Mal general.

Desde el camino que siempre he recorrido,
en mi barco de papel ya hundido,
navego bajo el agua, no sobre ella,
pero aún desde lo más hondo,
lucharé para llegar a las estrellas.

Dejando manchas por mi caminata,
dulce misantropía que mi piel hidrata.

Si algún día me voy dejaré una carta,
sellada con besos de algodón,
y sin razón,
una explicación,
del porque existir, si no es por causa del corazón.

El mal vivir me acompaña a donde vaya,
lidiando día a día con una ardua batalla.
¿por qué me torturas Dios?
regalándome una vida,
sin discusión,
si me lo hubieses preguntado,
hubiese dicho que no,
pero no fuiste tú,
fue un cuatro de octubre,
el que le dijo a mi paraíso existencial adiós hombre.


Escribiendo con sangre,
sobre un papel de cristal,
intentado explicar,
el porqué mi mal moral,
general,
personal,
habitual,
diario,
lamentable,
pero necesario,
dolor interminable...

 

Hermoso

 

me agrado leer tus versos y sentirlos... bendiciones

 

¡Ánimo en el camino!
Tu poema me hace que pensar que cuando uno se ha hundido siempre sale a flote.
La sangre con la que escribes es la misma que fluye por tus venas.
Amando, sufres.
No olvides nunca que estamos aprendiendo.
Tus formas de expresión me enseñan tu vida sensible.
Eso es valentía.
Un saludo