Espérame

En la noche más oscura,
la carne del hombre rogó.
¡Y oró!
Oró a los pies del olivo…
El cáliz de kidrón,
en las arenas agrias de un Rey
que me amó tras el fiero látigo
después;
después de las antorchas de mi ley.
Me perdonó espinas; nudillos
me amó.
en sus declives era mi vida
que sobre su heridas lavaba
y me amó.
Mientras sus clavos me salvaban,
Tanto como su costado.
Mi Jesús… espérame.


Hoy los infiernos no me tocan,
en su promesa descansa mi dolor.
su rostro me sonríe de paz
y sus brazos son pradera paráclita
en donde la tiniebla lloran.

Y al final, extiende su mano hacia mí.

“Amado mío, espérame… Allí estaré”.


Yo hice esto por ti

¿Qué haces tú por mí?​

soldado de Cristo.
Jesús Alejandro Reina Baron, semana santa 2015

​

 

Espléndida maravilla de poesía preciosa.

 

Inspiradora poesia de fe y amor. Un autentico placer. Saludos y bendiciones

 

Maestro, un deleite y honor tenerlo en mis letras. Saludos

 

Mis versos estarán a las ordenes de mi padre siempre, para predicar y ser la voz en el desierto que llena de esperanza las almas. Saludos querida Sila.

 

A los pies de una esperanza más que enseñada, ejemplificada con hechos, marcando el rumbo de un hombre fiel, hermano, amigo, hijo, todo lo universal, solo el amor verdadero. Un placer la lectura. Saludos

 

Exactamente eso, el amor mas verdadero que existirá y ha existido.
La esperanza, desde el milagro de su concepción.
El verbo nos amó tanto que hombre se hizo,
hermano, de los ángeles y querubes.
Amigo, de los niños, despreciados y discriminados.
Hijo, de la madre mas pura, Reina.
Universal... Galáctico, inmortal.

Un honor tu paso por mis letras Brise. Un abrazo.