1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

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  1. El mundo duerme,
    pero la noche no descansa.

    La crueldad
    de las horas nocturnas,
    se debaten sinuosas,
    sobre los herrumbrados
    cascabeles frenéticos,
    de las bellas princesas
    que caminan la cuadra.
    Entre los callejones
    deshabitados de señoras,
    poblados de maridos,
    con billeteras gordas,
    y vientres pronunciados.
    El trágico momento
    en que la luz se devuelve,
    al errante infinito,
    que todo se lo traga,
    y nada es lo que era.
    Las bestias de la noche
    se acuestan con fantasmas,
    y enumeran fracasos
    colgados a la espalda.
    Abandonados al hechizo
    de las polleras cortas
    y las medias de nylon.
    Los cerdos animales
    del asfalto más turbio,
    bajan de sus rutinas,
    masturbando las sombras,
    heladas,
    del pasado anacrónico,
    violento, destemplado,
    de las almas en pena
    que vagan por la esquina.
    Alejadas del rumbo,
    de las grandes señoras,
    sepultadas en humo.
    Carcomidos sus huesos,
    en sudor lacrimógeno,
    en risas fantasmales
    y narcóticas,
    estremecen la noche,
    y arrugan la esperanza.
    En oscuros rincones,
    sus caras enmohecidas
    de tristeza y destierro,
    susurran al oído
    el precio de sus cuerpos.
    Princesas de alquiler de los señores.
    Al dorso de la luz de la mentira,
    las verdades
    son piedras sin corona
    arrojadas al mundo
    de las buenas costumbres.
    Pequeños universos desteñidos
    de escarcha y de silencio,
    en esta amnesia provocada
    en los turbios salones
    de la doble moral
    que nos gobierna.
    Me hundo en las penumbras
    de esta noche sinuosa,
    de alcohol y nicotina,
    para escribirle un verso
    a las bellas princesas,
    que vagan por la esquina.
    A Macalopez y José Valverde Yuste les gusta esto.
  2. Nunca pude reponerme de los barullos.
    Me dejan agotado, sin aire,
    deshidratado.
    Tanta palabrería "al cuete".
    Tanto bla bla bla sin "ton ni son".
    Pobrecitas las palabras,
    maltratadas,
    arrojadas al aire así nomás,
    para que se choquen
    unas con otras
    en un zumbido insoportable.
    Parece que fueran hojas o cáscaras
    que han quedado flotando,
    perdidas,
    en un murmullo estéril.
    Naufragando en una densa niebla
    sin memoria.
    Muertas de olvido.

    Yo trato de salirme del paso
    y ser un fugitivo.
    A veces me parezco a Jean Valjean
    huyendo por las sombras,
    pero vienen y embisten,
    y busco un escondite solitario
    donde ponerme a salvo...

    ¿Qué dices cuando hablas?

    El barullo imperante
    recortó las palabras
    y las dejó solitas,
    amontonadas y sin sentido...

    Así la gente.
  3. Es esta mi distancia,
    ser un náufrago atroz
    de este sendero ciego,
    donde el silencio brota
    en cada amor ausente,
    en cada despedida.

    Como una flecha avanzo
    hasta la soledad
    de este vano momento,
    que se aleja invencible.

    Epitafio sombrío.

    Yo quise sonreír.
    Por Dios que quise!
    Encontrar la salida
    a esta condena inapelable.
    Escapar del reloj,
    cerrar el paso, el hueco,
    por donde se nos marchan
    las horas y los días...

    Inevitable desventura.

    Sólo tu abrazo
    puede templar el aire
    en esta aguda angustia
    que todo se lo traga...
    A ti, a José Valverde Yuste, a BEN. y a 2 otros les gusta esto.
  4. Altura de los pasos
    que sostienen las cumbres.
    Flores devueltas
    a la mar de los años.
    Más acá de la fe.
    Más allá de la prisa.
    De la intensión fugaz
    de escaparnos de todo,
    y correr…
    Más acá del saber.
    La palabra cuestiona
    los versos que no escribo
    por falta de paisajes.
    ¿Por falta de mensajes?
    A veces,
    el silencio enamora.
    La verdad que no vemos,
    permanece convicta,
    en la prisión de arena
    que se tragó este mundo,
    que hoy es puro cemento,
    y sangre,
    y mañana mentira.

    Yo camino, latente,
    la vuelta a los misterios
    de los monasterios y las ruinas.
    La vida se mudó
    hasta la belleza inderrumbable
    del acontecer.
    Las maletas se quedaron atrás,
    ya sin mirada,
    detenidas,
    sin dueño.
    El horizonte advierte
    los caminos cruzados,
    sueltos,
    en los brazos del alma.
    Despertando los puertos
    de nuestros corazones.
    Encendiendo los faros.

    Hoy al borde del lápiz,
    se encierran los recuerdos
    entre cuatro paredes,
    que son puestas en venta.
    Marchamos como moscas
    al final de los tiempos.
    La historia o lo que sea,
    nos pisa los talones,
    y no nos damos cuenta.
    A ti, a José Valverde Yuste, a José Luis Galarza y a 1 otra persona les gusta esto.
  5. Encendí un tabaco
    como en los viejos tiempos.
    Yo nada más quería
    colgarme al universo.
    Errante presente,
    canción y sable.
    Estupor de las olas que brillan
    en la noche del océano.
    Luna de marzo.
    Sutil y peligrosa.
    Ya vimos una grieta en el tiempo.
    Debemos derramarnos
    fugaces y livianos.
    Y pasa la cañada
    como una lágrima
    hasta la sal.
    Cada mañana
    despierto los sueños,
    las almas, los nombres
    que no me conocen
    y me buscaban.
    Hoy puedo morirme
    desaparecido.
    Para buscarme el alba.
    Como una grieta el poeta.
    Como una vela.
    Sólo quiero ser este hoy
    que mañana es memoria.
    Luna de marzo.
    La cañada es un pueblo
    y la luna
    como una espuma
    como viajeros que son flamas
    que corren hasta el fuego.
    Por eso existen los desiertos
    con huesos de guerreros.
    Un misterio la pluma,
    un pedazo la luna.
    La total soledad de una maravilla.
    Sólo queda un aliento para dar
    y es este.
    Impecable es el viento,
    la verdad,
    los fantasmas que nos abarcan,
    los faros del otoño.
    Ojalá que los crepúsculos
    no te esperen
    como te esperan
    mis palabras.
    Yo perdería ante las fogatas.
    Saludando me despido.
    Así son las cosas.
    Sólo sé que la tristeza
    me bastó para reír.


    Creación compartida
    Riolita - MarcosR
    (febrero 2006)
    A ti, José Valverde Yuste y José Luis Galarza les gusta esto.
  6. ¿Será posible entretejer un verso
    con las hojas caducas del destino?
    Un canto para el barro del camino
    que se haga portavoz de lo diverso.

    Si el rumbo está marcado en el reverso,
    el comienzo es un canto que adivino.
    ¿Por qué ha de ser solemne nuestro trino
    si somos finitud del universo?

    Si pensar en un canto que nos cante
    con todas las miserias que callamos
    pareciera ser menos elegante.

    ¿De qué vale la altura que buscamos,
    si el tiempo nos devora a cada instante
    y en un pozo a los huesos enterramos?
    A ti, José Valverde Yuste y José Luis Galarza les gusta esto.
  7. ¿Será que mi destino sea este sendero
    lleno de copas rotas?

    Al otro lado del río de los infieles
    existe un gran panal.
    La mentira tiene manos de obrera
    y delirios de reina.

    Al oriente del río se vislumbra un valle,
    lleno de tréboles escarchados,
    por las lágrimas de los que sufrimos.

    Quise salvarme.
    Vi la montaña.
    Pinté con mi sangre
    las punzantes lágrimas de cristal.

    Sufrí el olvido.
    Y más que eso, sufrí el recuerdo.
    Lloré por mí.

    Una estrella se enciende.
    Me habla.
    Una estrella se apaga.

    Comprendo que soy eterno.

    Comienzo a escalar
    y al llegar a la cima
    hay una cruz,
    y una lápida con mi nombre.




    Creación compartida
    MarcosR - Riolita
    (Octubre 2001)​
  8. ¡Oh noche!
    Palacio de los solitarios.
    Cueva del náufrago.
    Fruta oscura del taciturno.
    Una bocina a lo lejos
    me dice que estoy solo.


    Y en lo alto la luna,
    esa otra reina,
    obliga a este vasallo a contemplarla,
    sin más recompensa que la melancolía.


    La noche es el hogar de los iluminados
    y el infierno de los cobardes.


    Mi Fe descalza caminó en tu rumbo.
    Alguna vez lancé mis flechas de humo
    hacia tu corazón siempre escondido.


    Vuelo de gorrión muerto.
    Canción de cuna.
    ¡Oh noche!
    Nido de ángeles.
    Tus senderos callan los pasos.
    Destinada a morir
    por el sol de los mediocres.
    Envuelto en lágrimas cierro la puerta.




    Creación compartida
    MarcosR - Riolita
    (Octubre 2001)
  9. ¿Alguna vez escuchaste la música de la soledad,
    la canción del pájaro invisible,
    la quietud de un lago donde todo pasa?
    Algo se mueve.
    Algo se acerca.
    Algo muere.

    La soledad está llena de cosas
    que alguna vez sonrieron.
    Camino sobre cadáveres.
    Un caminante pasa.
    Me observa.
    Muere.

    Mujer que estas lejos,
    escucha estas palabras
    que me salen con sombras.
    Si estuvieras aquí,
    te olvidaría de repente.
    Quédate lejos,
    para amarte toda
    mi absurda vida.
    Sólo el silencio.
    Sólo la noche en plena tarde.
    Sólo el humo que te dibuja.
    Un ángel pasa.
    Lo observo.
    Muero.


    Creación compartida
    MarcosR - Riolita
    (Octubre 2001)​
    A bristy, luna roja, Alizée y 1 persona más les gusta esto.
  10. En la barranca cantan los grillos
    todas las noches.
    Yo creo que le cantan al río,
    percibo sus vibrantes clarines
    entonados a toda garganta
    enredarse en la base sonora
    de las olas del Plata...

    La barranca es un himno,
    es un canto de grillos.
    Estamos en su tierra
    y es bueno recordarlo.



    Screenshot_2022-05-26-18-37-47-1.png
    A José Luis Galarza y luna roja les gusta esto.
  11. La ausencia
    es una espina invisible
    de una planta cercana.
    A José Luis Galarza y luna roja les gusta esto.
  12. Debajo de las ruinas
    del mundo devastado.
    Arrastran los reptiles
    una vieja corona,
    hasta un sucio sillón
    abandonado...
    A José Luis Galarza y luna roja les gusta esto.
  13. A José Luis Galarza le gusta esto.
  14. Ya no

    Ya no será
    ya no
    no viviremos juntos
    no criaré a tu hijo
    no coseré tu ropa
    no te tendré de noche
    no te besaré al irme
    nunca sabrás quién fui
    por qué me amaron otros.
    No llegaré a saber
    por qué ni cómo nunca
    ni si era de verdad
    lo que dijiste que era
    ni quién fuiste
    ni qué fui para ti
    ni cómo hubiera sido
    vivir juntos
    querernos
    esperarnos
    estar.
    Ya no soy más que yo
    para siempre y tú
    ya
    no serás para mí
    más que tú. Ya no estás
    en un día futuro
    no sabré dónde vives
    con quién
    ni si te acuerdas.
    No me abrazarás nunca
    como esa noche
    nunca.
    No volveré a tocarte.
    No te veré morir.

    Idea Vilariño
    A José Luis Galarza y luna roja les gusta esto.
  15. A José Luis Galarza le gusta esto.