Larga espera

Llegó temprano, como cada día, envuelta en sus ajados ropajes y se sentó en el suelo. Al lado puso un viejo cuenco y un desgastado cartón en el que podía leerse, como si fuera un epitafio:
POR FABOR AYUDEME NO TENGO QUE COMER.
Después doblo su mirada, mas por el dolor que por el hambre, y se sumergió en el vacío temporal.


De repente el golpe de una moneda en el plato, le hizo responder: Gracias, vaya con Dios, y volvió a sumirse en su vacío. Una voz, esta vez, le contestó: Quede con él.
Volvió a la realidad y levantando la vista vio que entraba ya en la Iglesia.

 

Una moneda que despertó mas de lo esperado...el alma, cierto consuelo. Gratisimo leerte Kique, un abrazo!

 

soy de las persona que dejé de depender de lo que se espera, pues se dice por ahí que no deberíamos esperar algo, quizá sí, quizá no, porque a veces nada nos llega, abrazos

 

Buen micro, señor Kike. Se le saluda.

 

¡Jocoso! Un placer haberte leído. felicidades.

Saludos,
Rogelio.

 

me alegra haber pasado por tus escritos
saludos kique
abrazo tyngui sanchez

 

Muchas gracias hermosa
por dejar tan lindas cosas.
Oir es lo que despierta
si la oreja está abierta.
Un beso

 

Gracias por tu paso y comentario.
La esperanza es esencia en frasco difícil de abrir, cuando se consigue inunda de aroma.
Un beso

 

Gracias por tu presencia.
Saludos recibe

 

Una imagen demasiado común para nuestras retinas.

Saludos Kique

Palmira