Ternura de niño

No honraría a mi madre,
qué no hace ella por mí?
Puedo aprender lo que me es útil;
soy feliz, ella es feliz.

Estoy enferma, la escucho quejarse;
y cuando ella se sienta a mi lado
con el ojo levantado,
entonces creo que ella reza.

Sí, ella reza para que pronto
pueda liberarme de mi dolor:
me pongo mejor, que alegre
y agradecida está su corazón.

Siempre la querré,
siempre haré lo que a ella le plazca.
Nunca quiero empezar nada
de lo que mi madre pueda quejarse.

Honraré su nombre
cuando ella descienda a la tumba.
Y siempre alabar la bondad de Dios,
quien me dió tal madre.

Buen señor! oh déjala vivir
a mi favor, a mi alegría,
que tristeza me daría
extrañarla en mi juventud.

 

Muchas gracias poetisa por tus bonitas palabras siempre...me agrada tu presencia en mis letras… un abrazo

 

Muchas gracias Mary por dejar tus huellas aquí , un abrazo compañera

 

Muchas gracias estimada Nancy por visitar mi espacio y por tus cálidas apreciaciones...un abrazo afectuoso

 

Muchas gracias estimada Mary por dejar tus huellas en mi espacio, un abrazo