Un día cualquiera...

Un día cualquiera, el sol no sonrió como siempre, pues su luz no traía saludos sino despedidas…

Lágrimas claroscuras tiritaban en las pestañas del tonsurado, una madre exclamaba sonoras maldigarias a los angemonios invisibles pero llenos de presencia, unos amigocritas se picaban los ojos, un padre se atragantaba con sus sentimientos y una silueta abrazada por un velo nupcial roto exprimía su corazón para sacar el dolor.

Entonces, de entre toda la multitud, se abrió un par de alas blanquinegras, con rasgos avielagos. La aparición llevaba una vela apagada en la mano izquierda y en la derecha una jaula de oro, su atuendo negro brillaba gracias a las esperanzas abandonadas que flotaban en él, de la piel pálida caía diamantina escamada, del cabello ébano resbalaban pedazos de tuétano y lamentos, suspiros colgaban de sus pestañas llenas de rubís, fuego sempiterno lagrimeaba de sus pupilas y el olvido habitaba en los labios.

Invisible para todos, menos para uno, elegantemente se acercó a un lecho de madera. Su habitante, un durmiente de mármol, esbozó tierno gesto al acariciar con su mente una nueva promesa. El ser ennegrecido, ahora mujer, pronunció una lastimera poesía, la cual alcanzó a ver el soñador usando su corazón renacido.

Aquella armonía rebotó de árbol a estanque, y de azul a dorado.

Al son de unas lentas campanadas, se sintió niño de nuevo. Volvió a nadar con los nenúfares, jugó con miles de rosas y voló por el cielo indigado en un carruaje lleno de violetas.

De la nada, un llamado maternal, con tintes de suave murmuro le llamó. Y empezó a cruzar nubes algodonosas, donde vio mágicas criaturas viviendo. Persiguió a la voz hasta fundirse en el imperecedero sol.

Escapó de una prisión en forma de pecho masculino. Una resplandeciente paloma llena de recuerdos, deseos e ilusiones rompió las cadenas corporales. Usó un brazo diamantado como puente y al mirar atrás soltó una sonrisa cargada de adioses al leer un epíteto. Un nuevo mundo se cerró con barrotes de oro a su paso.

 

excelente interpretación de las decisiones querido poeta...

magnifica prosa...

Tenias razón, tienes esa fuerza que esperaba encontrar en tus lineas!!​