Fue sin querer...

FUE SIN QUERER...

- Hola. ¿Qué quieres? – me preguntó mi amiga, la camarera del restaurante donde comía todos los días laborables.

- Quisiera vivir contigo – respondí sin querer, leyendo la carta de menús.

- ¿Cómo? – preguntó y exclamó sonrojándose primero y sonriendo después, cuando notó que mi piel palidecía.

Entonces entendí que su sonrisa era la respuesta afirmativa a mi declaración. Sin darme cuenta, inconscientemente, había vencido mi enfermiza timidez para declararme. ¡Qué cerca están las neuronas que generan las ideas con los sentimientos y las que controlan las palabras…!

 

Guauu!, que situación nos pones Antonio. Es decir somos reflejos y estallidos eléctricos, y a veces, dentro de nuestro cerebro, se provocan explosiones tales, que nos liberan de nuestros miedos y angustias. Me gustó tu micro. Fantástica fotografía a un momento crucial. Felicitaciones y un saludo.
Rodrigo del Río

 

Genialidad la tuya Antonio, he pasado
por esas aventuras, más de una vez, y
nunca se me ocurrió escribirlas.

 

Pues sí, a veces no controlamos nuestro propio cerebro; aunque, en este caso, resultó bien. Ja ja ja.... Gracias por tu acertado comentario.
Salud y ventura.

 

Es pequeña la distancia e ínfima la reacción posterior. Es el inicio de una larga cadena de éxitos. Un placer leer. Saludos cordiales.

 

Esta aventura terminó bien, pero en otros casos tenemos que arrepentirnos mucho de lo que hemos dicho sin querer. Ja ja ja...

Gracias por el comentario.

Salud y ventura.

 

Me encanta tu microprosa Antonio, dejas la magia del momento en letras que llegan al fondo de las ideas simples que expresan la emoción indomable, que rica lectura, te felicito, abrazos.

 

Sí, en este caso resultó bien, pero muchas veces nos arrepentimos de lo que decimos sin pensar.

Gracias por el comentario.

 

Umnnn. Si tú lo dices, bueno será, pero a mí así de repente me resulta imprudente y puede resultar hasta peligroso, jejeje.
Hay que controlar esos "arrebatos" de las neuronas, ya que no es lo mismo pasar una noche, que vivir toda la vida arrepentidos, jejeje.
Un gusto pasar por tu espacio y pegarme a él como mosca al pastel.
Alegre paz Antonio.
Vidal

 

Gracias por tu amable comentario. Creo que estas historias suceden muchas veces. Para bien o para mal, expresamos nuestros sentimientos sin querrer. El cambio de color de nuestra piel y los movimientos reflejos nos delatan.

Salud y ventura.

 

Hermosa microprosa que relata una declaración de amor. Grato leerte. Un fuerte abrazo amigo

 

Mira que situacion en la que te encontraste de pronto pero es verdad, a veces la respuesta llega sin palabras. Encantada de leerte. Saludos y Bendiciones.

 

Espléndida microprosa, Antonio. Fluida, de agradable lectura. Es un microrelato que sonríe al lector, sí, es toda una sonrisa.
Y en ella, dejas un razonado pensamiento, una acertada afirmación. Y la imagen que has elegido, es genial.
Un fuerte abrazo, querido amigo.

 

Jajjajaja que singular reflexión amigo,
es cierto que de mucho pensar y planear nos torturamos
con nuestros porpios nervios... pero...

a veces todo sale por facilidad ..

jajajaja a mi me ha pasado, decir algo que queria decir pero que no lo tenia planeado decir
en ese momento.. asi.. igualitoo

saludos​

 

Pus sí, tienes razón, tenemos que comtrolar los arrebatos de las neuronas, aunque algunas veces resulten bien,

Gracias por tu simpático comentario. Salud y ventura, Vidal.

 

Ayyy Antonio que micro más dulce y tierno y profundo, somos ese todo inconcluso que a veces nos sorprende a nosotros mismos con una respuesta adecuada a lo que deseamos de verdad. Me ha encantado leerte. Besazos con cariño y con admiración.

 

maestria en la prosa demuestra usted

 

En este caso el desenlace resultó bien; pero conviene pensar antes todo lo que queremos decor, para no meter la pata.

Gracias por el comentario. Salud, ventura y amor.

 

Sí, en este caso resultó bien, pero conviene pensar antes lo que vamos a decir, para no meter la pata.

Salud, ventura y amor.

 

A veces la sonrisa, el rubor y la palidez son más elocuentes que las palabras. Gracias por tu acertado comentario.

Salud, ventura y amor.

 

Gracias por tu amable comentario.

Esta vez resultó bien el desenlace, pero conviene pensar antes lo que queremos decir, para no meter la pata. Encontré la imagen de este microrrelato escribiendo en le buscador "neuronas y amor". El Señor Google lo encuentra todo en seguida.

Salud, ventura y amor.

 

En este caso el desenlace resultó bien, pero conviene pensar antes lo que queremos decir, para no meter la pata. Como dice el refrán: "Ponga el cerebro en funcionamiento antes de poner la lengua en movimiento".

Gracias por tu simpático comentario. Salud, ventura y amor.

 

Jajaja, nunca se mete la pata si es para declarar a una mujer que nos gusta, que nos tiene enamorados, jajajaja, porque si no lo dices, toda la vida te estarías preguntando que habría pasado de haber tenido el valor de decirlo, jajajajaja.
Un fuerte abrazo, querido amigo.

 

Nada como la hora de la comida, o del almuerzo, para hacer una declaración de intenciones; y qué bueno que esa amiga pasara a ser algo más, mucho más.
Muy buena la prosa, me encantó cómo la escribiste.
Un saludo, Antonio.

 

Esta vez resultó bien por casualidad. Ja ja ja... Creo que tenemos que ser más valientes para decir lo que deseamos después de pensarlo bien.

Gracias por tu simpático comentario. Salud y ventura.

 

Maestría hace falta para vencer la timidez y declararase. Gracias por el comentario.

Saludos desde Madrid.

 

Tienes razón. ¡¿ Cuántas oportunidades dejamos pasar por culpa de la timidez!? De todos modos, tenemos que pensar bien lo que vamos a decir... para no meter la pata.

Gracias por el comentario. Salud, ventura y amor.

 

En este caso resultó bien por casualidad, pero conviene pensar bien lo que deseamos decir... para no meter la pata. Tenemos que ser valientes y prudentes.

Gracias por el comentario. Salud. ventura y amor.

 

Pensar sí, pero no demasiado, jajajajaja, lo justo, jaja, para que el pensamiento no mengue la intensidad del sentimiento, jajaja.
Otro abrazo, buen amigo.