Mi balcón a África

Vivo al filo de la indiferencia,
mi espacio geográfico es un paréntesis,
un pequeño oasis para la conciencia.
Vivo en el acento marcado
del que, por los pelos, sí cuenta.

Mis vistas al sur son un muro,
mis vistas al norte son cadenas.

Aprendí a caminar una costa occidental
en la que el mar rompe una orilla desorientada.
Todo se decide en estas aguas rápidas
cuando en su sonido se entremezcla la espuma.
He memorizado ese paisaje y ahora lo sé:

los días claros veo las costas de África
el resto, solo es bruma.

 

Excelencia magnífica, brillante labor.