Ya están aquí los toreros muertos..., muertos, muertos

Bailare sobre tu terrea sepultura
y bailare sobre tu dura calavera
llenare hasta el borde de tu tumba
margaritas que te quieran repoblar.

Dejo tu tumba abierta descansar
con capote firme a la esclavina escupo
formando olas de punzantes crestas
espumas que engalanan tu cairel barroco.

La chaquetilla te sirva de mortaja
cedes un matojo que plantar en cada surco
dejas tu sepulcro con un hoyo de derrota
allí donde su puesta dejan las serpientes
en ese hoyo dejare tu nicho y osamenta
mausoleo donde entierren tus ideas de garrota.

Quedará solo tu calcáreo esqueleto óseo
donde tienes la unión de las rodillas
las he contado y te faltan las costillas
unas flotantes otras más cartilagas.
¿Tuviste acaso, además dos trayectorias,
hicieron las astas un nudo calabrota?.

Que hipócrita es la masa de la gente
con la práctica de deportes extremos
cuando tienen por descuido un accidente
luego dice que les está bien empleado
porque no le paso en el curro trabajando.


Y a ti por descuido

de asta perforado

eres el maestro

del arte extremo

hipócrita en tu lienzo

te tiene amortajado.


Tu trabajo si lo haces

ni es arte ni cultura

si no vil asesinato

una tortura animal,

corrupción o engaño

matando a un toro

de grana con un trapo

para luego estocar

la cerviz con la puntilla.


Esta tan arraigada

en el folclore de la fiesta

homicida nuestro reino

su dolor duerme la siesta

tan arraigada matanza

que ya ni nos molesta.


Ideas vertidas de Txema Parado Sieiro, oxidadas solo las lustro con una patina de níquel en el brillo y de volcánica obsidiana en el luto.

 

Además, con la contaminación medio-ambiental, no sólo estamos matando al toro, sino también, al planeta entero. Lo que ocurre es que el mundo es habilidoso, y encontrará la manera de deshacerse de la raza humana. Poquito a poco, seremos masacrados. Y ya, en el año 2.030, quedarán 400 millones de personas, tal vez. Que aprenderán la valiosa lección, de respetar la atmósfera, los ríos, los mares y las tierras.

 

Me gusta tu poema por su forma y contenido. Un abrazo amigo Gustav. Paco.

 

Magnífico, Gustav (aunque a mí me sigue "molestando"). Ya es hora de acabar con esa salvaje tradición. Un abrazo.

 

No digo ni que sí ni que no, solo soy un pequeño aficionado que me corte la coleta y estoy retirado, pero tengo a mi favor y quizás me sirva de disculpa pues asistí a la última vez que se concedió en las Ventas abriendo la puerta grande con dos orejas y un rabo a Don Sebastián Palomo Martinez natural de Linares, hacia 33 años que esto no sucedía y ya han pasado cuarenta y cinco y aun espero. Un señor de una fila inferior se entero que mi hermano menor, era la primera vez que iba a los toros y le dijo "Pues no vengas más yo llevo veintiséis años para ver esto, y desde entonces le ha hecho caso.
Todo ha cambiado y todos hemos cambiado, fumaba en clase en la universidad, los niños con cinco años entraban a las corridas de toros y no estaba bien visto que las solteras se quedaran embarazadas, hoy las amigas de su madre se sienten envidiosas "A ti al menos te van a hacer abuela", los curas llevaban sotana y otras mas costumbres folclóricas. Ya es hora de cambiar y de acabar.