Ensayo sobre los dolores del alma

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Lujuriosos lugares, en los que vuelvo a vivir y morir y dan sentido a los querellantes racimos de ilusión en el puerto de mi olvido, intuiciones enajenadas y serpenteantes, aquellos tajantes lugares en los que vivo y muero.
Hace unos días una ilusión vino a mi , en la que solo veía que podía alimentar la falsa esperanza, me entregue como el mar a la costa, como cualquier cosa que se entrega sin caducar sentido alguno, me bañe de millones de expectativas carentes de verdad, todo era laicamente bello, como el principio del mas feliz de los cuentos y hoy despierto y me siento escasa de emoción, al pensar que solo el cuerpo en mi acompañante funciono y sus sentimientos estaban dormidos en el baúl del olvido, ese mortal que me hizo suya aquella noche, no pensó ni imagino en el daño incalculable que en mi causo y el daño espiritual que mi corazón recibió, mi espíritu me odia, por darle aquel sufrimiento, insaciables lagos de dolor y desamor.
Ahora solo me queda el recuerdo, aquellos fantasmas que alimenta el espíritu, quisiera poder tener el poder de controlar los sentimientos y con un abrir y cerrar de ojos, me amases como yo lo hago, aquí en el dolor de mi ser, que me dieras una milésima de tu amor con sabor dulce y apetente.
Pero no puedo, solo me queda vivir el dolor que siento que me destruye segundo a segundo, hora a hora, día a día, es el cuento de nunca acabar; este dolor carcome el alma y solo queda como lesión que jamás ahí que pensar , ni siquiera con las mas estupidez de las imaginaciones que de una bella historia de sexo, resultara una majestuosa historia de amor; ahora solo queda el vació de una falsa ilusión de una esperanza inexistente y sobre todo mal lograda, esperar a que la herida sane y poder volver a renacer y ponerse en pie, aunque duela de ves en cuando cada vez que veamos la cicatriz.
Quizás mujeres como yo somos el indiscutible problema, puestos somos carentes de malos pensamientos y por supuesto tenemos demasiados destellos de ingenuidad, aunque suene un pocos egocéntrico e inimaginable en estos días así es, todavía quedamos mujeres así, que creemos en los besos y las caricias, pero estos duros golpes hacen crecer.
Como anhelaría encontrar a aquel mortal, que ame la ingenuidad en una mujer, que la cuide como el gran tesoro que es y sepa amarla y respetarla, como YO quisiera que eso sucediera, para poder llenar los vacíos de mi ser.
Pues, como ven nada es como se quiere, mi alma esta herida con grietas y llagas contaminadas con la lujuria de un momentos solo espero que llegue a mi el olvido y el perdón divino.

 

Una niña y ya quieres experimentar el amor con sus fuertes oleajes, espera, que viene el principe a hacerse cargo de tu corazoncito dulce, eres demasiado para los lobos...