Un destino cruel para Diana

Corriendo azorada asustada así corriendo. Teniendo miedo a lo que la perseguía aquel hombre de brazos fuertes que le pedía que se parara un segundo. Que necesitaba hablarle. La joven sabía muy bien que eso no esta bien que una persona no para a una niña así por que si y mucho menos empieza a perseguirla. Lo que aquel hombre no sabía era que Diana sabía quién era el sabía que intenciones tenia pues había oído por el barrio que ese hombre violaba a su mujer la golpeaba hasta dejarla inconsciente casi todas las semanas pero ella nunca le ponía cargos. Diana sabia también que ese hombre tenia sida y eso le ocasionaba más miedo del que ahora ella tenia seguía corriendo no podía gritar tenia miedo pues sentía que si gritaba ese hombre la alcanzaría y le propinaría una paliza. Seguía corriendo diana no sabía a donde ir corrió y corrió pues acababa de salir a almorzar de la escuela corrió, corrió y corrió hasta llegar a su casa. Cuando llego a su casa para su mala suerte no había nadie en casa y ella no sabia que hacer sus vecinos tampoco estaban era como si el destino se hubiera empeñado en que ese día fuera el peor día de su vida. La joven empezó a llorar cuando de pronto vio que el hombre que la perseguía se había quedado parado en la esquina ella sabía que el estaba esperando que ella volviera a pasar pues ella estaba en horas de almuerzo y tenía que regresar a la escuela. Diana lloraba desconsolada no sabia que hacer no sabía que decir ni mucho menos a quién llamar puesto que no había nadie en su casa nadie de sus vecinos se asomaba y el hombre seguía ahí y ella sabía que no se iría. Salió corriendo nuevamente pero esta vez con menos peso abandonó su bulto en su casa dejando una nota en la puerta de su casa que decía:

MAMA:
Cuando más necesitaba que estuvieras aquí cuando necesitaba tu ayuda no estuviste para mi. No te culpo pues se que no soy tu única hija pero se lo que pasara este día MAMA quiero que sepas que hoy tu hija de 17 años será golpeada, violada y asesinada por un hombre al cual su mujer jamás le quiso ponerle un alto. MAMA quiero que sepas que los perdono y que a pesar de todo LOS QUISE MUCHO. ADIOS.

La joven partió corriendo hacia el otro extremo de la carretera esperando tal vez poder encontrar a alguien en el camino que pudiera cambiar su destino pero lo que ella no se esperaba era que ese hombre había llamado por su teléfono celular a otro bastardo como el y ese otro bastardo la esperaba en la otra esquina.

 

Sin Palabras Te Vuelvo Aleere En Silencio Gracais Por Compartirlo Con Nosotros Besos Tu Amiga Luz