A ese perro...

Al perro que hoy te llevas ,
ayer durmió en mi cama,
tragó de mi mano y bebió en mi sexo.
Le mostré el sendero al amor ,
lo cobije en lo días de frío
y fui su maestra da la seducción.
Llorando entre mis senos
le amamante como a un gato.
Su piel desgarré con sus celos
le puse un pedestal y lo hice santo.
Conmigo se enseñó a ser hombre,
pues era un sucio mocoso.
Le mostré el color de los sueños
y a ser un caballero.
Pero mordió mi mano el muy idiota.
y corrió tras tus faldas apestosas,
como buen perro, corrió tras el primer hueso.
Quédatelo con todo y sus pulgas
ya no lo quiero,
amárralo a tu ropero.
yo ya tengo otro a mi lado,
es un fino rottweiler
que me da lo que deseo,
ahora como carne fina no puro pellejo.



Sebastian Dusalgi.

 

que fuerte poema, un cierre muy interesante, saludos

 

Ja ja ja. Realidad ambivalente, perversidad jocosa. Tu poema lleno de verdades disfrazadas, enmascaradas. Uno resbala entre tus simbolismos. No puedo divorciar el verso

de su autor. Todo un enigma de-genero =)

 

Feliz perro que las dueñas se disputan, a dentelladas, porque el rencor de las palabras contradicen que su rottweiler le de lo que desea. Para el perro, peor sería acabar en el asilo desahuciado o aun peor, sacrificado.

Estaría bien una segunda versión en un poema que recite la nueva dueña, en que agradecida le contara lo mucho que hace y sabe, .., porque seguramente fue mucho lo que aprendió.

Hay mucho humor, negro, en el fondo de este poema. Me gustó. Ha abierto mi imaginación a múltiples historias paralelas.

 

Manejas la ironía con un estilo atractivo en tu poema, amigo.

Una trama contundente y atrapante.

Un abrazo grande.

 

je je je ...interesante....
me gusto
saludos

 

Bueno bueno