El peor de los miedos

Sabes, desde que te conozco he sentido un miedo, miedo irracional, que al principio ni yo mismo le encontraba sentido alguno, simplemente era miedo, pero un miedo ligado a un suspiro al verte, si, era mi dosis de angustia y felicidad verte, aunque tu ni lo supieras. Con el simple hecho de ver esos ojos místicos mi día podía seguir y mi corazón tenía calma un día más. Pero no dejaba de sentir miedo, o mejor lo llamaría angustia, si eso era. En mi era raro sentir angustia, miedo, nerviosidad con una mujer, se me da entrener a las mujeres, no me ponían nervioso, creo que era al revés, y con ellas trataba de olvidar todo sentimiento, emoción extraña que sentía por ti, más nunca se iba, era como tinta fresca en la piel entre más tallaba más se esparcía, y por consiguiente más se notaba.

Me molestaba que ni siquiera me saludaras, pero para que saludarme si, solo sería eso un saludo agobiante, frustrante, hipócrita, lleno de asquerosa monotonía, entonces me conformaba con tu despreció, con tu odio inconsciente, pues para mí eso era mejor, era real, era una emoción, no como lo otro, que era cordialidad, por amistad, por respeto, a la mierda tu amistad, tu respeto, cordialidad, yo no quiero eso de ti, prefiero tu odio, desprecio, rechazo, desagrado, todo eso y aunque parezca malo, era real y prefiero mil veces eso, lo real. escúpeme, goleame, rechazame, mándame a chingar a mi madre pero no hagas un acto de hipocresía monótona como lo hacen todos, solo porque tu moral así te lo dice, no te acerques a mí con un beso en la mejilla, con un inocente y aburrido hola, ¿cómo estás?. no lo hagas. Prefiero que me mates con la mirada, llena de odio, o de lujuria, ¡sí! con esa sonrisa maquiavélica, perversa, sádica, ¡sí! prefiero eso, es lo verdadero.

No hagas lo que tus emociones de culpa te dicen, no me vas a lastimar más si me ignoras o desprecias, no soy un niño, no soy un nene para que me lastimes, ya tengo suficientes cicatrices una más da igual, no me trates bien solo por simpatía por estar bien conmigo, porque si haces eso, voy a perder el miedo que siento por ti, si, esa angustia que me atormenta cuando te veo pasar o cuando te observo en tus momentos de descuido, voy a perder eso, y no quiero me gusta vivir con esa emoción al verte, al acercarte, pensar en lo peor y lo más peor que podría pasar. No imaginas lo que pasa por mi cabeza al verte cerca.

Pienso, mierda que tal si se acerca y me dice deja de verme enfermo, con un gran golpe en mi mejilla o un gran y poderoso te odio… bastardo, nunca vamos a estar juntos ni en tu sueño más perverso, pero no todo está del todo mal, en mi cabeza también pienso en lo peor en lo más grave, que te acerques y me robes un beso, de esos que te acaban el aire pero aun así, sigues allí, consumiendo el aliento uno del otro, con un beso que me reviente el labio de pasión desenfrenada, y al terminar quiera más y más, y mi piel se vuelva adicta a ti, y no solo la piel, sino mi mente, mis oídos, mis ojos, mis labios, mi olfato, ahí es cuando aparece el verdadero miedo, y es el enamorarme, el quererte, el amarte pero todo queda en mi trastornada cabeza y delirante corazón roto, porqué al final no somos nada, pero confió plenamente en la nada, porque es tan inestable como los sentimientos ocultos de mí en ti, y cuando por fin los encuentres no pienses y corre a mí, que yo, te estaré esperando con besos, con mis brazos abiertos, y con un sincero y puro te quiero.

 

Una sincera y bella declaración de amor. Declaración de tu miedo a la falsedad, a los prejuicios, a la rutina del cumplimiento.
Pero piensas y sientes y derramas tus deseos cubiertos de miedos, pero que al final si ella los entiende te pagará con un TE QUIERO.
Un gusto acompañar tu linda inspiración.
Alegre paz y mucha verdad para este año.
Vidal