Como un déspota vencido...

Como un déspota vencido...

Hoy mi ser más anacrónico
surge en mí, menos lacónico...
Trizas al viento partido
es el pasado vivido...
Apenas lo que recuerdas
son fragmentos de las cuerdas
que hilan tu vida fugaz
y te tiran con tenaz
empeño por deshacer
lo que has podido tener
y lo que aún te perdura.
El Tiempo busca su cura
en el después que no alcanza,
y sin afán de venganza
nos va borrando de a poco;
nos deja fuera de foco;
nos arrastra hasta el olvido...
Por eso siempre te pido
que pienses en mí sin pausas,
que en mí renueves las causas
de la dicha que te inspiro,
que veas cuán dolorido
me pone sólo pensar
que me podrías dejar
si se esfumara el encanto
porque Cronos con su manto,
sus cordajes y su apuro
puede tirar este puro
sentir que bien nos reúne.
Si este mundo se desune
¡allá él!; pues nuestro amor
vencerá con esplendor
tales fallas naturales,
y para el mal de los males
seguirá su buena senda
y ha de ser la eterna ofrenda
de nuestros propios sepulcros.
Dejará el Tiempo pulcros
estos huesos que hoy no vemos
pero ya nunca seremos
dos amantes perseguidos...
al contrario, divertidos,
sin relojes y sin cuerdas
nuestras almas nada lerdas
correrán al Tiempo ruin
para que se entere al fin
lo que es ser un perseguido.
Para que se sienta al fin
como un déspota vencido.


Ariel Carrizo Pacheco
Poema XXV, "Mil versos amartelados", 2003.​

 

Estimada Lourdes, ¡muy atenta al dejar tan generoso comentario! ¡Mi afectuoso saludo!

 

¡Estimado amigo!:

Nuevamente gracias por pasar y dejarme tus valiosas y cálidas notas (¡excelente observación sobre "ruin"! que se me había pasado y ya modifiqué).

¡Otro fuerte abrazo para vos!