Crónicas del ayer (Relato)

Esta es una historia que escribí para un concurso, como terminó (y perdí T_T) pues la comparto con ustedes. saludos
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Uno, dos, tres… Uno, dos, tres… Uno, dos, tres… –escucho a lo lejos; Por alguna razón quiero llorar pero mis lágrimas no tienen fundamentos. Despierto.



Quizá esta mañana es un tanto rara, no recuerdo que sucedió el día anterior; apenas sé que me acosté a dormir muy temprano, algo me pasaba, no sabía qué hacer y me sentía extraño.



Hoy mi mente me juega sucio, todo está en blanco. Sobre la mesa el desayuno, lo miro y mi estómago se inquieta, no quiero comer nada; me decido cambiarme con lo primero que encuentre sobre mi escritorio, detrás de dos libros de física y un gran libro de matemáticas veo mi ropa, jeans, zapatos azules y una camisa de tono negro- esto parece un Déjà vu –dije y entonces vino a mí un recuerdo.

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Llegaba el primer día de clases, mi aburrimiento me azotaba; ese día el sol brillaba con gran intensidad, moría del calor y es que el negro no es el mejor tono para vestir con un clima así; para cualquiera este día es maravilloso, para mí simplemente deprimente. No me gustan los días alegres, los días oscuros y fríos son mejores.



Odio el sol, me digo, me estorba los ojos y lo detesto.



- No hay algo que no odies – Me responde una voz detrás de mí; mi mejor amiga aparece, su cabello de tono negro, sus ojos de un tono café oscuro, su sonrisa suele ser la única luz que tolero, su mirada suele juzgarme imparcial, quizá de las pocas personas en las que confío. Sabe mis secretos, sabe mis mentiras, ella lo sabe todo, tanto que quizá podría escribir una enciclopedia en mi nombre. Su cabello, largo y oscuro, se ondea en el aire, mientras con su peculiar voz me dice “hola” y me da un pequeño beso en mis mejillas.



- ¿Cómo estás Andy? –Le digo acortando su nombre, me mira y con su conocida risa que denota nervios me responde - asustada, este semestre será un poco difícil.-



-Lo sé, para mí es el primero y tendré que acostumbrarme a estudiar – digo casi con tanta naturalidad. El estudio siempre fue algo poco relevante, me acostumbré a ganarme la nota más alta sin esfuerzo, quizá si en ese entonces hubiese tomado las cosas en serio mis calificaciones serían mi orgullo.



- Tienes que hacerlo –me dice con preocupación - Esto no es el “pre”, si no estudias corres el riesgo de quedarte – me miró desafiándome a ser bueno- ¿qué tienes ahora?-



-Álgebra –respondo - en un salón en las básicas.-



Muy comedidamente me ayudó a buscar el sitio. Llegamos con tiempo de sobra, fue ahí cuando la vi por primera vez. Era una chica hermosa, de cabello castaño claro el cual jugaba con el viento creando un aura mágica alrededor de todo lo que con ella hiciera contacto; sus mejillas rosadas cual melocotón plasmado en su rostro destilando armonía, su cuerpo no era la excepción, hermoso contorno, perfecto espécimen. Me quedé congelado, no sabía qué hacer, sus ojos se posaron en mí mientras los míos trataban de apartarse de ella, me puse nervioso, quería correr.



-Es por aquí –Andy me sacó del trance señalando un gran número sobre la puerta “BA25”- que tengas mucha suerte –me dijo, mientras se despedía de mí. Por un momento me desesperé, volteé esperando mirar disimuladamente pero me encontré con una sorpresa, aún tenía sus ojos posados en mí; quizá suene tonto pero me enamoré de su mirada. En ese momento se creó algo que nadie había sido capaz de lograr, mi corazón se aceleró, mi voz se cortó, mi temperatura bajó- ¡nervios! –exclamé mientras sacaba mi mp3 y escuchaba la primera canción que este abriese a todo volumen.



Para mí los primeros minutos fueron casi eternos, entre música levantaba la mirada y esta chocaba con la suya, entonces volvía a dirigirla hacia el piso observando nuevamente mis zapatos azules.




-Estoy seguro que le gusto –me dije, quizá sin analizar la situación.


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- Creo que han sido muchos recuerdos y me sorprende lo bien que los he conservado – digo mientras me doy cuenta que me he cambiado ya de ropa.




Decido salir a dar un paseo, quizá esto me ayude a recordar por completo todo lo que mi mente ignora; tomo las llaves del auto, otra tanda de recuerdos pasan como bólido.


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Las semanas habían pasado y yo era un tanto descarado al mirarla en clases, no era para poco, su sola presencia causaba que mi mente se enloqueciera- ni siquiera le puedo hablar –era lo único en lo que pensaba, y es que ya llevábamos casi dos meses de clases y en todo ese tiempo no había logrado ningún avance para tener una amistad con aquel ser que me volvía loco; a pesar de esto había averiguado su nombre, Carolina, lo noté en el llavero que tenía colgado de su bolso, su teléfono y casi toda su vida. De cualquier forma no me servía de nada tener todos estos datos si ni siquiera podría decirle lo que sentía.


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La mañana de hoy está muy fría- es perfecta para caminar –pienso tirando las llaves, escucho el sonar de las mismas al caer y salgo de mi hogar. La calle está desolada, no hay muestra de vehículo alguno, camino despacio esperando encontrar un lugar que me traiga más recuerdos.



Un restaurante vacío es lo que veo a lo lejos, fuera de él una pequeña mesa, otra vez mi mente juega y me muestra algo más.
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Era un día a mitad del semestre, sentado en las mesas fuera del bar más transcurrido de mi universidad Andy hablaba conmigo sobre lo pesado que es su horario de clases- no puedo creer que tenga tantos deberes –me decía entre sollozos.



- Quizá tengas que esforzarte un poco más de la cuenta –respondía engreído un chico de tez canela algo alto y un poco flacucho, de cara ovalada y nariz algo levantada; su mirada es casi inexpresiva, él es quizá otro de mis amigos de confianza, su nombre es Pablo.



- Me esfuerzo lo suficiente –le respondió agresiva.



- Espera, no hables –dijo - ahí viene la mujer de mis sueños – resultó ser la misma persona de la cual me había enamorado perdidamente.



- ¿Te gusta? –le pregunté.



- Claro – me respondió sin siquiera mirarme.



- ¿Desde cuándo? –quizá mi expresión era más de furia que de asombro, empecé a tener celos.



- Desde que entré a la universidad, ella hizo conmigo el “pre” –aún no podía creerlo, así que decidí contarle todo lo que sentía por aquella chica; al terminar me dijo - está bien, se nota que estas demente, es toda tuya – quizá no me convenció del todo, además ella compartía cinco materias con él; decidí pedirle ayuda, quizá de esta manera lo comprometía un poco más.



- Está bien Víctor – me dijo - me acercaré a ella y le hablaré, pero tienes que aprovechar.



- Es lo mejor que puedes hacer, además él te ha ayudado mucho –dijo Andy interviniendo en la conversación.




Era cierto lo que esta decía; con él tuve ciertos problemas, pero también buenos momentos, me debía mucho y creo que esta era una buena forma de que me devolviese todo.



El tiempo pasó, Pablo se hizo amigo de ella, yo trataba de aprovechar cada momento en el que ellos estuvieran juntos para intervenir, pero los nervios no me dejaban hablar, y es que la quería tanto que no sabía cómo reaccionar.


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El semáforo está en rojo, veo el otro lado de la acera vacía - pelear por una chica –me digo mientras otro recuerdo sale a flote, este era particularmente especial y justamente se dio en un cruce…
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Conversaba con mi amigo mientras esperábamos que la luz cambiase para poder cruzar hacia el paradero de buses.



- Te estoy ayudando y tú no haces nada para acercarte – Pablo se enfurecía más de la cuenta – por qué simplemente no le dices “hola que tal” y listo.-



- No es tan fácil –respondí- muchas veces quiero hacerlo pero pierdo el control de mí mismo.-



- ¡Entonces contrólate y acércate! –en su cara se notaba rabia.



- ¿Qué te sucede? –dije mientras aguantaba mis ganas de gritar.



- Eres tú, sabes que ella me gusta, pero aún así tengo que aguantarme todo y esperar a que tú vayas y la conquistes, no sabes ni un poquito como me siento.-



- ¿Por qué no me lo dijiste desde un principio?, hubiésemos buscado una solución.-



- ¿Para qué? Te conozco y sé que te hubieses enfadado conmigo, es que solo piensas en ti.-



Sus palabras me dolieron mucho - nunca creí que llegarías a decir algo así de mí –dije con la voz cortada, estaba a punto de llorar.

La luz cambió, él cruzó la calle, yo me quedé en la vereda. Lo vi alejarse, nunca volvimos a ser los mismos a partir de ese día.


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La luz verde se hizo presente y caminé hacia un puesto de helados cercanos - es como si mi camino se hiciese recuerdos –me digo, al darme cuenta que en este lugar hablé con Andy hace pocos días.


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- Víctor, creo que te estás obsesionando – me dijo - no la conoces y aún así mueres por ella, averiguas su vida, lo que hace y deja de hacer – me miró por algunos segundos - Mira, te quiero mucho pero debes de saber algo de Carolina…-


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- ¿De qué hablaba? – me pregunté de inmediato, busco en mi mente y no encuentro solución, todo es tan raro.




Camino hacia un pequeño parque, las hojas de los árboles se sacuden por la fuerza del viento, su sonido es relajante; veo un columpio en el cual me siento, al mecerme y sentir el viento en mi cara me sigo preguntando lo que me dijo acerca de Carolina, aunque sé la respuesta me niego a creerla.



- Ahora entiendo todo – me digo mientras en mis mejillas las lágrimas comienzan a brotar, ya tengo una razón para llorar.


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Era un día lunes, caminaba algo deprimido - ella tiene novio – fueron las palabras de Andy el día anterior, me rehusaba a creerlo; llegué frente al salón “BA25”, la clase se había suspendido, por un momento sentí alegría - siempre es bueno un respiro – dije mientras caminaba apresurado al comedor donde sabría que la vería.

Como un momento mágico el tiempo se detuvo al notar que ella estaba sentada en un bordillo cerca del atestado comedor - es la hora de terminar con esto – me dije convencido a hablarle y confesarle todo lo que sentía por ella - podrá tener novio, pero aún así siempre me mira – me convencía dándome ánimos; ella estaba sola, lo cual era una buena señal, me acerqué lentamente, tragué saliva, la miré, ella levantó su mirada, sonreí, ella devolvió mi sonrisa levantando su mano, saludándome, yo hice lo mismo acercándome, a pocos metros de ella su expresión cambió y me di cuenta de mi error.



Se tapó la boca para disimilar la risa, estuve confundido y en ese instante escuché- Perdón amor, me he demorado por la lección –giré, Pablo estaba detrás de mí.




Con una sonrisa me miró triunfante- Te presento a un amigo –me dijo, me quedé petrificado, sonrojado, con la mano levantada de una manera ridícula, saludando de nuevo a mi conocida amiga soledad.



No dije más que un tonto “perdón” mientras mi lengua se trababa, los vi alejarse, abrazados, besándose, entonces corrí tan rápido como pude…


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Fue cuando llegué a este parque, me senté en este columpio y… -en mis manos apareció un frasco de pastillas - Era esto – dije - fue entonces cuando caí en el sueño – todo volvió de repente a ponerse del mismo tono que en el principio, oscuridad.




Uno, dos, tres… Uno, dos, tres… Uno, dos, tres… ¡Doctor lo perdemos!



¡Hijo reacciona!, ¡eres fuerte, tienes que vivir! –voz de extraños se escuchan a lo lejos.



- ¿¡Donde está!? –una voz familiar comienza a llorar con desenfreno- ¡No puedes irte! ¡Por favor no! –es Andy.



Uno, dos, tres… Shock –mi cuerpo se retuerce, lo siento, pero no me causa dolor- Uno, dos, tres… Shock.



***Dicen que en el final…***



¡Doctor tiene que salvarlo! –Andy llora.



Señorita, no puede estar aquí –dice una voz tras ella.



***Tus recuerdos vuelven a la mente…***



Uno, dos, tres… Shock.



¡Perdemos pulso! ¡Se nos va!



***Como si se tratara de una película…***



¡No te mueras por favor! –Se escucha la voz de Andy alejándose.



Una última vez… -Dice una voz a mi lado- Uno, dos, tres… Shock.



***Pronto despiertas…***


Entre sollozos y gritos de desesperación se escucha un chillido agudo, luego un silencio sepulcral.



***Y es cuando ves la luz…***


Siento que pasan varios minutos, entonces mis ojos se abren y veo una fuerte luz blanca- ¿Es el cielo? ¿Es el infierno? ¿Es el quirófano? –digo, alguien toma mi mano.



- No sé donde estoy –alcanzo a hablar con gran esfuerzo mientras, de mis ojos, las lágrimas brotan casi por inercia - solo sé que aún la amo.



- Tranquilo – me dice una voz serena - todo está bien, de cualquier forma, mañana es otro día.​

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jejej recuerdo cuando la leí por primera vez, muy buena, algo diferente, entretenida, en fin me gustó mucho.

 

gracias mónica je je je... yo sé que estaba super je je je

TQM ^^

 

Bueno niño que me has tenido entretenida por varios minutos!!! Y esto cariño? me has impresionado qué manera de escribir!!. Un gusto leer tan bello y laaargo relato. Siempre a tu lado. Lluvia...

 

Buena historia .. Mañana serà otro dìa ....Esos me digo cada vez que el shock vuelve una y otra vez a mi cabeza antes de dormir .. Mañana serà otro dìa..

 

je je je es la parte de mí que más me gusta... no suelo publicar historias largas pero lo mío es la fantasía y la narrativa JIJI

besos linda gracias por comentar.

 

muchas gracias amiga por tu comentario supongo que el convencerse a uno mismo de que todo mejorará crea la psicosis de que todo está mejorando, por lo menos es algo mejor que sentirse mal todos los días.

Saludos