La primera y la última palabra

LA PRIMERA Y ÚLTIMA PALABRA
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La enfermera del turno de noche se acercó a la cama del enfermo terminal de alzhéimer para cambiar la bolsa del suero. El hombre que yacía inmóvil en la cama tenía muchos años, demasiados… cuando pasó de los 90 perdió la cuenta. En ese momento se despertó, extendió la mano suplicante y pronunció la única palabra que recordaba:

- ¡Mamá!

La enfermera sonrió con tristeza y ternura mientras agarraba la mano suplicante, acerco sus labios al oído y dijo susurrando:

- Duerme, mi niño.​

El hombre apretó la mano de la enfermera con las últimas fuerzas que le quedaban, sonrió y se durmió placidamente para siempre.​

 

La tristeza y la ternura amalgamadas en relato extraordinario. Un gran placer leer tu trabajo. Saludos.

http://www.mundopoesia.com/foros/blogs/joblam.27132/

 

Un final feliz para ese trance. El principio del fin...
Felicidades!


Palmira

 

Magnífico micro Antonio que demuestra al mismo tiempo: lo mucho y lo poco que se necesita para morir en paz.
Saludos Antonio y Buen Día

 

La ternura es el mejor bálsamo para la tristeza.

Gracias por tu comentario. Salud y ventura.

 

Fue, en cierto modo, un regreso a la infancia.

Gracias por el comentario. Salud y ventura.

 

Se necesita, sobre todo, una mano amiga.

Salud y ventura.

 

Ayyy Antonio, qué tierno y emotivo es este breve relato, se saltan las lágrimas y la emoción te sobrecoge. Y es que todos nos acordamos de nuestra madre en los mejores y los peores momentos... Gracias por compartir tu talentosa pluma. Besazos con cariño y admiración.

 

Así es. La primera palabra que se aprende es la última que se olvida.

Gracias y saludos.

 

Muy dulce y conmovedor poema.
Un cariñoso saludo.
Siempreviva.

 

Confieso que también se me saltaban las lágrimas cuando escribí el relato, aunque en los hombres no esté bien visto. De todos modos, espero que en el mensaje del texto predomine la ternura sobre la tristeza, lo positivo sobre lo negativo. No me gusta escribir poemas tristes; ya se encarga el destino de traernos las penas, no tenemos que buscarlas, no. Ja ja ja...

Un abrazo a todos los enfermos que se sienten abandonados.

 

Bien dicho es, que las esencias se guardan en frasquitos pequeños, y esta es la mejor prueba de ello en tan reflexiva microprosa.
Un gusto leer la plenitud de la sencillez aquí tan bien expuesta.
Cuando perdemos el equilibrio siempre nos aferramos a lo más cercano. Nada más cercano al corazón que una madre.
Un brazo antonio y mi alegre paz.
Vidal

 

Estas cosas pasan, sin duda... conozco algunas hisotorias, pero ninguna tan dulce como esta.

 

Ay amigo me acerque a leer tu escrito sin imaginar que me emocionaría tanto al leerlo. Es hermoso e impregnado de ternura. Una enfermera comprensiva es esa y con un gran corazón. Saludos y Bendiciones.

 

Antonio yo creo que el anciano tuvo una muerte plácida, de la mano cálida y amorosa de su madre, como el creyó.
Emotivo y enternecedor. Bendiciones

 

Gracias, Siempreviva.

Creo que este sencillo relato, con pequeños variantes. ha ocurido más de una vez.

Un abrazo a todos los enfermos que se sienten solos.

 

Gracias por tu amable comentarrio, Vidal.

La palabra madre es la primera que se aprende y la última que olvidan los que pierden la memoria. Creo que todos desearíamos llamar a nuestra madre cuando nos sentimos totalmente desamparados.

Un abrazo solidario a todos los enfermos.

 

Estas cosas pasan... ¡Claro que pasan! Este relato no requiere mucha imaginación. Creo que esta historia, con pequeños variantes, ha ocurrido muchas veces.

Gracias por comentar. Salud y ventura.

 

Qué buen micro. Me conmovio.Abrazos

 

Creo que hay muchas enfemeras y muchas historias como esta. Este relato no es muy original.

Gracias por tu comentario. Saludos y bendiciones para ti y para todos los que se sienten desamparados.

 

Si, imagino que hay muchas enfermeras como esa pues si se dedican a ser enfermeras es porque tiene la vocación. Ser enfermera no debe ser nada fácil por el sufrimiento que ven a diario en los enfermos. Una carrera es la de ser enfermera o enfermero mi loable. Mis respetos a todas ellas y ellos.

 

Subscribo tu comentario, Lourdes. Bien merecen un homenaje las enfermeras y enfermeros, muchas veces se exceden en su trabajo para cuidar a los más necesitados. Un abrazo cordial para todos.

 

Micro pero enorme este relato tan conmovedor como veraz en esos últimos momentos en que se busca el regazo y la protección de una madre.
Un saludo Antonio.

 

Efectivamente, Pili, así fue. A todos nos gustaría encontrar una mano amiga en el momento de partir.

Abrazos y bendiciones a todos los que se encuentran solos y desamparados.

 

Gracias, Rosa.

No se necesita mucha imaginación para escribir este relato. Creo que historias como esta, con pequeños variantes, suceden muchas veces.

Mandamos un abrazo a todos los que se sienten desamparados.

 

Todos quisiéramos partir así. ¡Cómo no! Creo que esta historia, con pequeños variantes, ha sucedido muchas veces.
Un abrazo cordial.

 

Creo que todos desearíamos terminar así. Este relato es verosímil, muy verosímil, creo que ha sucedido y sucederá muchas veces.

Saludos cordiales.

 

Tu escrito posibilita emociones muy bellas y cambiantes. Linda historia.

 

Gracias, Anaid. Las emociones de los lectores dan vida a los poemas. Saludos cordiales.