Comprendiendo la incomprensión

Y ya no se en que hora vivo, mientras apaciguo mi optimista pesimismo, describo indescriptibles recónditos de mi ser que ni yo se, pues mi sitio es el inconformismo de saber, que no sabré cual es mi sitio mientras este infinito sea escaso ¿Acaso hago caso al acto de estar vivo? Sí muero cada día por el que cada día vivo. Necio en busca de integridad, inteligencia adaptada a todo el mundo, nadie merece soledad, sólo le da luz de sol a una oscuridad, que ciñe mi triste esencia, quise ser verdugo de mi conciencia al entender que penitencia es vida y consuelo muerte, aún así busco la vida, ida de su sin sentido, buscándole sentidos que me den motivos. Mítico himno, el del genio que sabiendo su destino quiso ser un infinito. Somos un silencio en la existencia y un incordio para el silencio, el que decidió no decir y dio el privilegio de atormentarle con nuestros ruidos,así yo decidí el intento de dejar al silencio gozar del silencio impartiendo un respeto merecido. Todas las almas deben ser salvadas de sí mismas, mientras yo salvó la mía de esa muerte llamada vida. Debimos amar y amemos al odio pues de dolor nos quejamos cuando le dimos el podio, o no, que triste vida sin tristeza que nos enseña de la alegría, su más cruel belleza. Réquiem por ese dogma titulado miedo que impone a cada humano el retiro y aprisionamiento de cualquier deseo y bienvenidos a ese utópico ideal de desafiar al que a impartido tal martirio para el que con rebeldía expresó, disfrute y gocé de cada incumplimiento celebrando así el cumplimiento de su reglamento. Profundas rimas que ofrendo a la nada, pues todo se reduce a nada aún que queden impregnadas en almas resignadas. Y que bello aquello que, siendo sencillez, complicó al entendimiento, como comprender, que lo complicado en ocasiones es hacer lo más sencillo. Mentó al avaro de tristeza, que la tela de su saco cedió por el peso de su contenido más no era este de monedas, era amor, cual ciego por el vicio extermino la cualidad de razonar ante el instinto y todo por un puñado de sentimientos con los que saciar su vacío. Cuestión de prioridades, la de amortizar los daños ingratos e inmerecidos aún elegidos por nosotros mismos, menos los que por sentencia del destino cumplen su objetivo para del castigo hacer de nosotros un ser más completo, como el letargo de la felicidad que anduve buscando, yacía somnolienta en mi interior y al descubrirlo quede como un memo. Despertarla si podéis, que viva nuestros días, si fallido será el intento más solo deja de soñar cuando la tristeza y el fracaso llaman a su puerta. Rota por los golpes, deja sentir su aliento aquí dentro, dando entre tiempos la grandeza de cumplir cualquier deseo, como el deseo de ser feliz, y así completar con su tarea, la de amainar mareas de tristeza para con su orden volverse a dormir. No me culpen por mi culpable actitud ante la situación pero tantos tragos damos de amargos cócteles que creemos dulces y placenteros que el paladar dejo de catar el sabor de lo auténtico, así puse excusa a mi usual estado de ebriedad en el que la tenue luz de lo real daña mis pupilas y el mareo que la verdad impone en mi cuerpo, agita a mi alma aquí dentro, la miras como mira aquel custodio a un recluido, sintiendo pena por su cruel estancia en esa prisión de huesos carne y piel llamada cuerpo en la que yace prisionera por gusto propio, quizás quiera huir, vivir libre en otro mundo y por eso se torturé como aquel que soporto la lluvia para poder presenciar el arco iris. Locura transitoria, da sensatez a este pecado viviente en crisis de fe,si sé que sin fe todo es improbable, pero yo tengo fe en mi, y soy algo demostrable. Oh inmortal diosa de la retórica que permites a un mortal alcanzar con palabras el consuelo de que muera, viste mi triste e indiferente recital de versos que demoran la hora final persiguiendo significados insignificantes para lo que vital fue y ahora es, carnal? Peregrino del proverbio a que tan bajo precio me vendes, si mi valor es incalculable para el indeseable destino que me adquiere, que por carácter soy un cráter en el indetestable volcán de lo inestable, aguardo mi estallido acumulando indiferidos ataques ocasionales, hasta el punto de brotar de mi tal tormento abyecto que arrasé con mis rivales. Nada hará el tiempo por tu recuerdo, aún cuerdo recuerdo que el olvido es ineludible, vive y escribe tu existencia hasta que caduque, tu que sabes que vivos no comprendimos al olvido, pero fallecidos nuestros sinos hallaremos su camino para que este periplo existencial continúe.

 

Tu visión... muy buena, muy real. saludos amigo Daniel rico, me gusto leerte.