PLANETA PERDIDO Había una vez un planeta perdido donde reinaba la soledad, donde cada cual iba a su ritmo y no era necesario charlar, donde solo con una mirada bastaba para entenderse, un solo gesto sobraba, para comunicar los sencillos sentimientos y no era necesario mas. En este lugar tan callado los hombres regalaban rosas en vez de espinas puntiagudas, y las madres nuca lloraban por que todo era felicidad. Allí caían monedas de los arboles, aunque nadie las recogía, pues no era necesario comprar, no existían dolencias ni acechaba ningún mal. Todo era tan hermoso que no había tecnologías, por fin se quedaron atrás, las personas volvían a mirarse a los ojos, y se ponían a cantar. Cada cosa que mirabas a cual mas hermosa, pintaba a tu alrededor una sensación placentera de paz y de puro amor. Pero la lluvia golpeo en mi ventana y de aquel sueño desperté... para darme de bruces con una realidad aplastante que no podía soportar, unas vivencias mundanas de las que es difícil escapar. MOB
VUELA Sabias que no siempre perduraría ese invisible pedestal de alabastro sobre el que te erguías orgullosa. La duda y la opresión invaden hoy cada esquina de tu piel, y cada rincón de tu cuerpo. Eres hábil, y sabes de sobra, lo que esta sucediendo, nada es eterno y la dimensión que hoy conoces un día se evaporará. Más... entiendes que volarás cual pluma sin peso, y que la carencia de gravedad se llevara tu alma a lugares ocultos luminosos y etéreos. Vuela ahora desde esta dimensión que hoy conoces, cierra los ojos y déjate llevar hasta aquel paradisíaco recuerdo, que un día fue el mas hermoso de los sueños. ¡Vuela... Paloma Mía, vuela! Viaja con el pensamiento, dibuja ilusiones de colores y manantiales de fuego, donde arderán tus miedos y tormentosos recuerdos, donde perecerán tu angustia y despecho. Vuela... Paloma Mía, vuela y no mueras por dentro pues si no te perderás ese delicado momento, en el que fuiste capaz de crear tantos hermosos versos, que unos no comprenderán y otros sentirán por dentro. MOB.-
DUELO No somos nada y lo somos todo, somos lamento, sollozo, destello, nieve y escarcha locura e indignación. Somos poema, oda y canción, nota en un pentagrama, muralla que se derrumba por causa de ésta incomprensión. Somos ficticios, somos etéreos, somos arena, desierto y sol. A veces marea y otras templanza sonrisa, música y viento, vacío y angustia, voz de silencio suspiro que llega hasta algún rincón. No somos mirada, no somos risa, no somos llanto, ni tampoco dolor, Más somos viento, nubes y cielo lluvia que pesa sobre nuestros ojos y cae a caudales ante nuestro rostro porque es imposible contener su producción. Hoy quisiera ser liviana y como el aire, elevarme para estar a tu lado hacia la soñada eternidad, pues sé que tu alma hoy traspasa, las fronteras de esta efímera realidad, hacia donde todos los mortales algún día caminaremos, siendo polvo, brisa y levedad. Pero hay algo que me tranquiliza, algo que invade mi ser interior, siento que todo lo que hoy nos llena, es aprendizaje, hacia una poderosa iluminación donde pequeñas e insignificantes moléculas de cada uno de nosotros, serán esparcidas para formar parte de una nueva creación, donde todo estará consumado, porque el alma fortalecida con todas estas experiencia se ha regenerado con mas fuerza y vigor y vive de nuevo en otra vida, diferentes vivencias, dejando paso otra vez al amor, esa maravillosa cosecha que el ser humano alberga en su corazón, para enriquecer a otros seres que encuentra y en los que se fusiona, casi sin quererlo para entregar la verdadera esencia de su magnifico yo. Por eso, querido sobrino, hoy queremos encomendar tu alma hacia esa impresionante iluminación´ y que Dios le de a tu espíritu una digna ubicación. Marisa del Olmo 23/04/2015
PREGONANDO Donde quiera que el aire se lleve mis tenues palabras errantes, sé, que se oirá mi voz. Una vez alguien sabio me dijo; “si quieres que tus palabras lleguen hasta cualquier sombrío rincón, canta fuerte, grita alto, pregona con el corazón”. Sigue escribiendo con piel y sangre, desnuda ese fuego ardiente que hay en tu interior y narra lo que se siente cuando el amor es de dos, cuando ardientes sentimientos manan desde tus ojos saliendo hacia el exterior y deja que todo fluya, tu sabes recitar por los dos. También me dijo orgulloso: “Deja que tu verso acaricie mis oídos y que adule mi corazón pues tu mejor que nadie sabes hacerme volar, con tu verbo, tu palabra, tus mensajes y oración, con esas estrofas llenas de melodía y canción”. Y deja que estos poemas aniden en nuevas almas que ayuden a otras personas a despertar su amor, por que tu niña mía; tu si que dejas un agradable sabor. Y que importa si te plagian, no es eso lo que pretendes hacer feliz a la gente, y que tus versos se lean desde aquí hasta la luna, ¡pues pregonarlos por Dios! Solo así, pregonando a los cuatro vientos seras grande, seras eterna, seras alma, seras voz, seras viento, canción solemne, seras melodía, poema vibrante, seras luz y resplandor. Tendrás sentimientos etéreos, llegaras hasta el mismo sol, surcaras los mares eternos con tu pluma y tu creación y si alguien se atribuye tu texto será por alguna hermosa razón. Tal vez algún enamorado le declare a otra su amor y su pasión, deja pues que te lean, que se transmita tu voz, Deja que tu mensaje viaje a través del tiempo en otra hermosa dimensión y que los navegantes e internautas la propaguen compartiendo su esplendor. Gracias por tu grandioso consejo muchas gracias, mi amor. MARISA DEL OLMO 10 DE MARZO DE 2015
LA PRECIOSA ROSA “Y en el hastiado desierto crecía tan hermosa de un rojo nacarado la preciosa rosa. Pues el poniente reflejo la preño de su color y de su intenso brillo” Y aún bajo aquella soledad y sequía fogosa sobrevivió sin pensar en su dolor latente, tal vez, era necesario despejar su mente. Ya no sangraba ni tan siquiera supuraba su profunda herida. Había viajado hasta allí en aquella fatigosa noche, cuando el temor de perderle la inundó para siempre. Era tan difícil aceptar los designios del capitán destino… aún más, cuando sus suaves pétalos desde la temprana edad habían acariciado su pequeño rostro. Ella siempre estuvo ahí, observando desde lejos sus avances, sus progresos, anudándole a subir cada peldaño desinteresada, descargando su afiliado látigo de puntiagudas espinas para defenderse de cualquier ataque y disputa. Y ahora de repente toda aquella magia había desaparecido, se había evaporado con las bajas temperaturas de la madrugada. Sola y deshojada ante aquel horizonte ufano y tosco, decidió que debía abandonar el sufrimiento que la arrancó de las raíces de la tierra y la elevó hasta aquella devastadora y magnánima ambigüedad. Y por fin comprendió que debía regenerar su savia determino instalarse en aquella soledad y echar raíces en otras tierras, de las que absorbería nuevos nutrientes y así se erguiría altiva, sin el menor indicio del antiguo dolor que un día quebró sus pétalos.