Viajeros de la nueva fe.

Tú idioma seduce a mi naturaleza y mi ser queda desnudo, ante la explosión de la nueva era, que arremeten tus ojos en mi mente.

El amor genuino en nueve lenguas, desafió mi fe; y tu delicada inseguridad, provocó mi eterno desvarío astral.

No había escritura para plasmar este colapso.

¡ Esté gran registro Universal!

Solo la tinta del corazón que bombeaba en ese momento santo, fue compañero y testigo fiel de ese nacimiento. ​

Tú inseguridad domaba galaxias enteras y tú nombre al pronunciarlo era el rugido de los planetas inhóspitos.

¿Como no nacer, en la nueva era de tus ojos ?

¿Como no romper aquel silencio con la armonia que manifiesta tú encanto?
​

Me corrompe la luz violeta de tú aura, la energía solar de tus labios y el sonido profético de tus actos.

¡El verbo fue echo en ese instante!

La Tierra tuvo piedad de nuestra muerte, de este amarre intergaláctico... de esta música desconocida.

Peregrinamos en un planeta que acepta nuestra energía, que su naturaleza extiende su caos; y con ello nos da eterna valentía.

Eterna calma.

Eterna estadía.

¡ Ahora somos lo eterno en el instante!​

 

Hola, Alexander. Es bueno tu escrito. Con mi respeto: los 3 tu, van sin tilde. Saludo cordial. Azalea.

 

Me ha gustado mucho de la manera que finalizó esta maravillosa prosa, fue un placer leerle,
abrazo sin ruidos en la distancia,