La Decadencia de la Ruptura

En el albor de los tiempos, cuando la humanidad era aún un pequeño e inocente niño, dos damas de inigualable belleza brotaron del seno del ser supremo en el noveno día de la creación del mundo. Ambas fueron concebidas en un solo ser, mas eran diferentes una de la otra, y a pesar de esto se complementaban y no podían vivir una sin la otra. Una de ellas vestía una magnífica túnica blanca, igual de blanca que sus largos y suaves cabellos; sus ojos eran lúcidos, negros y llenos de bondad y sabiduría; su rostro era tan inmaculado, tan radiante y tan maternal que con su sola presencia todo se iluminaba y llenaba de paz, y su voz era tan suave y melodiosa que con un solo susurro de sus labios la esperanza irrumpía el corazón de quien lo escuchara. Era un ser prodigioso y maravilloso. La segunda dama era tan sublime como la primera, pero de un modo singular: Sus vestidos y ornamentos eran rojos y negros; sus cabellos eran tan largos y sedosos como los de su hermana, y como ellos, tentaban a acariciarlos, pero eran de un negro azabache y rizados y al rozarlos, salían de ellos serpientes rojas que destrozaban la mano osada de quien lo hiciese; sus ojos eran linces, rojos e implacables como un rayo; su rostro era tan meticulosamente hermoso como el de la paradisíaca mujer vestida de blanco, pero a pesar de su beldad, reflejaba un corazón traicionero, cruel e inexorable; y su voz era tan delicada y manipuladora como su rostro, que hechizaba y dominaba todo lo que estuviese a su paso. Era un ser tan pulcro e inusitado como el anterior, pero que podía llegar a ser maligno si lo deseaba.

Pero estas criaturas tan prodigiosas eran demasiado peligrosas para el ser humano y el padre de todo lo creado les prohibió entrar en las tierras que se encontraban entre los ríos Tigris y Eufrates, pues el hombre era perfecto y no necesitaba de ellas para aprender. Pero la decadencia del mundo por la ruptura del ser supremo se manifestó en la necedad de Adán, quien desterró y abandonó a su otra mitad para luego dividirse a si mismo, creando a un ser sumiso a él: Eva, la mujer. Y al comer del fruto prohibido, la perfección y la felicidad humana se perdieron en el recondito de su mente, y el jardín del Edén tuvo el mismo destino. Los animales y todas las demás criaturas vivientes retiraron su confianza al hombre y se esparcieron por Gea, y el hombre y la mujer se escondieron entre los árboles, sintiéndose avergonzados. Pero la parte Él los encontró y Adán, al verlo, se cubrió con hojas y se inclinó ante Él.

--Señor, perdóname, no sabía lo que hacía, fue Eva la que me ofreció el fruto, no me castigues por mi error.

Entonces una paternal y sabia voz masculina retumbó por toda Gea, y aunque Adán quiso saber de donde provenía, aquella voz venía de todas partes: ‘‘Ninguno de los dos tenéis la culpa, sin embargo, por haber comido del fruto prohibido, son ahora seres mortales e imperfectos, mas no para siempre, para encontrar de nuevo el jardín del Edén han de pasar por un ciclo muy largo en el que aprenderán lo que ya olvidaron, donde alcanzaran la sabiduría, por medio del conocimiento y la transformación, y el amor. Pero antes de empezar, os debo mostrar algo. Id de nuevo al árbol de la ciencia del bien y el mal.

Adán y Eva se sorprendieron de sobremanera con las palabras de Él, pero volvieron al árbol que los había llevado a la desgracia. Cuando llegaron a el, observaron con asombro a dos doncellas de una beldad extraordinaria, tomadas de la mano, justo en frente del árbol, y sonriéndoles, una con ternura, la otra con malicia.

--¿Quiénes son ustedes? –Preguntó Eva con fascinación

--Ellas son mis hijas y las hijas de Shekinah: el conocimiento y la transformación: La Vida y la Muerte. Son la personificación del ciclo que les ayudará a encontrar lo buscan con desesperación –Respondió la voz masculina, de la primera vez –Pero antes de hacerlo debo saber si estáis preparados para lo que viene, pues una de ellas te dará dolor y sufrimiento y la otra te dará la recompensa a todo ese dolor. Debéis reconocerlas, por que así podrás controlar tu destino.

Eva abrió la boca para hablar, pero Adán le quitó la palabra. –Es fácil reconocerlas, señor –Empezó Adán –La dama de blanco es la vida, el conocimiento.

--Pero...Adán… --Interrumpió Eva, desconcertada.

--Cállate –Replicó Adán y continuó –Y la otra dama de mirada penetrante es la muerte, la transformación.

[FONT=Century Gothic]Eva se resignó, la señora de ojos rojos y penetrantes y mirada sagaz, sonrió abiertamente, mostrando los dientes y toda Gea fue invadida por un gélido silencio.
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[FONT=Century Gothic]--Has respondido bien…--Habló Él rompiendo el silencio –Ve a construir tu lecho, debéis protegeros de la tormenta que se avecina.
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[FONT=Century Gothic]Y al decir esto Adán sonrió y se alejó buscando ramas y una cueva para pasar la noche, dejando a Eva todavía más sorprendida, resignada y desconcertada. Y las dos deidades la miraban en silencio. Sólo se escuchaba un crujido de ramas a lo lejos.
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[FONT=Century Gothic]--Eres sabia, mujer –dijo la doncella vestida de blanco con una voz infinitamente hermosa –Has pensado la respuesta correcta.
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[FONT=Century Gothic]--¿De que estás hablando? –Preguntó Eva.
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[FONT=Century Gothic]--Sabes bien de que habla –Respondió la otra doncella –Eres más fuerte de lo que aparentas, no como Lilith, pero mucho más que tu esposo. Sabrás soportarme aunque sea dura contigo, pero él tendrá más sufrimientos que tú eso te lo aseguro.
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[FONT=Century Gothic]--En serio, no se de que hablas –Replicó Eva fastidiada, intentando ignorar el comentario sobre Lilith.
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[FONT=Century Gothic]--Querida ¿Acaso no lo ves? –Insistió una voz femenina de la copa de un árbol cercano, una lechuza plateada acababa de transformarse en una hermosa mujer-genio: Lilith. Bajó de la copa del árbol y caminó hacia las hijas de Shekinah –Es lo que pensaste –Dijo y señalando primero a la dama de rojo y negro y luego a la dama de blanco – ¡La dama de ojos penetrantes es la vida y la dama bondadosa es la muerte!
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[FONT=Century Gothic]Espero que les haya gustado este relato corto, espero críticas y opiniones constructivas. :lol:
[I][B][FONT=Century Gothic]Laura[/FONT][/B][FONT=Century Gothic][/font][/I][FONT=Century Gothic][/font][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

Me embelesa tu prosa, ingenioso es este relato, que raro que no lo critique. No te preocupes amiga, yo auxiliare los poemas que no te han criticado. Un beso.