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Seperando una crisis

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por luz stella, 3 de Mayo de 2014. Respuestas: 4 | Visitas: 398

  1. luz stella

    luz stella Poeta recién llegado

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    3 de Febrero de 2014
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    Esta es la historia de una niña que sólo quería el amor de su familia, ese amor que trasciende fronteras y que está por encima de cualquier dificultad.

    Cuando tenía dos añitos, ya hablaba perfectamente y todo quería saberlo. Era la consentida de la casa, la más mimada por su madre. Tenía “una chispa” de alegría que contagiaba a toda la familia y le sacaba provecho a cualquier situación.

    En los almuerzos familiares por ejemplo, intercambiaba su carne por dinero. Le gustaba relacionarse con personas adultas al punto que siempre estaba presente en las fiestas que organizaba su padre con amigos de trabajo, hasta que una vez en medio de un baile empezó a gritar:

    —¡Ay!¡Ay!¡Ay!, me pica, me pica, me pica —exclamó—. Era que tenía un alacrán dentro del zapato y la estaba picando. Esto fue lo único que logró alejarla de las fiestas en su niñez.

    Fue por ese “querer saberlo y escucharlo todo”, que una mañana se puso a escuchar hablar a sus padres y se enteró que su nacimiento no había sido planeado; por el contrario, ellos no querían tener más hijos y que la operación había fallado: “Ella era producto de un error médico”. Fue mucho su dolor y miles de preguntas llegaban a su mente, pero decidió llorar en silencio. Silencio que con los años estallaría. A partir de ese momento, todos los aspectos negativos que vivía la impulsaban para ser mejor.

    Durante la primaria no se destacó académicamente, ocupaba el tercer puesto y su mejor amiga le decía: “fosforito” porque se prendía por nada, era estudiosa, muy observadora de detalles y atenta a las explicaciones de los maestros.

    Al cumplir los trece años empezó a asistir a las fiestas escolares y por primera vez sintió atracción por una persona muchísimo mayor que ella, a quien admiraba por su inteligencia y porque a pesar de mostrar ser “una piedra”, percibía que en él había un gran ser humano y así lo pudo comprobar años más tarde cuando sostuvo una profunda relación con él.

    Seis meses después conoció a un joven 8 años mayor que ella, trabajador, detallista, rumbero pero mujeriego hasta más no poder del cual se enamoró y empezaron un noviazgo sin el permiso de sus padres. Después de la famosa: “prueba de amor” llegaron los engaños, las infidelidades y humillaciones que aceptó por todo lo que había entregado y que era tan importante para ella, hasta antes de graduarse que decidió dejarlo y así lo hizo.

    Mucho tiempo atrás se había propuesto ser la mejor y con la ayuda de Dios lo logró. El 15 de julio de 1992, se graduó con honores recibiendo el reconocimiento como la mejor bachiller académica, medalla de conducta y compañerismo y muchos regalos, pero el más importante, o por lo menos el que ella más quería (la beca para estudiar periodismo), no le llegó.


    Después de algunos meses y ante la imposibilidad de estudiar lo que deseaba volvió con su ex novio, quien le prometió de todo para que lo aceptara de nuevo y así sucedió. Vivieron el mejor reencuentro que pudieran imaginar hasta que por descuido quedó embarazada y se casaron. Nació la niña y llegaron nuevamente las infidelidades y otras situaciones muy desagradables que jamás contó pero que fueron la razón de su separación.


    Llegó un nuevo y oculto amor, era la persona que años atrás había sido su amor platónico y quien sería su apoyo y motivación para ingresar a la Universidad. Se abrieron para ella un mar de oportunidades y experiencias que no había vivido tras terminar con la relación tormentosa de 7 años. Pero como todo lo que empieza mal, termina mal, esta relación llegó a su final, pero se convirtió en un amor inolvidable e incondicional.


    Trabajaba y estudiaba a la vez por lo que era poco el tiempo que dedicaba a su hija. Siempre le decía: “hija, cuando termine de estudiar todo será diferente… tendremos más tiempo para compartir” pero no fue así porque las decisiones que su hija tomó serian determinantes para sus vidas.

    Su desempeño académico en la universidad fue muy bueno, estuvo becada durante toda la carrera, según sus profesores su futuro profesional era prometedor.

    Por esas cosas que pasan y ese buscar constantemente la felicidad, fracasó una y otra vez sentimentalmente hablando hasta que llegó lo que sería su mayor prueba en la vida...

    Estaba en su mejor momento según sus propias palabras: soltera y feliz, trabajaba en una multinacional con excelentes ingresos y posibilidades de ascenso por su buen desempeño y a la vez tenía su propia empresa de consultoría G.S.S.

    Se dedicó al trabajo exclusivamente hasta llegar al punto de resolver problemas en la madrugada, cuando su potencial estaba en el punto más alto. Dormía en promedio cuatro horas diarias y no se alimentaba saludablemente. Su perfeccionismo y exigencia personal era cada vez más evidente.

    Dos meses después de esa desgastante rutina comenzó a tener alucinaciones, hablar incoherencias, con delirios de persecución, a exaltarse fácilmente y su estado de ánimo cambiaba súbitamente. Parecía una maquinita haciendo millones de cosas a la vez hasta que empezaron los problemas labores y su rendimiento disminuyó considerablemente hasta que su mente no pudo más.


    Fue una mañana del 6 de mayo de 2006 que tuvo su primera crisis. Se despertó con un fuerte dolor en el pecho, muy angustiada, llorando sin control hasta que decidió tomar un taxi sin rumbo. Durante el recorrido le hablaba y hablaba al conductor de mil cosas, hasta de la muerte del papa Juan Pablo II, que había ocurrido el año anterior y lloraba como una niña desconsolada, pobre hombre no tuvo de otra que llevarla a un hospital. Cuando llegó al hospital no tenía dinero con que pagarle y le pagó con una tarjeta de crédito y una chaqueta. En ese momento, su mente ya estaba absolutamente perdida…—¡Se Enloqueció!—

    Varias horas después llegaron dos de sus hermanos, porque su mamá estaba en los Estados Unidos. Pero la escena que encontraron fue triste, ¡muy triste! Ella estaba sentada con la mirada perdida, hablando y hablando sin descanso, temerosa y pasaba del llanto a la risa con mucha facilidad, en momentos parecía lúcida, pero definitivamente algo no estaba bien en ella. Después de varios exámenes el médico les informó que era una crisis nerviosa que debía ser hospitalizada y así se hizo. Fue hospitalizada en una clínica de reposo a las 11:00 de la mañana y despertó al día siguiente a la 1:00 de la tarde, cuando se encontró en presencia de su papá y hermano quienes fueron a visitarla y la encontraron en sus cabales y contándoles todo lo ocurrido con tal naturalidad que se sorprendieron y pensaron que ya todo había pasado.

    Estuvo hospitalizada durante 12 días, en los cuales compartió con personas que tenían diferentes patologías. Conoció esquizofrénicos, adictos a las drogas que habían intentado suicidarse, personas depresivas, compulsivas. Vivió una situación tan desesperante, asfixiante y dolorosa, que por poco y se enloquece de verdad.

    La situación que vivió le costó su trabajo, fue despedida e indemnizada, lo que sería el inicio de varias pérdidas.


    El estrés fue el detonante de una enfermedad silenciosa, de la que se enteraron un mes después. Su vida cambió rotundamente dejó de ser aquella mujer alegre, risueña, soñadora, sociable y emprendedora que la había caracterizado.

    Empezó a encerrarse en su habitación y la depresión se convirtió en una constante, se volvió impenetrable desatando turbulencias en su interior, se sentía rechazada inclusive por su familia y en las noches se despertaba sobresaltada y salía corriendo, escapando según ella, de aves negras que la atacaban. Estas aves serían los recuerdos tormentosos de los errores cometidos en el pasado que no había superado.

    Después de tratamiento médico, espiritual y sicológico pudo estabilizarse y volver a trabajar. Sin embargo, tuvo varias subidas y bajadas… su vida era algo así como una montaña rusa emocional que le impedía volver a ser igual que antes.

    Cuatro años más tarde “ocurrió algo dramático en su vida”, su hija que había tenido un niño recientemente y aún menor de edad, se fue de la casa sin decir para dónde ni con quién, sólo dejó una carta en la que manifestaba su necesidad de alejarse para ser feliz. Esta situación fue la causa de una nueva crisis maniaco-depresiva teniendo cuadros psicóticos agudos y la peor vivida hasta la fecha. Tuvo una desconexión total de la realidad, su mente quedó en blanco, nunca recordó nada de esa crisis.

    Experimentó picos de euforia que tuvieron consecuencias incluso financieras, pues la euforia la llevaba a comprar compulsivamente, a regalar dinero, mercados y cosas que en muchos casos no necesitaba sin pensar si podía financiarlas o no. Cuando llegaban las cuentas de las tarjetas de crédito y préstamos, llegaba también la etapa depresiva que la hundía aún más. Etapa que se prolongó por varios años y que ha sido la más común en su vida.

    ¿Sus amigos?... ¿cuáles amigos? Si con cada crisis se quedaba más sola y cada vez caía en un abismo mucho mayor y más profundo.

    Estaba joven, pero su alma arrugada por la impotencia de ver todos sus sueños estancados por siempre, se sintió sumergida en el infierno por las pérdidas laborales, financieras y personales que habían ocasionado su enfermedad.

    El médico alertó a la familia sobre la importancia del tratamiento puesto que una crisis más como ésta, podría ser definitiva y quedarse como en el limbo.

    Tomar conciencia de lo que realmente tenía la impactó demasiado y demoró mucho tiempo en reconocerlo, pero la misericordia de Dios fue tan grande que cuando pensó que todo estaba perdido y sintió morirse muchas veces, llegó el mejor de sus regalos: “Un encuentro personal con Jesús” y con éste la posibilidad de salir adelante sabiendo llevar su cruz.

    Ya sus fracasos dejaron de pesarle, su mente empezó a ocuparse de planes y metas para el futuro, logró sanar las cicatrices que tenía en su corazón por la inclemencia de una sociedad que la estigmatizó, aprendió a no esperar nada de los demás (incluida su familia) y a sacarle provecho a la genialidad que se potenciaba en ocasiones, convirtiéndose en el mayor portento de su vida.


    Ahora que la vida le sonríe de nuevo, que reconoce el porqué y para qué de su propósito en la vida, el cual descubrió en el Servicio como misionera, sabe que cada beso que recibe es una pincelada del mejor pintor que conoce: Jesús.

    Sólo resta decirle a quienes pasan por momentos difíciles y sienten que no hay otra oportunidad, que sí la hay:
    “Nunca dejes de soñar, porque algún día tus sueños se harán realidad”
     
    #1
    Última modificación: 13 de Mayo de 2014
    A Dimitri Paria y (miembro eliminado) les gusta esto.
  2. Ro.Bass

    Ro.Bass Guau-Guau

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    Resulta interesante puesto que nadie está exento de enfermar por estrés...,
    pudiera ser mental o física... A mí suele afectarme de forma física, por ejemplo.

    Lo que sí, reconozco, que hasta llegar al final creí que se trataba de tu biografía,
    luego ya me confundo si toda la obra es sólo para dar el mensaje "divino"
    o sí realmente te hiciste misionera... Eso no lo entendí. Lo siento.


    Saludos!
     
    #2
  3. luz stella

    luz stella Poeta recién llegado

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    Hola, Ro. Bass. Gracias por tu comentario.

    Originalmente el relato tiene una página más e incluso su nombre era otro (LA MUDA) por la situación estancada en la cual estaba. Y sí es parte de mi biografía. Con respecto a la misión, es lo que estoy realizando porque me encanta Servir y fue precisamente ésto lo que le permitió a mi vida encontrar un nuevo aire positivo después de la adversidad.

    Al escribir cometí el error en el nombre: SUPERANDO UNA CRISIS, incluso en mi blog está con unas correcciones de forma.
     
    #3
  4. Ro.Bass

    Ro.Bass Guau-Guau

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    Ahhh... ya, entonces no estaba tan errada con lo de la biografía...
    Te agradezco el despejar la duda...

    Sería interesante que escribieses sobre ese punto en particular,
    más desarrollado, las crisis, los pensamientos internos en esos estados
    y demás... Me despertó la curiosidad, y estaría bueno descubrir
    a los extremos que nos puede llevar ciertas situaciones que creemos
    normales, como el estrés laboral y demás.

    No sé, sugerencia o quizás ya lo tienes.

    Saludos!
     
    #4
  5. Ro.Bass

    Ro.Bass Guau-Guau

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    Corrigiendo allá este tema, recordé que aquí lo pensé pero olvidé comentarte,
    y como allá no se puede comentar cosas que no tengan que ver con la escritura,
    vuelvo aquí:

    Si bien conozco el estrés, y siempre me afecta a través de activar enfermedades físicas
    de orden crónico por herencia genética, no ha llegado a afectarme emocionalmente...
    De hecho, he llegado a creer que bajo presión me desempeño mejor...
    Menos aún, he llegado a la bipolaridad, pero si vengo a ser una depresiva intermitente,
    (¿quién que escriba, al menos no es depresivo? yo no conozco escritor sano jaja).

    En fin, aunque desconozco ese tipo de crisis maníacas, si sé que son bastantes jodidas,
    sobre todo si vives de tu trabajo diario y no te sobran los billetes en el banco.

    A pesar de ello, en que también no fui deseada, me enteré de niña pero me
    importó una mierda: nada...
    Una bastarda que intentaron abortar dos veces, la/el gemelo marchó, pero yo quedé para
    joderle la vida a mi vieja jajaja Creo que nuestra personalidad en la infancia, es determinante
    en superar ciertas cosas y que no nos afecte en la adultez...

    Otra cosa que me dio gracia, es que mis "hermanastros" también me llamaban "fosforito"
    por lo "calentona" (enojarse): "así de rápido se enciende y así de rápido se apaga"


    Coincidencias que se dan...


    Saludos!
     
    #5
    Última modificación: 12 de Mayo de 2014

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