Yo le dije a la Mariana

Yo le dije a la Mariana.

Yo le dije a la Mariana questo de sacarno el Loto, no´ hiva a traer problema, no´ hiva.

Pa´pior a ella se le dio por comprá libro. Que son ma´ gordos quel Popular de lo´ domingo y dencima se lo lee, dencima. No como hace la nueva mistá con que se codea, que tiene toda una paré yena de libracos y no sabe ni pa´qué los tiene, pa´mi que pa´dorno.

No, a la Mariana no se le dio mejó que lier. Y me mete en balurdos, me mete.

La otra vuelta yego a la quinta que no´ compramo, con la cuatro por cuatro que tira que dio mío, con los vagos del rioba, porque yo no soy de lo gile´que se olvidan de la umilde yeca que lo vio nacé. Llegamo´ cantando, “lo vamo a reventá, lo vamo a reventá, el orto de florero le vamo a dejá”. Le compré una camiseta ficial de la selesión a cada vago, meno a La Chancha que no conseguimo número, pero iguá, el gordo va larco. Al Tristura lo tuvimo que bajá entre cuatro, le dijimo, no tomé cerveza questá caliente, apena lo tiramo al pasto se lanzó todo, se lanzó. Nos dio tanto asco que así como estaba lo tiramo a la pileta pa´ver si se dispertaba, casi se no´ oga.

Tonces la Mariana, dulce como ella sola, me dice:

- ¿Que acé nabo?, no ve lo invitadosss...-porque la Mariana, asigún dice, la persona´ curtas no se morfan la ese - tesstan perando pa´un tess´mach.

– Pero, Negra – le rispondí – si sabé que a mi el té no me gusta.

– No só ma grasa porque no podé, está el profesó perandote.

– Ma que profesó, lo unico que me faltaba...

– El profesó de tenisss, boludo... no me hagá decí guarradas, la puta que te parió.


Tonce lo veo al grandote. Con traje de primera comunión parecía. Una rasqueta en la mano, cagándose de risa. Parecía pintao. Pa´mí que lo sacaron de una serie gringa. Un rubio de do metro, tostao como una Canale, ojo azule, uno´ caño´ y uno garrone´ que ni el Diego. Lo miré con cara de desconfío, lejo´ de la Mariana, que me la sé, le gustan esta clase de guachos, no sia cosa que me le enyenen la cosina de humo, me le enyenen, que a la negrita no ay que decirle do vece´.

Me se dio, por mirá al resto de lo invitados. Parecia la novesla de la tré´, faltaba un negro pa´pantayar totá la mosca era mía, era. La negra me prisentó a una suspendida de córdoba.

– ¿Quescuchaste, pelotudo de mierrda?. Me gritó la negra.

– Que a la pobre mina la suspendieron del laburo en córdoba, endeseguro que la Adidas, questán fletando como lo diose..

– Pero no, animá... la cenciada Córdoba... cenciada de cencia... no vé... no vé... que no sabé nada vó. Cenciada en relacione trapersonaless, y un mater en cología umanítica, me viene sesorar en la cosa´ e´ la curtura, y no le hagá perdé tiempo ques una persona ocupada.

– No me digá, ¿y donde tudió?- le dije.

– No siá malesducado, la señora me trajo un cuadro con toda las firmas – me chilló.

No sé, pero a mi se me asía haberla visto en otro lao y no presisamente usando la boca pa´ blar. Y no paraba la guacha de haceme ojitos. Me tuve que tirá a la pileta pa´que no me se notara.

Me cabronié, lo muchacho´, estaban muerrto´ de ambre, con gana del asao que les prometí y La Negra mesperaba con triples de miga, champán y Villavicencio. Decí quel Lumbrí enseguida izo y enfiló pal quincho.

Del partido ni hablar, esto´ sabian de fobal como yo de inglé.

Me tuve que bancar como lo gringo´ se lastraban hasta la ciruelass de lo arbole. Hasta que la negra me dijo algo así que ivamo a un desfile de mina en maya a comprá perfume, eso e´ lo que me creí.

Lo dejamo al Rata dencargao, que no me hagan tené que pagá fianza otravé. Le dije.

Me disfracé de pituco. No´ subimo´ al Mercedes.Yo quería un Torino que estaba joya nunca taxi, quel turco Vitrola me tenía guadao, pero la señora ahora que lo lee al Bucay y al Vitor Sueiro, stá culta como la puta madre. Me hizo saca un fajo que me dolía en la mano. ¡Que auto de mierda!, no ronca cuando hago lo rebajes, pa´que las minas te digan me tipo langa va aí. Sei cambios, ¿pa´que?, si con una primera larga, podé pasá a cuarta y dencima descarbonizá lo cilindro.

Yegamo a donde estaba el italpar, frente al tc, entramo a un dificio rosa ma´ viejo quel sol. ¿Donde mierda estará la pileta? me dije pa´los adentros, esperando ver un buen lomo, como lo muestran el Jiordano y el Garmás. Lo único que avia eran uno cuadro ma burridos que bailar con la hermana. Dencima, la negra ponía cara de circuntancia como cuando la para la cana por no poné la luce baja´.

– Mirá , negro, mirá que obra de arrte, lo dibujó la hija del Picaso. Me chiflo la Mariana

– Y ese... ¿en que quipo juega? – le dije.

– No ve´... que so un bruto, vamo a la otra piesa que hay do´cuadross de verdá y una repiticioness pa´comprá, asegún la Córdoba. Me dijo con aire de diretora descuela.

Rayitas de colores, triangulitos, circulito, alguno se parecía a la camiseta del Chilavert, paragua de mierda, que endispué que se enllenó de la guita nuestra, se hace el falosofo.

Cuando casi se me quiebra la quijada de un bostezo, la volví a mirar a la Mariana.

– Che, ¿y el desfile de la´ minas pa´cuando?- le prigunté

– ¿Que minas? ¡Baboso pelotudo! - Me respomdio lo má delicada.

– ¿Como cuá? Las del desfile de maya...

– Pol Cli, pelotudo, Pol Cli, te dije.

 

Por aquí li dicímo a esas minas brígidas como la Mariana que parel gueveo y que suelte di una si se va a servirseal pit sampra. Como si nota la falta dignorancia y la mala endiucación. Y que sincillo si más mejó iban por repiticiones del candinqui. Palaotra. Ai los belmon, tuyio.

 

Jajajaj