeje y luego somos de carne y hueso con nuestras zozobras de humanos y todo eso, te lo agradezco de corazón, la carta anunciaba algo malo para la pintora, que probablemente afectaría a su arte pictórico, a sus dedos, a la forma de coger los pinceles, pero debió encontrar un atajo vital para regresar al punto en que los dedos volvían a obedecerlo sin enfermedades de ningún tipo. Abrazos

 

qué sentida carta, para está fría madrugada, como tomar el café y revisar el correo tedioso, la última palabra está escrita, abrazos piraño