Carta anonima

Tras el largo recorrido de noches interminables, sutilezas empedernidas y egoístas pisadas, mi entendimiento ha comenzado a palpitar ferozmente ante la decadencia de mi ser y mi obtusa forma de proyectarme hacia la incógnita de lo incierto.
Mis pupilas dilatadas han viajado fugazmente hacia la negra lápida de mi conocimiento, donde los vestigios del fluido carmesí, reposan vagamente en el fúnebre abismo del adiós. Mis manos encarecidas de roce alguno, han olvidado la fragilidad, el calor humano y entorpecidas se proyectan vagamente a un horizonte que no ha dado comienzo por la lívida aparición de sueños truncados, por el galopante sentido del ayer y la constante agitación de un ahora que muestra que su denso manto, que rutinariamente acoge y absorbe cual agujero negro la decisión en nuestro mirar. Mi rostro sellado por la ausencia de un previo calentamiento, lejano del viento que descarga su furia en corrientes precipitadas, sumerge sus in cuantiosas angustias bajo un velo de reproche, que atañen a las lejanas figuras que precipitan sus carencias. Mis oídos apesadumbrados oyen el denso repique de notas muertas que van introduciendo sus versos de vida humana, en una pieza que ha perdido utilidad alguna. Mis pies inútiles agonizan su recorrido, a un incierto encuentro con el anhelado regazo de la muerte, búsqueda obstaculizada por el cálido veneno que proporciona la rutina. Ángel mío donde se encuentran tus alas de negro perdición, ¿Dónde encontraré el calor proporcionado por tus lívidos labios que aún no han sido explorados?, ¿Dónde encontraré esa letal mirada tuya, capaz de estremecer cada centímetro de mi piel?, ¿Dónde encontraré aquella majestuosa figura tuya, en la cual solo encontraré el descanso eterno?, ¿Dónde hallaré aquellas sagradas manos tuyas que rozaran inciertamente el recorrido de mi piel?, dime ángel mío que bañas mi esencia de negro aterciopelado, cual fue la razón que precipitó tu caída y causó nuestro encuentro. ¿Cual es la razón por la que mi aura se encuentra perturbada? Acaso será, que los minutos interminables han frenado su cuenta regresiva y el líquido carmesí extenuado ha dejado de recorrer mis entrañas y que mis parpados entumecidos han caído abruptamente perdidos en el tiempo de tu espera.....

(para ti mi ángel de negro noche, guardían de mis penas, artífice de mi dulce oscuridad...)

atte: tu eterna luna

 

Excelente trabajo, un escrito que me hizo reflexionar en varias cosas... Gracias por dejarla aquí para leerla. Un abrazo grande​

 

Excelente escrito, muy bueno, me ha encantado.... si más, me despido!!!

Saludos peke!